Pablo Acosta
El semanario Búsqueda publicó en su edición de esta semana “A fines de agosto, el arquitecto Martín Gómez Platero le presentó al presidente Luis Lacalle Pou el proyecto de instalar un Memorial Mundial a la Pandemia en la rambla del Buceo, encima de las rocas. La propuesta implica la construcción de una plataforma circular de unos 40 metros de diámetro con un centro abierto de 10 metros que dejará ver el agua. Se podrá acceder al disco por una pasarela.”1
La nota se titula “Votación dividida” y da cuenta del proceso de decisión al interior de la Comisión de Patrimonio encargada de estudiar la viabilidad del proyecto. Según el medio antes referido “La Comisión se integra por nueve miembros: cuatro representan al Ministerio de Educación y Cultura, tres al Poder Ejecutivo, dos al Ministerio de Transporte y Obras Públicas y uno a la Universidad de la República (Udelar). El proyecto fue aprobado por cinco votos, hubo dos en contra y dos abstenciones.”
Nos queda la duda a que refiere con “tres del poder ejecutivo” debería decir: tres de Presidencia, porque hasta ahora y de acuerdo a la Constitución el MEC y el MTOP son parte del poder ejecutivo. Trascendió por otros medios el costo aproximado de la obra que sería de 1.300.000 dólares. Según el arquitecto dueño del estudio “El Estado no pone un peso en esto. Ya tenemos varias empresas que van a ser las que van a financiar este proyecto y va a ser absolutamente privado»2. Salvo el pedazo de rambla que van a utilizar, y la porción de faja costera, y la vista panorámica, pero claro, a caballo regalado…
Lo que cabe preguntarse es ¿qué le preocupa al gobierno? Cierto que ha dado pasos valientes y certeros para controlar la pandemia. Sería de necios no reconocerlo. Aún apoyado en las fortalezas del sistema de salud y en la capacidad de investigadoras y personas de ciencia que recibió, la decisión de retomar actividades, abrir escuelas y liceos fue suya y más o menos está resultando.
Cualquiera podría pensar, si se guía por la cobertura de medios privados en horario central, que el presidente todo el tiempo está preocupado por el empleo, la educación y la seguridad en el marco de la pandemia. Pero eso sólo responde a un informe de media hora o más en un día que tiene 8 o más horas de trabajo (estimo eso, pero desconozco cuánto trabaja Lacalle Pou). El tiempo también le alcanza para proyectar cómo debe ser recordado su gobierno que aún no llega al año.
Pero nos falta mucho por transitar de este proceso; falta comida en muchos hogares, faltan aprendizajes que quedaron truncos, falta empleo. Por eso es bastante extraño y desopilante el proyecto de memorial que se acaba de aprobar. Y no podemos menos que tomar en cuenta la opinión de Ana Frega, decana de la Facultad de Humanidades e integrante de esta comisión que votó a en contra:
“Un memorial es un ‘recordar juntos’, por lo tanto, hay que discutir qué es lo que vamos a recordar, que sin dudas no es para el 2020 sino para el futuro. Insistí en que se postergara la votación para examinar mejor el proyecto y tener más posibilidades de consulta. En los bienes protegidos muchas veces hay instancias públicas en las que aquellos que pueden tener algo que decir se pueden presentar.” (Búsqueda)
Una más del estilo mandón, del gobernante con fantasías faraónicas. Le deseamos que no le ocurra cómo a aquel que por querer celebrar una tardía y dubitativa alineación a los aliados en la segunda guerra mundial, pasó a la historia (injustamente) como el guampudo del medio siglo en el acervo popular. Después de todo, es la gente quién elige qué y cómo recordar.
1 Ver Búsqueda Nº 2095 – 29 de Octubre al 4 de Noviembre de 2020
2 Nota de Montevideo Portal que recoge lo dicho en el programa En Perspectiva
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