Por EconomiaPolitica.uy
Decíamos en anteriores artículos que cada vez que se publicaba un nuevo informe de las viejas instituciones internacionales, se sumaba incertidumbre a este mundo, la bancarrota se pintaba cada vez más abrumadora, sin observarse crisis mundial mayor en más de 100 años, y con indicadores que revelan cifras de desempleo y por tanto de pobreza escalofriantes.
Así fue como en mayo del presente año, La CEPAL estimaba una caída para América Latina y el Caribe del 5.3%, similar a la acaecida cuando la crisis que dio lugar a la primera guerra mundial (1914) y el consecutivo reparto del mundo por las potencias imperialistas, avanzando en el proceso que nos convirtió en patio trasero del otrora imperio renaciente (EEUU). Esta estimación de mayo podía compararse a la vez a la caída de 1933, año peor de la crisis que comenzara en 1929, y que dio lugar al nacimiento y desarrollo del fascismo en Europai, para culminar en un nuevo reparto del mundo tras la segunda Guerra Mundial (1939-1945), que nos terminara de conformar como patio trasero, tras el fortalecimiento de un imperio que se sumó al final a la contienda bélica que se desarrollaba muy lejos de su territorio.
Luego vinieron las estimaciones presentadas por el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), la una en junio y la otra en julio del presente año. El BM proyectó una caída del PBI de poco más del 7% para este continente, mientras que el FMI un mes después la calculaba en 9,2%. Pasaban los meses, se acumulaba información y las proyecciones se hacían cada vez más dramáticas. Así llegó el último informe de CEPAL (este mes, octubre 2020) que no hace otra cosa que corroborar la proyección última del FMI con un derrumbe económico medido por la evolución de su PBI del 9,1%.
El 94% de la población trabajadora según OIT (informe setiembre 2020) vive en países afectados y que han tomado algún tipo de medida restrictiva. La cantidad de horas trabajadas en los tre primeros trimestres cayeron un 17.3% equivalente a casi 500 millones de empleos, a lo que se suma una pérdida de 350 millones de puestos de trabajo. Es que no es lo mismo afrontar la crisis como trabajador/a que como capitalista.
Pero no todes pagan igual el costo de una tamaña crisis en el sistema capitalista. En nuestro continente la tasa de pobreza se aproximará al 38% y la de desempleo al 13,5%, lo que implicará que en este año 2020 regresemos a los niveles de pobreza del 2005/2006, enfrentando una nueva década perdida pues el PIB regresará a los niveles del 2010. Las diferencias a nivel de cada particularidad se manifiestan también a nivel mundial.
América Latina y el Caribe
El desastre que nos plantea la nueva crisis la refleja el siguiente cuadro para un grupo de países:
La desigualdad se profundiza si observamos la afectación concreta a nuestra masa de trabajadores/as. El siguiente cuadro muestra la pérdida de empleos acaecida en varios países de la región entre marzo y mayo 2020, por lo que la situación resulta aún peor, estimándose al cierre del año en más de 40 millones de desempleados en la Región.
De hecho y para nuestra América Latina y Caribe, si la caída del producto se diera como estima el FMI y la CEPAL, y se diera una caída de los ingresos similar, se duplicaría también la pobreza. La pobreza extrema (o indigencia) se acercaría a los 100 millones de personas pues crecería en casi 30 millones. De esas personas el 40% serían menores de 15 años. Pero, podría ser peor.
Uruguay en los tiempos de la crisis
El INE (Instituto Nacional de Estadísticas) ya ni se atreve a publicar las tasas específicas de empleo, desempleo y actividad que se encuentran atrasadas a febrero 2020, y un informe específico a julio sin comparativa ni siquiera de los meses correspondientes al 2020. Hace años seguimos estas estadísticas y no recordamos un atraso similar. La cuestión es que entre marzo y se habían destruido 99 mil puestos de trabajo (fuente INE) y el PitCnt estimaba una pérdida de 120 mil puestos de trabajo en el año.
La pérdida de puestos de trabajo que como es de esperar afectó más a mujeres que a varones. Todos los sectores de la producción experimentaron baja, pero el sector servicios fue el más desfavorecido, especialmente comercio, restaurantes y hoteles.
En este marco, y a diferencia del resto del mundo y muy especialmente de América Latina (que lejos está de ser una panacea), el gobierno nacional se empeña en acelerar la reimplantación neoliberal. Primero subió tarifas contra las mayorías, incluso contra la propia producción y servicios, esperó a la quiebra de muchas pequeñas y medianas empresas para alivianar un poco la situación con muy menguadas líneas de crédito, al tiempo que impulsaba una Ley de urgente consideración que se aunaba a la que actualmente se discute en el parlamento para el recorte del gasto público en el quinquenio (Ley de Presupuesto 2020-2024), jugando totalmente al achique, desestimulando el empleo, los ingresos de las mayorías trabajadoras y por tanto la demanda interna (que ocupa el 88% del PBI), jugando a estimular la demanda externa (léase grupos de poder exportadores, sector además muy trasnacionalizado). Las exportaciones que no llegan al 30% del PBI, pero además en el panorama del mundo y la región actuales no podrán ser expandidas por más que se les dé el oro y el moro, sencillamente porque la contracción es mundial y la demanda del resto del mundo también se achica.
El mundo no prevé ninguna salida en “V”, o sea, salvo la Sra. Ministra de economía Azucena Arbeleche y el Sr. Alfie, no hay analista serio que plantee la supuesta recuperación. Por tanto, no es solo lo sucedido, sino lo que sucederá ya desde el año próximo cuando la estantería de sus dudosas estimaciones caiga como castillo de naipe: más y más ajuste. Da la impresión que no se les cae otra idea.
i A los efectos de tener en cuenta algunas referencias de la época comentamos por ejemplo que Hitler en enero de 1933 fue nombrado “canciller imperial” y un año después era el jefe supremo del Estado Germano conformando el Tercer Reich. Pocos años después (17/6/36) comenzaba la Guerra Civil Española que culminó con más de medio millón de muertes, llegándose a contar cerca de 300 mil prisioneros/as, y otros miles de exiliados, accediendo al poder el General falangista Franco. Al tiempo, ya desde 1922 Mussolini en Italia Presidente del Consejo de Ministro y Duce desde 1943 hasta que terminara la guerra en 1945
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