David Graña
Hoy les voy a hablar de amor, en el más amplio sentido del término, el amor nos atraviesa, a lo largo de toda nuestra vida, y de las mejores cosas que he escuchado últimamente, es que hay que dejarse atravesar por él.
La izquierda no está exenta del amor, tan necesario para empatizar con el otro, para hacer y luchar por aquellos que tienen los derechos vulnerados, por todo los que no tienen voz porque el sistema les tapa la boca, quieren acallar sus voces a través del miedo en sus muchas formas, como la pretensión punitiva del estado por ejemplo…
El ajedrez también tiene su capítulo en el gran libro humano del amor, en el poema «Scachs d’amor» («Ajedrez de amor», en valenciano), un poema escrito por Francisco de Castellví, Bernardo Fenollar y Narciso de Vinyoles y publicado en Valencia a finales del siglo XV, en plena época del Siglo de Oro Valenciano.
Este poema marca el inicio del nuevo ajedrez, donde las normas que se ven son las utilizadas actualmente en el juego.
Scachs d’amor, como poema, es ante todo un juego amoroso, en un marco puramente renacentista dos dioses pugnarán entre sí, Marte y sus piezas se presentan con las cualidades que todo ¨caballero¨ debe tener para alcanzar el amor de la ¨dama¨ (Razón, Voluntad, Deseos amorosos, Alabanzas, Pensamientos y Servicios amorosos).
Venus lleva junto a sí las cualidades que una ¨dama¨ debe poseer para ir jugando al juego del amor, enamorar a su ¨caballero¨ (honor, belleza, vergüenza, desdenes, dulces miradas y cortesías del Juego Galante).
Mercurio en sus estrofas van siempre a continuación de los dos protagonistas, establece las leyes del ajedrez, y se convierte en el árbitro que explicará cómo debe jugarse esta contienda, siendo la primera vez que esta figura de árbitro existe.
Nos habla del tablero comparándolo con el tiempo, de noches y días como los colores de las casillas, y el número de éstas que es igual al número de estrofas. Mencionamos entre otros el tema de pieza tocada pieza jugada, el movimiento del rey a una tercera casilla que recuerda las reglas lombardas a las que Murray hace mención , se menciona la presencia de un árbitro, la captura al paso, las diferentes clases de mates, las clases de movimientos que tiene la dama, no se puede tener más de una sobre el tablero, si se captura a la reina se pierde la partida, reyes y reinas no pueden luchar entre sí.
Quiero destacar sobre todo la aparición de la dama en sustitución de la Alferza, una antigua pieza del juego del ajedrez que fue sustituida por la dama o reina y que actualmente no se utiliza.
Dicha pieza se situaba junto al rey, pero en el juego su poder respecto a otras piezas era escaso: se desplazaba sólo una casilla cada vez en diagonal adelante o atrás, excepto en su primer movimiento, en el que podía avanzar tres en diagonal o en horizontal, incluso saltando otras piezas.
La dama se mueve en línea recta por las filas, columnas y diagonales en el tablero. No puede saltar a sus propias piezas o las adversarias y captura tomando el escaque ocupado por el escaque adversario y es la pieza de mayor valor absoluto del juego.
Que la dama sustituya a la Alferza pieza de movimiento mucho más restringido, representa para mi una hermosa metáfora sobre la lucha que lleva adelante el movimiento social y político feminista donde la toma de conciencia de las mujeres como grupo o colectivo humano, de la opresión, dominación, la explotación de que han sido y son objeto por parte del colectivo de varones en el núcleo mismo del patriarcado a lo largo de la historia, y potencia la acción para la liberación de la mujer con todas las transformaciones de la sociedad que sean necesarias. La alferza devenida en dama de ajedrez adquiere tintes simbólicos de la resiliencia y evolución de la Mujer que lucha se libera y nos enseñan históricamente que la lucha es continua y nunca debe cesar.
Creo que en este enclave histórico que nos está tocando vivir, de pandemia, de aparición de viejos fantasmas que parecían ya superados, de conductas reaccionarias y de aparición de seres nefastos que creíamos que nunca más volverían, es hora de militar más que nunca, de marcar, como este poema, un punto de inflexión, de encender una luz y generar un cambio nuevamente, juntos podemos.
La partida se ha podido reproducir a partir de las anotaciones del poema, aunque ante el valor literario y revolucionario del mismo, no es más que una mera anécdota, pero por acá se las dejo.
Fuentes:
fuente 1
fuente 2
fuente 3
fuente 4
fuente 5
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