Cuba, un asalto para rescatar la República

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@mateamargouy

 Orlando Oramas Leon

La Habana, 14 jul (Prensa Latina) El 26 de julio de 1953 marca un hito en la historia de Cuba, cuando un puñado de jóvenes se lanzó, armas en mano, al rescate de la República en el centenario del natalicio de José Martí.

En aquella jornada, hace hoy 67 años, con Fidel Castro a la cabeza, fue atacada la segunda fortaleza militar que sustentaba la tiranía de Fulgencio Batista, quien un año antes había dado un golpe de Estado para perpetuar la corrupción y otras lacras que laceraban a la República.

Aquellos revolucionarios, muchos de los cuales perdieron la vida en combate o asesinados después, la historia los reconoce como la Generación del Centenario, reivindicadora del legado del Apóstol cubano.

El ataque al cuartel Moncada, de Santiago de Cuba, junto al Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo, ambos en el oriente de la isla, fue un fracaso militar, pero resultó de honda trascendencia social y devino motor de la Revolución que iniciaría tres años después Fidel Castro en la Sierra Maestra.

Las razones del asalto al Moncada están descritas en el alegato conocido como La historia me Absolverá, que constituyó la defensa que el abogado Fidel Castro encaró en el juicio al cual le sometió la dictadura.

En 1953 la población cubana no llegaba a los cuatro millones 400 mil habitantes; más de un millón de ellos eran analfabetos.

Pero como paradoja, para entonces unos nueve mil maestros estaban desempleados.

Las carencias imperaban en las zonas rurales, donde el 50 por ciento de los niños en edad escolar no asistían a la escuela.

Según el líder revolucionario, 600 mil de sus compatriotas estaban sin empleo, mientras que 500 mil trabajadores del campo laboraban apenas cuatro meses al año, en tiempos de zafra azucarera.

Eran los sin tierra, mientras que empresas de Estados Unidos poseían miles de hectáreas en un país donde predominaba el latifundio.

En su alegato Fidel Castro se refirió a los ‘100 mil agricultores pequeños, que viven y mueren trabajando una tierra que no es suya’.

Y acotaba: ‘En Oriente, que es la provincia más ancha, las tierras de la United Fruit Company y la West Indies unen la costa norte con la costa sur’.

El obrero agrícola cubano no disponía, como promedio, de 25 centavos diarios para comer, vestir y calzar.

El 60 por ciento de ellos vivía en bohíos (viviendas) de techo de guano y de piso de tierra, sin servicio eléctrico, letrina sanitaria, ni agua corriente.

El 44 por ciento de ellos no pudo asistir a una escuela.

La capital, con el 22 por ciento de la población disponía del 65 por ciento de los médicos y el 62 por ciento de las camas hospitalarias, según una encuesta de la época.

Añadía que la mortalidad infantil superaba los 60 fallecidos por cada mil nacidos vivos, y la esperanza de vida apenas llegaba a los 58 años.

La mayor de las Antillas contaba en 1959 con seis mil médicos; la isla disponía de tres universidades y en el curso 1959-1959 la matrícula sumó dos mil 63 estudiantes y 203 profesores.

Cuando triunfó la Revolución, el 1 de enero de 1959, el número de profesionales sumaba 25 mil.

Hoy la población de Cuba es de poco más de 11 millones de habitantes.

El más reciente Anuario Estadístico indica que a principios de 2019 el país disponía de unos 95 mil médicos (nueve por cada mil habitantes) y más de 85 mil expertos en enfermería.

La esperanza de vida sitúa a la ínsula caribeña entre las primeras del continente con 78,6 años.

La isla está hoy sembrada de universidades (50), donde se estudian 113 especialidades.

A tono con ello el 50 por ciento de los cubanos posee un título de educación superior.

Más de 241 mil jóvenes llenan las aulas universitarias, sin contar los que cursan carreras en las Fuerzas Armadas Revolucionarias y en el Ministerio del Interior.

La educación superior cuenta con 53 mil 298 profesores a tiempo completo, y un alto por ciento de ellos son máster o doctores.

‘La formación de maestros es una prioridad del ministerio, y tenemos 27 escuelas pedagógicas con 26 mil estudiantes’, expresó recientemente la titular de Educación, Ena Elsa Velázquez.

Son apenas algunas estadísticas que dan cuenta de las razones que tuvo la Generación del Centenario para, armas en mano, intentar dar un vuelco a la historia y hacerle justicia a la patria republicana, la que esbozó y por la cual ofrendó su vida José Martí.

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