Mate Internacionales
La República de Artsaj conocido como Nagorno Karabaj es un Estado no reconocido por la comunidad internacional, que actualmente funciona anexado al Estado Armenio pero con cierta autonomía tácita, es decir bajo el gobierno de una república autónoma dependiente de Armenia. Allí viven más de cien mil personas de origen armenio, se trata de un territorio de disputa histórica y continua tensión latente, que cada ciertos años se torna manifiesta. El conflicto que habita en esa zona del Cáucaso sur tiene su más reciente antecedente en la Guerra del Alto Karabaj, ocurrida entre 1988 y 1994.
La Guerra del Alto Karabaj
Desde la desaparición del Imperio Ruso en 1917 y hasta 1921, Nagorno Karabaj fue una región en disputa, aunque mayormente controlada por armenios.
Durante la existencia de la URSS este territorio fue designado con un margen de autonomía, parte de la República Socialista Soviética de Azerbaiyán, desoyendo a sus habitantes quienes en su mayoría eran de origen armenio y minoritariamente azeríes y kurdos. ( Hay que puntualizar que esto se consolidó en el gobierno de Stalin, ya que Lenin era partidario de no dividir las poblaciones que mantenían lazos étnicos y religiosos).
En 1988 con el derrumbe soviético y la perestroika los habitantes de la región reclamaron ser parte de Armenia conforme a las normas vigentes de la época, y esto marcó el inicio de un conflicto que llevaría a la intromisión del ejército soviético y a la expulsión de armenios de Azerbaiyán y de azeríes de Nagorno Karabaj.
La guerra terminó seis años después con victoria por parte de Armenia y Nagorno Karabaj, y una gran derrota de Azerbaiyán.
Para 1994 los armenios del Alto Karabaj controlaban el territorio propio de la República y los entornos a la zona montañosa de Nagorno. Las tres Repúblicas firmaron el fin del enfrentamiento militar.
Un alto al fuego acordado en 1994 bajo el auspicio de Rusia como mediador puso término a la parte armada del conflicto, mientras que un organismo llamado Grupo de Minsk, de la OSCE y co-presidido por Rusia, Francia y Estados Unidos., fue establecido para poder realizar las respectivas negociaciones de paz.
Las negociaciones no concluyeron en un acuerdo de paz exitoso pero sí han servido para apaciguar los enfrentamientos que desde la fecha a la actualidad han existido.
El estallido actual
En julio del año pasado hubo un puntual enfrentamiento que se saldó con una victoria militar Armenia, la crisis política en Azerbaiyán se profundizó al día siguiente y la particularidad estuvo dada por la falta de negociación diplomática o algún tipo de acercamiento posterior. Luego Azerbaiyán y Turquía iniciaron un ejercicio militar conjunto que dio a entender el peligro y la amenaza hacia Armenia.
Con acusaciones cruzadas de quien inició el fuego el pasado 27 de setiembre, existe cierto consenso internacional de que Azerbaiyán, inició con el apoyo de Turquía un bombardeo en toda la zona de los siete territorios y Nagorno Karabaj y que se confirma con el despliegue de mercenarios traídos por Turquía, que se instalaron en la frontera desde un tiempo antes.
La mano turca parte de un viejo conflicto
La presencia de Turquía ha sido confirmada tanto en apoyo militar y logístico como en la presencia de mercenarios provenientes de Siria que operan bajo el mando turco. Medios internacionales y los propios mercenarios sirios han confirmado la información. ¿Se estaría frente a esta escalada sin el fogoneo exterior? probablemente no.
En Azerbaiyán existe una crisis económica y política. Si bien en las últimas décadas el negocio del gas y el petróleo ha incrementado notoriamente el PBI y las capacidades militares, era improbable pensar que el conflicto de Nagorno estalle en esta situación. La crisis política posterior al enfrentamiento de julio llevó a la dimisión del quien fue el Canciller por 15 años, una de las figuras más relevantes del gobierno de Aliyev terminó siendo el chivo expiatorio de los últimos fracasos diplomáticos, posteriormente acusado de corrupción.
El alejamiento del nuevo gobierno Armenio de Rusia es otro factor clave que alentó tanto al presidente turco Erdogan como al acorralado presidente Azerí, Aliyev a decantarse por el camino de la guerra.
Relaciones Armenias – Turcas
En plena guerra entre otomanos y rusos, los armenios de tradición cristiana fueron masacrados dentro de las fronteras otomanas lo que se conoció como el genocidio Armenio. Se estima que un millón de Armenios fueron asesinados y otra gran parte fueron deportados y desterrados.
Posterior a la caída del imperio ruso y la primera guerra mundial se da lugar al primer Estado moderno Armenio en 1918 que dura hasta la invasión soviética dos años después, finalizando con los conflictos fronterizos con Azeríes y Otomanos principalmente. El primer Estado Armenio representaba el doble de territorio al que se consolida posterior a la caída de la URSS y la independencia decretada vía referéndum en 1991.
Las relaciones entre el Estado Turco y Armenio no se logran normalizar salvo en un intento realizado en 2009 que nunca fue ratificado por los parlamentos y que cayó definitivamente con intentos de modificarlo por la parte Turca que incluían resoluciones sobre el estatus de Nagorno Karabaj.
Reflotar el Imperio Otomano, una salvación económica para el gobierno Turco
Los gobiernos de Erdogan en Turquía han buscado concentrar el poder y desarrollar un estado de militarización permanente junto a un proyecto socio religioso que afianza la religión musulmana al Estado Turco y al proyecto de expansión en los territorios colindantes.
Erdogan no tiene interés en mantener relaciones con Armenia, tampoco reconoce a Alepo como una ciudad del Estado Sirio y ha incursionado militarmente en diferentes frentes.
La política de guerra le ha permitido encarcelar y perseguir a la oposición política dentro de fronteras, y conseguir recursos económicos fuera de ellas. Actualmente Turquía se enfrenta militarmente a milicias kurdas en su propio territorio, en Irak y en Siria. En este último país mantiene una ocupación sobre el norte pese al reclamo del gobierno Sirio y amenaza a extender su ocupación a toda la frontera siria hacia el Este. Parte de los rebeldes sirios que controlaron por unos años gran parte del país contaron con el apoyo turco viéndose este último beneficiado por el saqueo de los pozos petroleros y el saqueo de la ciudad de Alepo. Los grupos armados que mantienen el control de Idlib lo hacen con el respaldo turco que les permite mantener un frente de guerra activo.
Turquía a su vez envió tropas y reclutó grupos irregulares que participan de la guerra en Libia y mantiene una disputa marítima con Grecia.
La guerra le está permitiendo la expropiación de recursos, la militarización de la sociedad, la anulación de las diferencias políticas locales, ofrecer los frentes de guerra como un trabajo, y sustentar una posición de poder regional de la cual se veía relegado.
La guerra por el negocio energético
Por último es preciso anotar la importancia del petróleo y el gas de Azerbaiyán. Si bien han caído los precios abruptamente es un negocio geopolítico con vistas a Europa que sería mucho más económico si fuese directo a través de Armenia que haciendo una curva hacia el norte por Georgia como realiza actualmente. Es decir que esta guerra con Artsaj y Armenia, es un costo fijo menor para el negocio energético y es aún más bajo si se tiene en cuenta que las principales bajas de una guerra relámpago fueron mercenarios.
Hasta el momento, Azerbaiyán y Turquía no pudieron quebrar la primera línea Armenia dificultando los planes establecidos de “recuperar todos los territorios” Azeríes. La guerra establecida al mismo estilo que desarrolló Turquía para ocupar Afrin en el norte de Siria no tuvo éxito.
Cabe esperar que la comunidad internacional tome conciencia que la población de Nagorno (República de Artsaj) en su totalidad no es aceptada por el gobierno de Azerbaiyán, y que una catástrofe económica y militar en Armenia es un invitación a la búsqueda de algún pretexto turco para conectar territorialmente Turquía y Azerbaiyán, con políticas idénticas a las que ya realiza hoy en día con la ocupación militar que mantiene en Siria y las incursiones militares diarias que realiza en el norte de Irak.
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