Andrés Correa
Vicentín es un mega empresa cerealera de capitales argentinos de la localidad de Avellaneda, provincia de Santa Fe y es también el mito fundante de la ciudad, casi todos sus habitantes se sienten más “vincentinenses” que avellanedense su gentilicio de origen.
La justicia investiga la participación de su directorio en el secuestro de al menos 22 trabajadores durante la última dictadura cívico-militar. Desde 2004 el sindicato de Aceiteros denuncia las irregularidedes con sus empresas montadas en el exterior (como Vicentin instalada en Zonamerica en Uruguay en 2004 y con operaciones recién en 2019) fuga de capitales, evasión y delitos cometidos en el otorgamiento de préstamos a la empresa.
Certezas
El lock out de las patronales del campo en Argentina en 2008 instaló la idea del surgimiento de un movimiento social que levanta las banderas de la república claro la del país representado por el agroconservadurismo.
Vicentín hasta finales de 2019 se mantenía entre las empresas líderes con mayores ventas al exterior, con una deuda de 18.000 millones de pesos con el Banco Nación, tras declararse en cesación de pagos el 4 de diciembre del año pasado.
La deuda con el Nación que figura en el concurso preventivo corresponde a nada menos que 72 préstamos, por un monto global de 290 millones de dólares. Así consta en el legajo individual del Banco Nación en la causa, donde también se revela que, de esos 72 préstamos, el 40% fue autorizado en noviembre de 2019. En ese mes se otorgaron 28 empréstitos, un número totalmente inusual. El resto de los acreedores son otros bancos locales, bancos extranjeros y también por acreencias comerciales predominantemente locales con productores.
El presidente Alberto Fernández anunció el pasado 8 de junio la intervención de la cerealera por 60 días para garantizar su continuidad operativa y adelantó que enviaría un proyecto al parlamento argentino para avanzar con la expropiación. Sin embargo, el juez civil y comercial de la ciudad de Reconquista, Fabián Lorenzini, que lleva adelante el concurso de acreedores de Vicentin, dispuso que los interventores que administren la firma sean los designados por los accionistas y al mismo resolvió que los interventores nombrados por el gobierno se sostengan en calidad de veedores.
Por su parte, el gobernador de la provincia de Santa Fe, Omar Perotti presentó una propuesta para tomar el control de la empresa pero sin tener que llegar a la expropiación. El objetivo sería desplazar a los actuales accionistas y avanzar en la conformación de una empresa público-privada con una importante participación del Estado.
Interrogantes
Ante el anuncio de las autoridades del gobierno nacional se pretende el rescate de la empresa, que busca preservar los puestos de trabajo además evitar la extranjerización de una empresa estratégica como es una cerealera y que en el mediano plazo por su potencial exportador favorece a mitigar un problema que la Argentina tiene hace décadas que es la generación de divisas.
Cabe preguntarse porqué se convoca a manifestarse en contra de lo que en definitiva sería un cambio en la dirección de la empresa? Porqué no se convocaron a cacerolear cuando se cerraron 24.505 empresas, durante la gestión del presidente Mauricio Macri?
Y nos seguimos preguntando porqué nadie se manifestó cuando el Grupo Clarín primero se queda con Nextel a precio vil y luego Cablevisión (del mismo grupo empresarial) se quedó con Telecom generando una situación dominante en el mercado de las telecomunicacioens afectando la libre competencia? Porqué nadie se manifiesta contra el interés usurario que cobran las tarjetas de crédito? Porqué no se impulsan manifestaciones para que las empresas de energía (petroleras, gas, eléctricas) todas privadas asuman parte del costo de la crisis agudizada por la pandemia y bajen las tarifas a los usuarios residenciales y pymes?
La gigantesca operación en defensa de estafadores como son los actuales directivos de Vicentín debe ser interpretada. Debemos comprender que hay en Argentina quienes tratan de sustituir a un pueblo de vagos y ladrones que recurre a la ayuda del Estado por otro pueblo que es el que trabaja viste y huele bien y que representa a la república conservadora.
Desafíos en el camino
Los sectores rentísticos, los socios locales de los tenedores de deuda, los que impulsan un país con una economía primarizada dependiente de los designios de los poderosos del mundo, gran parte del Poder Judicial, tienen una resistencia feroz a la intervención del gobierno en problemas como el empleo, se resisten a la dirección del gasto gubernamental (inversión pública y subsidios al consumo), y resisten a la presencia gremial organizada que exija mejores condiciones de trabajo y aumento de salarios y resisten enérgicamente al rol activo del estado en la actividad económica y productiva.
A diferencia de lo que fue el llamado conflicto de la 125, con lock out patronal y cortes de rutas, debemos contemplar que en esta oportunidad el gran bloque de empleo y producción, adhiere a la iniciativa del gobierno argentino y apoya la medida de rescate de la compañía Vicentín. En la Argentina hay algo más de 800.000 empresas, 83% de las cuales son microempresas; 16,8 son pymes, y solo 0,2% grandes compañías. Además, las firmas que emplean desde un trabajador y hasta 200 trabajadorxs representan el 66% del empleo formal privado del país, según datos de la Secretaría de Transformación Productiva.
Este bloque se organiza en la Federación Agraria Argentina (FAA), Coninagro, parte de la UIA, la Confederación General Económica (CGE), las pymes, las cooperativas, también la Confederación General del Trabajo (CGT), la Corriente Federal de Trabajadores (CFT), y las Central de Trabajadores de Argentina (CTA), junto a organizaciones sociales y medios de comunicación populares, en definitiva la economía real en pleno, apoya la decisión de rescatar la compañía por parte del estado vía expropiación.
El embate mediático era el esperable y apela a conmover desde el sentido común a una parte de la población con prejuicios y con análisis binario de la república agroconservadora.
La medida de rescate de la empresa Vicentín se enmarca dentro del sistema capitalista pero con un estado interventor y regulador de la economía, así el gobierno argentino tiene el desafío de avanzar en la construcción de una senda opuesta al libre mercado y el individualismo.
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