El presidente Lacalle Pou y el ministro Javier García remitieron al parlamento un proyecto de Ley para habilitar a los oficiales de la armada uruguaya a participar en la planificación y ejecución de UNITAS ejercicios navales a realizarse este año en Ecuador.
Uruguay había abandonado su participación en estos ejercicios en el 2010, y había bajado su participación desde el 2006 a categoría de observador. El Presidente y el Ministro señalan en su exposición de motivos que Uruguay abandonó en 2010 estos ejercicios por “motivos políticos” y que son muy útiles para incorporar conocimientos en seguridad marítima, rescates humanitarios etc.
UNITAS es un conjunto de ejercicios militares navales que Uruguay conformó en los años 60’ junto con EEUU y otros países latinoamericanos en el marco político de la guerra fría y el tratado TIAR -tratado interamericano de asistencia recíproca- . Para aquél entonces tanto el tratado de 1947 como los ejercicios militares llevados adelante ponían el objeto de ser en la existencia de una confrontación mundial entre EEUU y la URSS. El bloque socialista desplegaba una gran flota marítima de buques y submarinos, y los gobiernos amigos de América se debían preparar para hacer frente a la presencia soviética en aguas internacionales. Finalizada esta confrontación UNITAS trató de reconvertir sus “objetivos” e incluir nuevas “problemáticas”, la lucha antinarcóticos por ejemplo.
En lo concreto Uruguay apenas cambió de gobierno solicitó suspender el trámite por el cual se retiraba de un viejo tratado guerrerista como el TIAR donde los países firmantes se comprometían a apoyarse en caso de agresión externa y que tuvo sus expresiones tácticas en ejercicios como estos. Consecuentemente y bajo argumentos de capacitación y técnica solicita el gobierno autorización al parlamento para volver, aunque aclara que no precisa de la autorización pero que igual la solicita.
Raro es que sean motivos políticos los que en 2010 nos alejaron de estas actividades, y que ahora que volvemos rápidamente a la agenda norteamericana sea una cuestión de vieja normalidad. Así sea el TIAR, o la exposición de motivos de UNITAS, todas las posiciones recientes que ha tomado el gobierno en posicionamientos internacionales tienen una sintonía, con previa visita del embajador norteamericano. Caso Venezuela cuando Talvi fue desautorizado por el embajador nortemericano a través de nada más ni nada menos del Presidente, caso BID que hasta los propios socios del partido de gobierno pidieron públicamente volver a una posición histórica de los países latinoamericanos.
Uruguay se retiró del TIAR por utilizarse para agredir a un latinoamericano, Venezuela, que no había agredido a ningún país, claras razones políticas. Ahora, UNITAS, creadas en el marco del TIAR realizará sus ejercicios en Ecuador ¿ejercicios de formación o señales políticas?
Desde las Fuerzas Armadas se ha manifestado más de una vez que se pierde relacionamiento y entrenamiento al abandonar estas maniobras. También lo ha manifestado EEUU y cabe preguntarse que intereses puede tener la principal flota del mundo en mantener la participación de Uruguay si no se tratase de razones geopolíticas, políticas.
No sería lo central estos ejercicios si no se diera en un marco de completa alineación política de Uruguay con los intereses norteamericanos, aunque sea con argumentos evasivos, se concreta más eficaz y velozmente que cualquier punto del plan de gobierno.
El interés nacional queda a un segundo plano o condicionado por intereses “superiores”, los enemigos de otros ayer o las capacitaciones de hoy, o los innumerables argumentos que podrán encontrar que no tapan las razones políticas o presiones extranjeras.
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