Gimena Morales
Gonzalo Moratorio, reconocido por la revista Nature como uno de los 10 científicos más destacados del mundo en el 2020, habló con Mate Amargo sobre las vacunas que están por llegar al país, los procesos que las respaldan y la realidad de la ciencia en Uruguay.
Moratorio tiene un postdoctorado en Virología Molecular y actualmente es el director del Laboratorio de Evolución Experimental de Virus del Instituto Pasteur de Montevideo. A su vez, el científico ganó el reconocimiento de todos los uruguayos cuando en abril, junto a su equipo, logró llevar a cabo el proceso de desarrollo de kits diagnósticos de Covid-19.
Desde ese momento hasta ahora, Moratorio ha tenido una participación activa en lo que concierne a la pandemia y su relación con la ciencia.
Tras casi un año de la confirmación de los primeros cuatro casos de Covid-19 en Uruguay, el gobierno estima que a comienzos de marzo empezarían a llegar las primeras dosis de las vacunas acordadas hasta el momento.
-The Lancet publicó hace pocos días un informe donde muestra que la vacuna Sputnik V tiene una eficacia de 91.6% en casos generales y de 100% en casos graves. Hace poco tú planteaste que esta vacuna te generaba una confianza particular. ¿Cree que con esos resultados sería bueno que Uruguay apunte a obtenerla?
Fue muy gratificante conocer el desarrollo de ese tipo de vacunas, que está basado en vectores virales, y además saber la historia detrás, con diferentes personas que tuve la suerte de conocer e interactuar durante mi tiempo de post doctorado en París acerca de lo que se hacía en Gamaleya, laboratorio ruso que produce la vacuna Sputnik.
Claro que fue gratificante. Yo nunca politicé ni le di otro tipo de interés que no sea el científico y técnico cuando dije en enero que esta vacuna me parecía interesante y me daba confianza. Creo que es una vacuna que debe ser considerada, como las vacunas que ya ha considerado el gobierno ya que los datos hablan por sí solos.
En los últimos meses se ha dado un debate, principalmente en redes sociales y medios de comunicación, sobre qué tan confiables son las vacunas que llegarán al país. Varios científicos uruguayos como Juan Cristina, Moratorio y especialistas del Instituto Pasteur, han explicado con argumentos el por qué estas vacunas han atravesado todos los procesos de seguridad requeridos y son completamente confiables.
Sin embargo, hay otro grupo de individuos que, ya sea por plataformas digitales o programas de radio o televisión, aseguran que no es posible que una vacuna se realice en los plazos que se desarrollaron las vacunas para el Covid-19.
Por este tipo de personas y la desinformación que se ha estado dando, es que en las encuestas se arrojan altos porcentajes de uruguayos que no planean inmunizarse llegado el momento.
“hay que dejar de dar lugar en los medios a gente sin fundamento con teorías conspirativas”
-¿Por qué cree que el 44% de los uruguayos, según una encuesta publicada por la Usina de Percepción Ciudadana, actualmente optarían por no vacunarse?
Esto es una opinión mía, creo que estos números van a cambiar de forma drástica. No sé qué tanta robustez, con todo respeto, tienen estas estadísticas, ya que los números que nosotros manejamos son mucho mayores.
Se podría decir que la percepción de la población es que las vacunas han sido desarrolladas de forma muy rápida, pero es importante decir que venimos de 20 años de epidemias por coronavirus de distintos tipos que luego, al no expandirse de forma pandémica, los fondos se cortaron para el desarrollo de esas vacunas.
Nunca hubo tanta financiación en el mundo para desarrollar un producto. Nunca hubo tanta convergencia y alineamiento para un mismo objetivo. Todas las etapas de revisión de eficacia fueron recorridas. Y por último, si nos ponemos a pensar en lo que son estas vacunas, hay que decir que existen décadas de ciencia básica y de estas ideas por detrás para hoy en día poder llegar a la tecnología.
También, para convencer a los uruguayos y dar seguridad hay que dejar de dar lugar en los medios a gente sin fundamento con teorías conspirativas, que su formación habla por sí sola y puede impactar o cambiar el pensamiento de muchas personas.
-¿En su opinión, la vacunación al personal de la salud y la ciencia debería ser obligatoria?
Yo considero que existen determinadas franjas o sectores de la población que deberían ser consideradas o debería evaluarse la posibilidad de la obligatoriedad de la vacuna. Estaría a favor de que el personal de la salud y residenciales así como también el personal que interactúa con muchísimas personas, como pueden ser fuerzas policiales, bomberos o fuerzas armadas sea considerado y estudiada la posibilidad de que sea obligatoria.
Por sus trabajos no solo están expuestos sino que pueden ser grandes vectores. También podría entrar ahí el personal de la educación. Creo que debería darse por un tema de seguridad y las personas con las cuales interactúan.
Según la información brindada por presidencia hasta el momento, Uruguay recibirá en la primera mitad del 2021 vacunas de tres laboratorios: Sinovac, Pfizer y AstraZeneca de Oxford gracias al mecanismo Covax.
De Pfizer se espera que lleguen al Uruguay dos millones de dosis, Sinovac enviará 1.750.000 y de AstraZeneca llegarán alrededor de 200.000 dosis, según informó el secretario de presidencia, Álvaro Delgado, a Justos y Pecadores de Radio Uruguay.
¿Cuáles son las principales diferencias entre la Sinovac, Pfizer y AstraZeneca y cómo puede afectar a la población los distintos niveles de efectividad que tienen?
La principal diferencia es que la Pfizer tiene tecnología ARN y son las vacunas con tecnología menos implementada porque es totalmente innovadora. La Sinovac es de las más tradicionales e históricas, con las que se generan vacunas hace medio siglo.
La eficacia de la Pfizer es significativamente mayor a las otras, pero la logística que tiene la china, por ejemplo, es bastante más sencilla ya que no requiere bajísimas temperaturas como la Pfizer.
En la china inactivamos al virus y le damos al sistema inmune la capacidad de entrenarse con un virus inactivado o muerto.
Con la pfizer le damos al sistema inmune las instrucciones para que nuestras células produzcan una proteína específica y así reconocer el virus y crear anticuerpos.
Con respecto a la de Oxford, le entregamos al organismo lo necesario para defenderse del virus mediante vectores virales. Llevamos un fragmento del virus y se generan defensas contra este fragmento y cuando vemos al virus en la naturaleza ya tenemos defensas.
En cuanto a la segunda pregunta, los efectos al final del día van a ser sinérgicos.
Lo importante es que las vacunas sean complementarias. Una vacuna con eficacia del 50%, ya es muy buena.
-¿Qué efectos secundarios pueden generar las vacunas?
Cada vacuna tiene distintos estudios y distintos efectos. Por ejemplo, la Pfizer puede generar, en principio, en una de cada cien mil personas una reacción alérgica, lo cual pasa con todas las vacunas.
Por eso va a demandar que luego de vacunar, se esperen de 15 a 30 minutos por algún efecto alérgico que puede ser tratado con antialérgicos antes de irse a la casa.
Un problema que hoy tenemos es que no existen estudios en embarazadas así que posiblemente las embarazadas no van a ser vacunadas.
“Invertir en ciencia es invertir en generar conocimiento y valor agregado. Eso es lo que nos permite dejar de ser meros exportadores de materias primas para pasar a mejorar la calidad de vida de nuestra población y poder ser autónomos y soberanos en momentos en los que los recursos escasean”.
– ¿Considera que Uruguay está capacitado para producir alguna de las vacunas contra el Covid-19?
Lamentablemente no, por un tema de infraestructura. En Uruguay se producen vacunas para animales solamente por ahora. Pero esperemos que este momento nos haga entender que a principio de 2020 la guerra comercial era por los suministros y la capacidad de testeo, y esa guerra comercial la ganamos con autonomía y soberanía.
Hoy lamentablemente la guerra comercial es por las vacunas. Hay países más prósperos que tienen la capacidad de acceder, por su poder económico, a un número de dosis muy por encima de sus poblaciones y vacunar a gente joven y sana frente a gente anciana en países en vías de desarrollo.
-Y hay casos como el de Cuba, que está produciendo sus propias vacunas y planea inmunizar a toda su población para finales del 2021 con ellas.
Exacto, ojalá sean muy efectivas y sean un ejemplo a seguir por otros países.
-Usted fue reconocido por la revista Nature como uno de los 10 científicos y científicas más destacados de 2020. Además de ser un gran reconocimiento a su trabajo, también lo es a la calidad científica uruguaya. Luego de tantos meses de pandemia donde la ciencia estuvo en primera línea, ¿cuál es hoy la situación de la ciencia del país?
El sistema científico está mal atendido hace mucho tiempo y es muy humilde. Los tests surgieron de forma honoraria con científicos con necesidad, motivación y ganas de anticiparse y ver posibilidades genuinas en un mundo con cierre de fronteras.
Invertir en ciencia es invertir en generar conocimiento y valor agregado, y eso es lo que nos permite dejar de ser meros exportadores de materias primas para pasar a mejorar la calidad de vida de nuestra población y poder ser autónomos y soberanos en momentos en los que los recursos escasean.
Desde que empezó esto, mi gran cruzada en los medios es convencer de que los países que han apostado por la ciencia y tecnología han pasado de ser países en vías de desarrollo, como Corea del Sur, a países muy desarrollados y eso ha impactado en el PBI global del país.
Se trata de apostar a gente joven, muy talentosa, que quiere venir a Uruguay, que se forma en Uruguay o afuera y quieren venir acá.
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