Sebastián Valdomir, Daniel Caggiani
Hace unas semanas se conoció el último informe de la CEPAL (Comisión Económica para America Latina y el Caribe), el principal órgano del sistema de Naciones Unidas en nuestra región, acerca de las consecuencias sociales y económicas de esta crisis que ya está presente en la región.
Este informe que fue divulgado el lunes pasado, pinta un panorama desolador.
El embate del Covid 19 encontró a América Latina en un mal momento desde el punto de vista económico.
El 2019 terminó con un pobre crecimiento regional de solo 0,1%
CEPAL estimaba que el 2020 habría un muy modesto repunto y que la tasa alcanzaría un alza de 1,3% del PIB (para toda la región).
También hay que decir que América Latina y el Caribe venía de siete años de bajo crecimiento, con un promedio de 0,4% entre 2014 y 2019.
Para encontrar crecimientos peores a los que la región registró en los pasados siete años, hay que remontarse siete décadas atrás (década de los años ´50, el mundo de post-2da Guerra Mundial, cuando se nos caen todos los mercados centrales de Europa y USA).
Los principales Datos del Informe sobre Situación económica en la región / CEPAL dado a conocer el martes 21 de abril, hay que agruparlos en tres grandes ejes:
1) La pandemia nos ocasionará la mayor contracción de la actividad económica en la historia de la región.
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Según las estimaciones de CEPAL, se prevé una reducción regional promedio de -5,3% para 2020
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Será la peor caída del producto latinoamericano en toda su historia. Para encontrar una contracción de magnitud comparable hace falta retroceder hasta la Gran Depresión de 1930 (-5%) o más aún hasta 1914 (-4,9%).
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América del Sur se contraerá -5,2% debido a que varios países de la zona se verán muy afectados por la caída de la actividad de China, que es un importante mercado para sus exportaciones.
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América Central la caída sería de -2,3%, afectada por la caída en el turismo y la reducción de la actividad de Estados Unidos
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el Caribe se contraería en -2,5%, debido a la reducción de la demanda de servicios turísticos.
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el valor de las exportaciones de la región caería cerca de 15%. Los mayores impactos se darían en los países de América del Sur, que se especializan en la exportación de bienes primarios y, por lo tanto, son más vulnerables a la disminución de sus precios.
2) Impactos sociales derivados de esta situación económica para los países de América Latina y el Caribe en 2020
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La tasa de desempleo se ubicaría en torno a 11,5%, un aumento de 3,4 puntos porcentuales respecto al nivel de 2019 (8,1%). De esta forma, el número de desempleados de la región llegaría a 37,7 millones.
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la tasa de pobreza en la región aumentaría en 4,4 puntos porcentuales durante 2020 al pasar de 30,3% a 34,7%, lo que significa un incremento de 29 millones de personas en situación de pobreza.
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la pobreza extrema crecería en 2,5 puntos porcentuales pasando de 11,0% a 13,5%, lo que representa un incremento de 16 millones de personas.
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Para enfrentar estos problemas sociales, los Estados y gobiernos deberán destinar millones de dólares en recursos para aplicar políticas públicas destinadas a contener la ruptura del tejido social, dado que se incrementarán las desigualdades sociales, de género y generacionales.
3) Esta crisis económica global traerá cambios estructurales a todo nivel: el mundo posterior al COVID-19
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Los cambios que se aproximan se dan a varios niveles: las cadenas de suministro de bienes pasarán a ser más locales y regionales, que globales. Los estados y bloques económicos tenderán a cerrarse y concentrarse en fuentes más próximas de suministros, bienes intermedios y materias primas.
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Se viene un gran problema asociado a las deudas externas. Ayer mismo se conoció que Argentina no pagó un vencimiento de US$ 503 millones. La propia Secretaría general de CEPAL lo dijo ayer:
“Los líderes del G-20 deben apoyar que las organizaciones multilaterales presten a tasas de interés favorables y alivien de la deuda de los países altamente endeudados, aplazándola o condonándola. De lo contrario, los pagos serán imposibles y se comprometerá el espacio fiscal. Se requieren medidas excepcionales para enfrentar una crisis sin precedentes. No habrá progreso sin cooperación y solidaridad internacionales;
Mi llamado es, tal como dijo el Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Gutierres, a que haya una paralización de la deuda para todos los países, especialmente los de renta media, porque la mayoría no tiene las espaldas para hacerle frente”, manifestó Alicia Bárcena.
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Se planteará un nuevo ordenamiento multilateral; nuevas instituciones multilaterales que sean capaces de responder a las crisis como la actual y planteen soluciones a los problemas que estamos viendo son globales.
“La multilateralidad existente es insuficiente porque plantea las soluciones de siempre, ofrece respuestas bilaterales y no una solución verdaderamente colectiva.
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Después de la crisis habrá una economía mundial regionalizada con tres grandes polos: Europa, América del Norte y Asia, y depende de cómo se relacionen estos tres grandes bloques para saber cómo serán las dinámicas económicas de las próximas décadas.
América Latina y el Caribe con sus casi 650 millones de habitantes debe replantear sus estructuras regionales y relacionamientos internos (a nivel de nuestra propia región) para poder hacer frente a las perturbaciones externas, viabilizar nuevas industrias, promover redes de producción y de investigación tecnológica entre países y subregiones.
Si se analiza las proyecciones de la CEPAL de las Tasas de Crecimiento del Producto Interno Bruto para el Mundo y algunos países y Regiones el panorama es más desalentador. Para el año 2020 la CEPAL prevé un panorama de crecimiento negativo de la Economía mundial de 2 puntos. Si analizamos las previsiones para Estados Unidos, las previsiones son peores, 3,8 de decrecimiento, la Unión Europea 5,7 de decrecimiento y solo salvaría con una nota deficiente para sus tasas de crecimiento históricas, China con un tímido 1,8 % del PIB.
Por tanto, el escenario recesivo a nivel mundial no es para nada alentador.
Para finalizar, hablemos como le pega a Uruguay este nuevo contexto de crisis global:
Tomando por ejemplo los datos oficiales del año pasado, sobre nuestras exportaciones (Informe de Comercio Exterior 2019 de Uruguay XXI):
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Los principales socios comerciales de Uruguay fueron:
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China fue el principal socio comercial en 2019, representando el 31% de las exportaciones; Le siguen la Unión Europea (17%), Brasil (13%), Estados Unidos (7%), Argentina (4%) y México (3%).
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A China se le vende Carne, soja, lana
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La carne bovina fue el principal producto de exportación en 2019, y los principales mercados para la carne son China y la Unión Europea; el mercado chino ocupó más del 60% del total, mientras que el europeo tuvo una participación de 16%.
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Con relación a la celulosa (segundo producto de exportación), los principales destinos son la Unión Europea con una participación de 48% sobre el monto exportado, seguido por China y Estados Unidos con 32% y 12%, respectivamente.
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En tercer lugar viene la soja, en la cual la participación de China dentro de las compras totales rondó el 80%
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El cuarto rubro en importancia del 2019 fueron los productos lácteos. Dentro
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de este sector, la leche en polvo es ampliamente el producto más exportado, con un total de 70% sobre el total de ventas del sector. Los principales destinos fueron Argelia, Brasil y China.
En conclusión: El mundo que se viene es un mundo de mayor incertidumbre, pero seguramente más cerrado y una región con mayores complejidades desde el punto de vista económico y que agudicen la situación social.
Posiblemente tendremos dificultades este año para colocar nuestros principales productos de exportación: carne, celulosa, soja y lácteos, dado que nuestros principales compradores (China, Unión Europea y Brasil) estarán atravesando esta crisis con menos compras al exterior y menores precios.
Esto podrá traer aparejado para Uruguay el ingreso de menos divisas en su economía ingresos fiscales lo cual generará un menor espacio fiscal para el gasto público.
Si se suma una perspectiva de un ajuste fiscal con aumento de impuestos a los sectores de trabajadores y un recorte de la inversión y el gasto público como ya se ha anunciado va a existir un fuerte deterioro de los servicios públicos, de la Educación Publica, de la Salud Publica y del conjunto de Políticas Sociales deteriorando la calidad de vida de los uruguayos.
El Panorama no parece ser nada auspicioso.
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