El próximo domingo 25 de octubre se celebrará en Chile el Plebiscito Nacional 2020, que dará la posibilidad de cambiar por primera vez la constitución vigente desde su promulgación en 1980 bajo el gobierno de facto de Augusto Pinochet (luego aprobada por el plebiscito de 1989).
Si bien lleva el nombre oficial de plebiscito, en realidad es un referéndum mediante el cual se consulta a la ciudadanía si quieren o no iniciar un proceso constituyente para generar una nueva Constitución, y determinar el mecanismo para dicho proceso.
Las fuertes movilizaciones del año pasado en Chile dejaron al país en una crisis institucional y social sin precedentes desde el retorno de la democracia, también la brutal represión que dejó manifestantes muertos, mutilados y cientos de heridos tanto en las manifestaciones como en la represión barrial que marcó la imagen internacional al punto de suspender reuniones internacionales como las cumbres de APEC y COP25.
El gobierno de Piñera junto con algunos partidos opositores pactaron convocar a la población a modificar la constitución como válvula de escape y buscando apaciguar las manifestaciones que se continuaron dando en todo el país.
A días de haberse cumplido un año del estallido social en Chile se llevará a cabo una consulta que lleva dos papeletas con las siguientes preguntas:
- ¿Quiere usted una nueva Constitución? Apruebo / Rechazo
- ¿Qué tipo de órgano debería redactar la Nueva Constitución? Convención mixta constitucional / convención constitucional.
Están habilitados a votar 14 millones de personas aproximadamente y las opciones son:
La convención mixta constitucional que está integrada por partes iguales de miembros elegidos popularmente y legisladores en ejercicio, mientras que la convención constitucional estaría integrada por miembros popularmente electos.
De resultar mayoritaria la opción “Apruebo” el año entrante se convocaría a elegir los convencionales mediante otra elección.
¿Qué postura han tomado los diferentes partidos?
Por un lado la derecha se encuentra dividida entre los sectores de ultraderecha que llaman a rechazar y los sectores que apoyan al presidente. Si bien estos últimos se han manifestado individualmente en favor del rechazo, saldaron la discusión orgánica recomendando el “apruebo” de forma de evitar asociarse con una derrota contundente. Según los datos estadísticos en base a las encuestas realizadas la opción para habilitar a una reforma constitucional sería la más votada teniendo una adhesión del 80 % de los votos, y dentro de las opciones para la reforma la preferida es la de la convención constituyente.
En cuanto a la izquierda, la principal polémica se dió los días en que negociaron con el gobierno la convocatoria a modificar la constitución. Algunos partidos se negaron a negociar ya que estaban siendo perseguidos y encarcelados por el gobierno, otros entendieron que era una cortina de humo para dispersar la movilización, por último los firmantes del acuerdo vieron una forma de hacer ceder al gobierno y una posibilidad de cambio.
El Frente Amplio Chileno sufrió más de una división por este tema.
En cuanto a las comunidades indígenas existe una campaña que solicita escaños reservados para las comunidades indígenas reconocidas por la ley. Si bien el tema ha entrado en el parlamento, la polémica se encuentra tanto en el padrón habilitado para votar, la habilitación de los candidatos y la circunscripción electoral que se les asignaría. A pocos días de realizarse esta consulta sigue sin resolución.
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