David Graña
En los tiempos que corren, tanto a nivel nacional como internacional, donde todo se cuestiona sin mucha profundidad y donde cualquier persona tiene la oportunidad de lanzar al viento de las redes, tanto su odio como su simpatía por cualquier evento. Debemos cuestionarnos nuestras victorias, nuestras derrotas. Los derechos conquistados que ahora parece que se pueden borrar con un simple plumazo o con alguna ley perversamente LUCrativa. Todos los que pensábamos que iba a durar para siempre, hay que sostenerlo día a día a través de la única herramienta que posee el pueblo, la lucha.
Por eso hoy les voy a contar sobre un incansable luchador, Anatoly karpov, uno de los campeones mundiales más increíbles de todos los tiempos, su vida, lejos de ser pintoresca como la de otros ajedrecistas, fue bastante normal y eso es debido a que, aun siendo un jugador brillante nunca se obsesionó con el juego que amaba, ni creyó eternos los laureles conseguidos.
Una vez se dijo de él, a propósito de su juego, el cual era capaz de mantener una mínima ventaja durante toda una partida y terminar ganando; que Karpov era capaz de: “sacar agua de una piedra”, esta frase lo define de cuerpo completo, así como la frase dicha por él mismo que inicia este artículo.
Karpov nació el 23 de mayo de 1951, en Zlatoust en la región de los Urales de la antigua Unión Soviética, y aprendió a jugar al ajedrez a la edad de 4 años. Su ascenso temprano en el ajedrez fue rápido, ya que se convirtió en maestro candidato a los 11 años. A los 12 años, fue aceptado en la prestigiosa escuela de ajedrez de Mikhail Botvinnik (el padre de la escuela soviética de ajedrez), aunque Botvinnik hizo el siguiente comentario sobre el joven Karpov: «El niño no tiene ni idea sobre el ajedrez, y no hay futuro en absoluto para él en esta profesión «. El tiempo y el mismo Karpov se encargaron de demostrar la equivocada apreciación de Botvinnik…
Karpov representó a la Unión Soviética en seis olimpiadas de ajedrez , en todas las cuales la URSS ganó la medalla de oro del equipo: Skopje 1972, Niza 1974, La Valletta 1980, Lucerna 1982, Dubai 1986, Thessaloniki 1988.
Es Licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad de Leningrado, Fue miembro del Partido Comunista de la Unión Soviética y presidente de la Fundación por la Paz soviética, fue miembro de la Comisión Suprema Soviética para Asuntos Exteriores, y presidente de la comisión para los damnificados de Chernóbyl, entre otras tareas humanitarias y políticas que realizó y realiza. Se le otorgaron distinciones tales como la Orden de Lenin, y la Orden de la Bandera Roja, y… hasta tiene un asteroide con su nombre! (el asteroide 90414 Karpov).
Una vida prolífica, dentro y fuera del tablero, aunque muchos gente lo recuerda por haber sido el campeón que perdió ante Garry Kasparov, simplemente, porque los humanos tenemos siempre la obscura tentación de barrer con saña a nuestros idolos caidos. Aunque no todos, y es gracias a esos que nadan contra la corriente que la esperanza vive toma fuerza y florece.
Les regalo otra frase de Karpov:
«El ajedrez es mi Vida, pero mi Vida no es solo el Ajedrez”.
Para quienes gusten aqui les dejo una hermosa partida entre Karpov y Ponomariov:
Fuentes: fuente 1 fuente 2 fuente 3
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