Rocío Martinez
Nos enfrentamos a un nuevo presupuesto, y nos gustaría poder brindar aquí algunos elementos respecto al tema en general, y al recorte presupuestal previsto para la Educación Pública en particular.
Lo primero es tener presente que la Ley de Presupuesto no es una ley más, ni son puros números. La Ley de Presupuesto es aquella que define las políticas de cada gobierno, donde hará sus énfasis y lo que dejará a un costado. En definitiva, es una expresión de la ideología de quienes gobiernan el país.
Desde la campaña electoral, Lacalle Pou y sus aliados de clase, ya venían diciendo cosas como “disminuir los gastos del Estado”, “hacer un Estado eficiente”, y demás alusiones a lo que sería más bien la gestión de una empresa privada que la aplicación de Políticas Públicas para el Pueblo.
Realmente no nos sorprende. Estos mismos partidos que hoy nos gobiernan, ya lo hicieron durante décadas y si de algo se encargaron fue de desmantelar el Estado, quitarle recursos a lxs más vulnerables, no fomentando en absoluto una educación que fuera universal.
En ese mismo rumbo, vienen los recortes que se están instaurando en esta Ley de Presupuesto, que dicho sea de paso algunos ya lo planteaban durante la campaña electoral.
Es innegable que durante los gobiernos progresistas, se avanzó muchísimo en materia de presupuesto y educación. Se lograron reivindicaciones históricas de las organizaciones sociales como el boleto estudiantil gratuito, avances en la erradicación de la superpoblación de grupos en la ANEP, mejoras en la infraestructura de las instituciones educativas públicas, no solo edilicias sino también recursos didácticos diversos y actividades especiales para que el proceso de enseñanza-aprendizaje de las hijas e hijos de los y las trabajadoras sea potente y significativo.
En cuanto a cobertura y matrícula: se amplió la oferta educativa a niños y niñas en educación inicial, se crearon Escuelas de Tiempo Completo y Tiempo Extendido, brindando muchísimas propuestas que ampliaron y enriquecieron el currículum tal como lo conocíamos (talleres de teatro, huerta, robótica, inglés, educación física, danza, arte, por nombrar algunas) permitiendo la socialización desde otro lugar, extendiendo el aula.
Se logró que el comedor escolar pasara a ser también un espacio de socialización y generador de cultura, garantizando que todos y todas las y los niños tuvieran al menos un plato de comida balanceada y nutritiva para fomentar su desarrollo cognitivo, y también de varixs estudiantes de Educación Media que hacían uso de este derecho, y lo remarcamos, derecho, porque alimentarse es un derecho de todas y todos.
Aumentó la matrícula de la Educación Pública, justamente, por la gran oferta educativa que se generó. Tuvimos decenas de premios a nivel mundial para estudiantes gracias a la apertura de la ANEP de generar recursos para el fomento de la investigación. En materia salarial, los números también son innegables si nos referimos a lxs docentes. Por nombrar algunos logros producto de la voluntad política del gobierno frenteamplista y la lucha del pueblo organizado, porque para hacer todas estas cosas se necesita la convicción de gobernar para quienes siempre habían estado relegadxs.
Pero es real también que hubo cosas que quedaron en el tintero. Si de presupuesto hablamos, la reivindicación del 6% +1 quedó en el debe. Esos puntos porcentuales con los que se podría haber mejorado aquellos edificios que al día de hoy se siguen inundando cuando llueve, haber logrado que efectivamente todos los grupos tuvieran un máximo de 25 gurisxs, que una maestra que recién ingresa al sistema pudiera vivir de su trabajo sin tener que correr de una escuela a otra, o que lxs trabajadorxs funcionarixs tanto administrativxs como de servicio no tuvieran su salario sumergido aún hoy. Haber presupuestado a todas las trabajadores de las empresas de limpieza que trabajan en condiciones lamentables, haber alcanzado a que todas las instituciones contaran con equipos multidisciplinarios para atender las diferentes realidades. Así como es real también que desde la propia ANEP siempre se pidió más de lo que efectivamente se le dió.
Ahora bien, imaginémonos que si con el presupuesto del gobierno frenteamplista quedaron todas esas cosas por hacer ¿qué será ahora de nuestra tan preciada Educación Pública (reconocida por muchos países de la región y el mundo) cuando el Gobierno de Lacalle Pou da el mensaje de recortar un 15% el presupuesto actual? ¿Qué está en riesgo?
Están en riesgo la protección de las trayectorias educativas de niños, niñas y adolescentes, ya que dentro del recorte se prevé entre otras cosas eliminar las horas de apoyo y tutorías en Educación Media, que posibilita que aquellxs que no tienen los recursos para pagar unx profesxr particular puedan de igual manera preparar un examen o reforzar aquellos conocimientos que no se logran en el aula por diversos motivos. Se estima un recorte de horas que afectará a más de 2000 docentes, lo que nos llevaría a volver a grupos superpoblados, perjudicando los procesos de enseñanza- aprendizaje. Todxs sabemos que no es lo mismo estudiar en una clase con 20 compañerxs a hacerlo hacinados con 38. En materia salarial, ya nos han informado que no habrá aumento, de hecho, debido a la inflación prevista se perderá salario real. Sin plata para investigar,la línea de trabajo que promovió que tanto estudiantes como docentes pudiéramos producir conocimiento se agotó. Al proponer que los comedores dejen de ser para todxs volveríamos a la estigmatización de lxs niñxs. El recorte de horas a proyectos de tiempo extendido eliminaría la posibilidad de acceso a la cultura de nuestras nuevas generaciones. Ya sabemos que la matriz de grupos para el año próximo elimina en gran medida los cursos de formación profesional básica de U.T.U, una propuesta que trabajó con población que antes se nos caía del mapa por el rezago y ser “extra edad”. Estas son solo algunas de las repercusiones que este recorte traerá aparejado.
En definitiva, con la propuesta de recorte retrocedemos a la década de los 90, dejando de considerarse a la Educación como un Derecho Humano fundamental, para pasar a ser un bien más, negociable con los empresarios. Pues, no cabe dudas, de que cuando todo se vaya a pique y digan que “no hay plata”, se la ofrecerán al mejor postor. Ya que el objetivo final es la privatización de la Educación Pública, que la paguen quienes puedan y lxs que no, que sean su mano de obra barata. Lejos, muy lejos de fomentar la construcción de ciudadanxs críticos y autónomos están sus principios. Un presupuesto que deja claro que la educación de las hijas e hijos de lxs trabajadorxs no es prioridad para este gobierno. Nos preguntamos ¿exigirá el CODICEN de Robert Silva un presupuesto digno y sin los recortes previstos?
Nos queda hacer un llamado a organizarnos, como estudiantes, trabajadorxs, familiares de niñas, niños y adolescentes que van a la Educación Públicas y miembros de la comunidad en general, y luchar para que no nos quiten los conquistado, que no nos roben el derecho a educarnos, a que nuestrxs niñxs y adolescentes crezcan libres y felices con las mismas oportunidades que lxs hijxs del Presidente.
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