Martin Nessi
Montevideo, más y mejor Estado, más política, más gestión, más gobierno.
La situación de pandemia y las políticas neoliberales han venido a marcarnos una nueva realidad. Esta anormalidad que el gobierno nacional se empeña en naturalizar viene compleja. No solo por los desafíos que la pandemia nos ha impuesto, sino también y más que nada porque comienzan a visualizarse los efectos del Uruguay gobernado por la presión de los sectores más rancios de la sociedad: la manipulación de información por parte de algunos medios y el gobierno, la cercanía con los Estados Unidos, la liberalización total de las políticas de empleo, educación y vivienda, la puesta en marcha de antidemocráticas políticas de control hacia la ciudadanía y la disminución de acción concreta del resto de las políticas públicas por parte del Estado.
En esa combinación la gente pierde, el que no cuenta con superpoderes o un colchón de dinero que le permita subsistir, se va viendo atrapado de a poco en una rosca sin salida y los efectos sociales empiezan a verse ya por todos lados. Más gente durmiendo en la calle, mas desempleo, más inflación, una fuerte tendencia a la desregulación de diferentes actividades, ineficacia ante las cada vez más paulatinamente ausentes respuestas estatales en políticas sociales. Ante ese panorama, montevideanos, montevideanas y todo aquel que hoy viva, estudie o trabaje en nuestro departamento verá la necesidad de un gobierno firme y con decisiones claras, que defienda nuestros intereses en una nueva situación, donde deberá seguir abordando con la justeza y responsabilidad necesaria en políticas sanitarias, a la vez que tendrá que profundizar su atención de la política social, incluyendo en estas la salud, el acceso a la educación, el empleo y deberá pararse más fuertemente ante políticas del gobierno nacional que ya vienen siendo discriminatorias particularmente con las intendencias de Montevideo y Canelones.
“En un gobierno departamental la ideología no tiene que pesar”
“En un gobierno departamental la ideología no tiene que pesar. No tiene que pesar la ideología a la hora de dar agua potable a las personas.” Lo dijo la candidata a Intendenta de Montevideo por la coalición de derechas Laura Raffo. Analicemos y vayamos por partes ¿Qué se quiere decir cuando se dice que en un gobierno departamental la ideología no tiene que pesar?
Está claro, hay definiciones que en un escenario incierto el próximo intendente o intendenta de Montevideo deberá tomar. Cuando se gobierna se aplica ideología, no hay gobierno que no lo haga. Tomemos como ejemplo el gobierno nacional, cuando este define liberar el mercado cambiario, aumentar impuestos, recortar políticas sociales, recortar el aporte de oficinas como la OPP a los gobiernos de Montevideo y Canelones, desregular leyes laborales y congelar los sueldos de los trabajadores y trabajadoras, toma decisiones y aplica una ideología concreta.
Otro ejemplo, en la recientemente aprobada ley de urgente consideración se plantean nuevas modalidades de alquiler de vivienda tendientes a la desregulación, donde se eliminaran medidas de carácter humanitario como la prohibición de desalojos en invierno, se flexibilizaran las condiciones de contratos de arrendamiento en vivienda, se autorizarán los arrendamientos en moneda extranjera, se agilizarán los procesos de lanzamiento y desalojo, todas medidas que desregulan el mercado y favorecerán probablemente a los arrendadores. También se toma una definición y hay una postura ideológica detrás de ellas.
Se preguntara usted ¿qué tiene que ver esto con Montevideo?, veamos, es probable que las políticas mencionadas sumadas a la creciente inflación, la falta de empleo y un recorte de las políticas sociales haga que en nuestro departamento el número de personas en situación de calle siga aumentando. Nosotros queremos un gobierno de Montevideo que ante estas situaciones debata políticamente y además de que haga lo que tiene que hacer según sus competencias, se pare a negociar y a marcarle fuertemente al gobierno nacional los puntos que sea necesario para no afectar la calidad de vida de la gente. Montevideo no quiere ni puede aceptar mentiras en quienes gobiernen, no quiere ni puede aceptar que la vieja lógica Montevideo – Interior vuelva a regir en la designación de recursos del gobierno nacional. Montevideo necesita un gobierno con ideas, dialogo, acción, firmeza y defensa de las personas que independientemente de donde hayan nacido aquí viven, estudian y trabajan.
“No tiene que pesar la ideología a la hora de dar agua potable a las personas”
La candidata que, se ha aburrido por ahí de dar notas y realizar discursos hablando de la “ciudad de Montevideo” desconociendo que Montevideo es un departamento. Cuando dice “no tiene que pesar la ideología para darle agua potable a las personas”, aquí va otro ejemplo de que la ideología está siempre presente y marca las definiciones de un gobierno. Siendo extremadamente benévolo, puedo dar un sentido humanista a esa frase y decir que, la candidata quiso decir que, el agua potable es un derecho además de humano constitucional y que todos y todas debemos tener acceso a ella.
Sin embargo, me cuesta no recordarle que el servicio de agua potable no es brindado por las intendencias departamentales sino por el gobierno nacional, cosa que la candidata DEBERÍA DE SABER. Mucho más me cuesta creerle a la Sra. Raffo ya que, si alguna vez el agua potable estuvo privatizada en el Uruguay y por tanto no era para todos y todas fue la época en que gobernó el Sr. Luis Lacalle Herrera que, por un cuarto de siglo, privatizo y entrego los servicios de agua potable en buena parte del Departamento de Maldonado a empresas privadas, lo cual fue una experiencia nefasta para usuarios y usuarias que pagaron precios exorbitantes por un servicio que en medio Uruguay se sabía era muy malo.
La mentira y otra vez arroz
“Todas las tazas que tienen que pagar los pequeños comercios se exonerarán por un año”, lo dijo en un canal en el cual hasta hace poco ella misma se presentaba como economista independiente. A su vez esta candidata pertenece al mismo partido que durante la campaña prometió no subir tarifas y a los dos meses de haber asumido subió impuestos básicos -por encima de la inflación- para la ciudadanía en plena pandemia. Además aumentaron el cobro del iva a quienes pagan con tarjeta de débito en un país donde buena parte de la población cobra mediante ese mecanismo. ¿Por qué razón vamos a creer que esta vez ella y su partido dicen la verdad?
Por otra parte, dice que apoyara a las PYMES pero, el gobierno que su partido junto con otros sectores de derecha, aplica medidas económicas y de cambio de moneda que solo sirven a grandes empresarios, especuladores y grandes sectores exportadores. ¿Qué zapatería, panadería o comercio de barrio cualquiera, resiste con la política cambiaria aplicada por el gobierno nacional cuando debe de pagar sus mercaderías en dólares? ¿Cuál de estos comercios resiste si la política del gobierno nacional favorece a las grandes superficies a la vez que va dejando miles y miles de persona sin empleo? Esa es pura demagogia de la candidata que habla de la preocupación por las personas que habitan en asentamientos mientras que el gobierno que ella integra y del cual su partido es el mayor responsable recorta los planes que atienden las políticas de vivienda. Desconoce los mecanismos y las formas de funcionamiento de la Intendencia de Montevideo. ¿Qué razones hay entonces para creerle? Ya tenemos arroz y en Montevideo estoy convencido que de sopa no queremos otro plato.
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