Como una premonición, como un juego en la línea del tiempo, un hombre muy campero, nacionalista, se le dio por ponerle a su segundo hijo el apodo “yuyo”.
Una hierba silvestre, una maleza, testaruda, renaciendo en cada rincón en que la vida le regalase una oportunidad.
No existe mejor imagen, mejor alegoría, para describir una vida de 93 años. Con una militancia temprana, en el Cerro que lo vio nacer, en un Comité de Niños por la República Española, con 6 o 7 años y en plena dictadura de Gabriel Terra.
En su adolescencia conoció a “El viejo” Emilio Frugoni y a través de ese contacto comenzó a simpatizar con el pensamiento socialista. Chifflet siempre consideró que los planteos de Frugoni sobre la realidad rural o el Estado tenían una absoluta vigencia, estima que -a pesar de los conflictos ideológicos y problemas internos que sacudieron al Partido Socialista- jamás decayó.
Cronista sindical y Secretario de Redacción de El Sol, uno de sus primeros artículos fue una entrevista a la maestra Reina Reyes un 10 de abril de 1951 en ocasión de un Congreso Internacional de Laicismo realizado en Montevideo. Y al año siguiente entrevistó A Raúl Sendic, el “Bebe”, que en ese momento era Secretario de la Juventud Socialista, con respuestas que podrían ser publicadas hoy mismo y nadie notaría que tienen casi 70 años: “la burguesía tiene dos modos de tratar al movimiento obrero, según sean las circunstancias del ciclo económico. Durante los auges emplea el método de las concesiones sazonadas de hábil demagogia. Pero al llegar a la fase depresiva opta por la represión lisa y llana.”
La labor periodística de Chifflet en Marcha, a donde llegó junto a Eduardo Galeano, coincidió con los años más agitados de la historia de nuestro país: 1970-1973. Los esfuerzos por la unidad de la izquierda comenzaron a rendir sus frutos, las entrevistas de Chifflet a actores de izquierda y a quienes empezaban a alejarse de los Partidos Tradicionales daban cuenta de una toma de conciencia sobre la necesidad de crear una herramienta política nueva.
Al regreso de la democracia, Chifflet fue electo diputado durante cuatro períodos sucesivos, renunciando a su banca en aquella recordada votación para la habilitación del Ejército Uruguayo en la MINUSTAH. Hace rato que no escuchábamos hablar de él y cuan necesario habrían sido sus aportes como su manera de discutir, heredera de aquellas tertulias en las que la izquierda fue construyendo su camino de encuentros, errores, desencuentros…en fin, construcciones.
Una parte física de nuestra historia se marcha también, pero el campo de las ideas refuerza una voz. O, mejor, una palabra escrita, como las tantas que supo y que puso. Como aquella publicada en El Sol de 01/08/1950, titulada ¿Qué pasa para que se siembre encono entre trabajadores y soldados? y que originó el debate entre Chifflet y el diputado Efraín González Consi (militar, abogado y biógrafo de Batlle y Ordóñez):
“Claro, decía, que no es cómodo ser socialista. Hay que empezar por tener una doctrina social, hay que resolverse a asumir una actitud franca y sistemática contra el régimen capitalista. Hay que comprometerse a propugnar la transformación de la economía, basada en la propiedad privada de los grandes medios de producción y cambio, en una economía que asiente en su propiedad colectiva. Y, en primer término, hay que atreverse a herir a fondo los privilegios de los grandes terratenientes y destruir la influencia de los señores ganaderos, tan preponderantes en nuestra República.”
Salú Yuyo!
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