Colectivo «Las Chiruzas»
A 209 años del primer triunfo militar de la revolución del Río de la Plata, el colectivo artiguista Las Chiruzas comparte esta breve reseña del combate en Las Piedras y su significado.
A mediados de mayo de 1811 habían pasado solamente dos meses y medio desde que un puñado de orientales se alzaran en armas a orillas del arroyo Asencio para luego tomar la Villa Soriano, hecho que es aceptado como el inicio de la revolución en la Banda Oriental. A partir de allí el «ejército nuevo» revolucionario comandado por José Artigas comenzó a avanzar hacia el sur con el objetivo de tomar Montevideo, el bastión amurallado donde resistía el poder imperial español. Al mismo tiempo, otro grupo de orientales tomaron los pueblos de Rosario, Porongos y San José. Mientras tanto en el este, una guarnición revolucionaria comandada por Manuel Artigas ocupaban los pueblos de Minas, San Carlos y Maldonado. Rocha también había caído en manos de un grupo de «soldados de la patria» bajo las órdenes de Pedro Pérez. Las afueras de Montevideo habían sido dominadas por los revolucionarios, que ahora cargarían con todas sus fuerzas contra la ciudad amurallada para derrotar definitivamente a los españoles.
Enterado el Virrey Elío, decreta la pena de muerte mediante la ejecución en la horca para todo revolucionario que sea encontrado por los soldados españoles. Asimismo, con los recursos militares que cuenta dentro de la ciudad amurallada, organiza un ejército para salir al cruce de los revolucionarios que avanzan hacia Montevideo. Debido a que la defensa de dicha ciudad se ejercía fundamentalmente por mar, Elío contaba casi que únicamente con la fuerte Marina de guerra española. Es así que unos 1200 marineros comandados por el Capitán José Posadas avanzan hacia el encuentro con los revolucionarios y se acampan esperando la llegada de éstos en la única vía de entrada a Montevideo: Las Piedras.
La guarnición revolucionaria al mando de José Artigas acampó en Canelones y luego en Canelón Chico, controlando a los españoles que permanecían en Las Piedras. Las intensas lluvias que no cesaban hicieron que el combate se diera finalmente el 18 de mayo. A orillas del arroyo Las Piedras, se enfrentaron finalmente las tropas españolas y las revolucionarias. Los ejércitos eran similares en cuanto a su número, pero muy desiguales en cuanto a su poderío militar. Mientras los españoles eran marineros profesionales (entrenados, con un sueldo a cambio de su servicio) y contaban con obuses y cañones, el «ejército nuevo» revolucionario estaba conformado por peones, indígenas, chiruzas, esclavos, gauchos y apenas un puñado de oficiales, armados modestamente con lanzas, sables y palos. Pero más allá de las diferencias en lo militar, los revolucionarios orientales contaban con algo que terminaría haciendo la diferencia: el afán de patria o muerte.
El combate se desarrolló entre el mediodía y la puesta del sol, cuando finalmente llegó la rendición de las tropas españolas al carecer de posibilidades de triunfo frente a los revolucionarios que, mediante una importante estrategia de su comandante José Artigas, estaban asediando a los realistas. Así llegaría la última orden de Artigas: «Clemencia para los vencidos. Curar a los heridos. Respetar a los prisioneros», frase que inmortalizó y con la cual cambió el rumbo de los combates revolucionarios americanos, en los cuales -hasta ese momento- nunca se había respetado la vida de los rendidos. Aproximadamente un centenar de españoles perdieron la vida aquel día en el campo de batalla, en tanto fueron quince los orientales caídos en combate.
Las Piedras fue el primer triunfo militar de la revolución del Río de la Plata desde su inicio en mayo de 1810. A poco más de dos meses de estallar la insurrección de este lado del Río Uruguay, los orientales habían logrado una victoria que a la Junta Revolucionaria de Mayo se le venía negando, contrastando con las derrotas militares de Belgrano en el Alto Perú y en Paraguay. Tal fue la importancia de este triunfo militar que en el himno de las Provincias Unidas del Sur (himno argentino) se menciona a Las Piedras.
Esta victoria representa es la máxima expresión de defensa de la soberanía particular de los pueblos, podemos decir que es realmente la primer expresión popular de soberanía en la Banda Oriental, donde se demuestra el potencial que tiene el pueblo reunido y armado1, que ante la opresión extranjera combatió valientemente y triunfó.
Entre la tiranía y la patria, los orientales eligieron patria. Patria no solo como nomenclatura sino como una expresión amplia y popular, una patria de todos y no para unos pocos.
1 Título que emplea Agustín Beraza (1967).
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