Objetivo: contra todo.

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@mateamargouy

Podríamos hacer un recuento de lo que han sido estos días de retorno a la campaña electoral, tanto en la calle como en las redes sociales, la acusación sistemática de dirigentes del partido multicolor que se han enfocado en ocultar sus debilidades y sus inoportunos deslices de gestión con discursos de odio e intolerancia a todo aquel que no esté alineado con el nuevo gobierno.

Los hechos puntuales de una puñalada, una emboscada o un amedrentamiento callejero serían hechos aislados sino tuviésemos que escuchar a legisladores oficialistas y miembros del gobierno promoviendo la violencia más que otra cosa.

Digamos algo con claridad, el tremendo despliegue mediático del oficialismo no busca mostrar lo que se hace, sino más bien todo lo contrario. Alcanza con escuchar a la versión despechada del partido gobernante; Cabildo Abierto, que se preocupa más por categorizar a las izquierdas e indagar en elementos que justifiquen su relato, y oculten sus propios apátridas y genuflexos. O las últimas declaraciones insólitas del Presidente de la República, dando a entender que hay ciudadanos de bien y ciudadanos que se manifiestan.

Pasemos por las redes sociales un día de semana en horario laboral, y prestemos atención al tema del día para atacar a la izquierda, y a cualquiera que se manifieste públicamente opositor. Verán 1500/2000 interacciones tratando de colocar el tema en la agenda y buscando desesperadamente que algún militante social o político del espectro opositor caiga en la trampa de dar su opinión para poder así amplificar la campaña de odio, dudas y desconfianza.

¿Acaso alguien cree que todas estas agresiones virtuales y cotidianas son casuales? ¿Acaso alguien duda que no se trata de campañas orquestadas y en algunos casos programadas? ¿A quién le puede interesar atacar hasta el hartazgo a la oposición política y social de los sectores dominantes que hoy tienen a un hijo de los suyos de presidente?

Este breve repaso podría incluir un detalle de senadores y diputados oficialistas, de candidatos locales azuzando y promoviendo el señalamiento del Frente Amplio, de quien esté sindicalizado y todo aquel que exprese una idea no conservadora.

En estos días Roy Berocay, un artista uruguayo, fue de gran visibilidad por dar su opinión ante el intento de homicidio sufrido en Salto por un militante frenteamplista, mientras era atacado por esas campañas cotidianas en redes sociales, su mensaje se viralizó ya que algo era evidente. ¿Cuál sería la reacción del gobierno si el apuñalado era de los suyos?

Un dirigente histórico y ex diputado por la 609 fue agredido en la puerta de su casa y salvado por sus vecinos sin que se le fuera robada ninguna de sus pertenencias. La denuncia policial no prosperó y la atención del caso fue casi nula.

Siguiendo la lógica de razonamiento de Roy Berocay, ¿Qué hubiese pasado si el dirigente que era golpeado a patadas en una cuneta se tratase de un integrante del honorable directorio del partido nacional y además recientemente homenajeado por todas las tiendas políticas como lo fue este dirigente en Paysandú?

¿El comisario, y fiscalía estarían preocupados por indagar? ¿Se actuaría con la misma velocidad con la que indagó a todas las personas que publicaron la foto de Pfeffer, imputado por la operación océano y Laura Raffo, su ex socia?

El vocero de la policía de Salto ante el intento de homicidio no demoró en desestimar el móvil político, las fuerzas conservadoras de Salto a la mañana siguiente estaban más preocupadas por desestimar el móvil político que en la salud de los agredidos, figuras públicas de algunas tiendas políticas nacionales se sumaron a sembrar la duda… y adivinen que pasó en las redes sociales con las cuentas falsas que diariamente instalan 1500/2000 interacciones destilando agresiones? Promovían la duda sobre los agredidos y plantando un caso de problemas internos en el Frente Amplio.

Parece ser bastante claro quienes son los autores intelectuales de fomentar la división y el enfrentamiento, más o menos disimulado, abonan el terreno para que alguno se envalentone.

El formato irracional que están tomando algunos discursos, no son nuevos, tratan de apelar a una sicología que después que se desata es bastante difícil volver atrás. De eso se trata el fascismo. Quienes están promoviendo derrotar a la oposición fuera de las elecciones, quienes no miden consecuencias en estar todos los días del año agrediendo opositores, deben tener por lo menos presentes el grado de autoría, responsabilidad y alcance de sus acciones.

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