Rodrigo Barbano
Desde los primeros días de enero, nos aparece en WhatsApp un insistente mensaje que pide nuestro “SI” a una serie de cambios de condiciones de uso de la aplicación.
Este gracioso cartelito nos aclara que no es obligatorio que aceptemos, pero si no lo hacemos antes del 8 de febrero, ya no podremos usar la aplicación. En lenguaje plano y sencillo “o aceptas las condiciones o te vas”.
¿Pero que condiciones son estas y mejor aún, cuales son las condiciones actuales?
Actualmente WhatsApp promociona que sus mensajes ‘estan encriptados de extremo a extremo’, eso quiere decir, que ni ellos ni nadie puede acceder a los datos del mensaje (al contenido como texto, imagenes, etc). Lo que no dice es que sí recopila y sistematiza los llamados “metadatos”. Si los datos fueran una carta como las que se mandaban en el siglo XX, los metadatos serían el sobre, que dice quien manda la carta, a quien va dirigida, cuando se mandó, desde que dirección etc.
WhatsApp ya recopila los metadatos de nuestros mensajes, los clasifica, los ordena en bases de datos y con eso la empresa dueña de la aplicación (Facebook Inc.) genera un perfil de nuestras relaciones, grupos, preferencias, etc. Y es que el modelo de negocios de Facebook es la venta de publicidad (de productos, de servicios, de anuncios, etc) y mientras mas datos tenga de nosotros y nuestros contactos puede ofrecer a quien compra sus servicios de anuncios, perfiles mucho mas afinados para que puedan brindar una publicidad mucho mas personalizada. Mientras mas personalizada la publicidad, es mas efectiva y por lo tanto esos datos son mas valiosos.
Ahora bien, Facebook Inc., además de poseer la red social que lleva su nombre, es dueña de otra popular red social, Instagram, así como la empresa mas popular de realidad virtual llamada Oculus. A medida que compra mas empresas y decide fusionar las bases de datos de usuarios de cada una, la información que estaba fragmentada de cada usuario pasa a estar en un mismo lugar, agregando valiosos datos adicionales sobre nuestras preferencias de consumo, inclinaciones políticas, nuestras relaciones, gustos artísticos, etc.
Concretamente, en el caso del anuncio de Whatsap que mencionábamos al principio, la aplicación que hasta ahora decía compartir datos mínimos con Facebook, Instagram, etc. va a integrar casi totalmente con esas otras plataformas todos los datos que recopila, por lo que pide nuestro “consentimiento”. Pero no solo pide consentimiento para compartir los metadatos que hasta ahora recopilaba, si no que además, agrega una serie de datos adicionales que quiere empezar a registrar y también recopilar, para así disponer de una cartera mas valiosa de información.
Estos datos son: compras que hagamos a través de la plataforma, información financiera, nuestra ubicación GPS, y otra serie de datos no relacionadas con la mensajería.
En otras palabras, abusando de su posición dominante en el ecosistema de la mensajería, nos obliga a aceptar compartir mucha mas información y en caso de que no lo aceptemos, solo podemos darnos de baja en la aplicación.
Ahora la pregunta que surge es que podemos hacer?. Existen otras aplicaciones con una importante cantidad de usuarios y de hecho, si ya las tienen instaladas habrán visto una avalancha de nuevos usuarios y usuarias desembarcar en ellas en estos días. Estas son Telegram y Signal.
Ambas aplicaciones son mucho mas respetuosas con los datos del usuario y no los recopilan, comparten ni venden a cambio de dividendos. Esto no significa que esta situación no pueda cambiar en el futuro, por lo que tener una actitud responsable con nuestra información es algo que urge incorporar.
Está en nosotros decir en algún momento ‘esta práctica es abusiva’ o ‘mi privacidad y la de todos mis contactos, tiene mas valor que el uso gratuito de una aplicación’. Muchas personas creemos que el momento llegó ahora con WhatsApp, cuando empezó a aparecernos ese gracioso cartelito a principios de enero.
Actualización 15/1/2021:
Una semana después de empezar a enviar los ultimatums para aceptar sus nuevos términos, Facebook Inc. decidió posponer algunos meses la aplicación de sus nuevas condiciones. La actitud prepotente de la empresa se encontró con la mayor migración de usuarios y usuarias de un sistema de mensajería a otro (principalmente hacia Telegram y Signal) en tan corto tiempo del que haya registro.
No obstante, en su comunicado posponiendo la entrada en vigor de las nuevas condiciones, Whatsapp no acredita el problema de fondo, que es la violación sistemática de nuestra privacidad y la recopilación de datos y su uso como mercancía, si no que lo adjudica a noticias falsas y la falta de compresión de las personas respecto a los cambios en la plataforma.
Lo que no registra la multinacional es que lo que demostraron millones de personas cambiando de aplicación en busca de condiciones mas respetuosas de su privacidad no es desconocimiento, si no hartazgo, responsabilidad y una manifestación política respecto a la mercantilización de nuestra vida digital.
(*) En la jerga informática, es la aceptación de cualquier condición que se nos ponga adelante, apretando el cartel ‘acepto’ o ‘siguiente’ sin leer el mensaje.
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