Nicolás Lorenzo
Hoy, en pleno 2020, el sindicato de UTAA demuestra en la práctica que las ideas y los valores forjados en aquellas luchas, que el legado solidario del Bebe Sendic está más vigente que nunca.
Yo vine aquí porque quise, a mi nadie me ha manda’o
Como es sabido, entre cada zafra del corte de caña de azúcar, los peludos realizan diversos trabajos para poder mantener sus ingresos: corte de pasto, albañilería…”lo que surja”, según sus propias palabras. La pandemia atenta contra las “changas”, no obstante, el sindicato realiza ollas populares sábados y domingos, contribuyendo con 900 platos a palear el hambre de los olvidados por el gobierno.
Esta forma de alimentación y de solidaridad es muy conocida por los trabajadores, desde la década del sesenta se han venido realizando ollas populares para atravesar las distintas crisis económicas que han golpeado al país, que siempre afectan a los que menos tienen pero -también- siempre encuentran en los sindicatos una mano solidaria.
Nunca vi tirar de un carro un caballo y una vaca
En los últimos 15 años la vida de los peludos mejoró, lograron seguros de empleo durante el receso de la zafra, entre otros logros y mejoras. Hoy, con un cambio de gobierno y a pesar de que el mismo lleve poco tiempo en el ejercicio de sus funciones, son muchos los problemas que se visualizan, y la pandemia no ha hecho más que acelerar las antipopulares medidas que se traían bajo la manga.
Lo primero que se observa es el posible atraso del comienzo de la zafra. Los trabajadores han hecho gestiones ante el BPS, MTSS y el PIT-CNT, pues el seguro terminó e incluso no les tocó a todos, solicitan la extensión de los mismos y seguros especiales para aquellos que no tienen. Pero además no es solo un problema para los trabajadores, también lo es para los productores, ¿cuál va a ser la actitud que van a tomar?, ellos también sienten que la lejanía del gobierno es un poco más que geográfica.
Dentro de las preocupaciones que tienen, también está la Ley de Urgente Consideración, -y más específicamente- los artículos que tienen que ver con la producción sucroalcolera. Están atentos, preparados para “dar la pelea” como dice su Secretario General Luis Rolin. Para ello se están juntando con otros sindicatos, con organizaciones civiles y estarán informando a toda la población de Bella Unión. La idea es prepararse para la resistencia también, acotó Rolin.
No somos los extranjeros, los extranjeros son otros
Más allá de lo que está viviendo el sindicato, los peludos están -también- dando una mano a un grupo de diez mujeres jefas de hogar que ocuparon unas tierras en la ciudad de Tomás Gomensoro.
La gente se pregunta ¿cómo hacen para estar pensando en dar una mano siendo que a ellos les falta?, cuando la pregunta sería ¿por qué no habrían de hacerlo?
Generación tras generación, los relatos de ese estudiante de abogacía que dejó todo atrás para venir a pelear con ellos, se reproducen en las familias de los trabajadores de la caña.
La solidaridad con su pueblo a través de las ollas populares, la ayuda a las mujeres jefas de hogar, la lucha por las condiciones laborales de los trabajadores, la preocupación por la información de lo que ocurre en el plano político-gubernamental, la preparación para “dar la pelea”, el diálogo con la sociedad. Es un legado que trasciende lo coyuntural y deja enseñanzas para lo que se avecina.
El Bebe no solo fue un luchador social, un político, un organizador sindical, un combatiente, un teórico…fue también un conductor, visionario, que dejó herramientas que acompañan siempre la lucha de los peludos.
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