Ricardo Pose
El dos de marzo, el presidente Luis Lacalle dirigió su mensaje como es tradicionalmente institucional, tomándose la libertad irreverente de hacerlo el dos y no el primer día de marzo. Seguir encasillando a Lacalle Pou en el traje del viejo Herrerismo creemos que es parte del problema que nubla las definiciones de confrontación de la oposición, que erra sus golpes a la piñata.
La Libertad.
Si repasamos el primer año de Gobierno de Luis Lacalle, la palabra “Libertad” es la mas usada; a veces adornada con conceptos como Responsable, Solidaria, Individual.
Opera como una suerte de “hace la tuya”, como si te dijeran : “estás informado del problema y por lo tanto como Estado, te doy la libertad de hacer lo que entiendas correcto, luego nosotros vemos”.
Es una Libertad, que Des regula.
Y funciona, como mensaje realmente funciona.
Desde la sensibilidad de izquierda, se puede contraponer que en una sociedad desigual, el ejercicio y goce de la Libertad, también lo es, y lo que para pocos es un privilegio, para otros , la inmensa mayoría es una utopía.
Varios vimos con asombro sin poder dejar escapar una sonrisa irónica, cuando definiendo su concepto de Libertad, Lacalle Pou le expresó en un reportaje a Alfredo García del semanario voces, que en ese sentido se sentía anarquista.
La palabra anarquista pronunciada por los labios de un heredero del abolengo Herrerista parece una herejía, pero se siente mas cercano de esta nueva onda de los “anarcocapitalistas” o “anarquistas de Derecha.”
Pero decíamos que el manejo del concepto Libertad, les funcionaba.
Primero por que ese concepto de Libertad, libertario, se compadece mas con el del “gaucho errante” y “orejano” que han cultivado mas los nacionalistas que los Colorados.
Segundo porque ofrecen Libertad sobre definiciones que a casi ningún ser humano le gusta demasiado que definan por el; el ejemplo mas claro ha sido el manejo de la pandemia sobre los primeros días.
Su concepto de Libertad huelga decirlo, es un ejercicio radical de la libertad sobre todo para los empresarios, pero tampoco ha desmantelado los Consejos de Salarios.
En breve, tendrás la libertad de decidir si te tomas una copita de vino para luego manejar.
Y así por ese camino, esta “libertad de clase” se abrió camino.
Es cierto, la pandemia le dio una brutal mano.
Herrerismo 5G.
Lacalle Pou, el herrerismo tras él, se impuso en la interna nacionalista. No es la primera vez en la historia del Partido nacional que sucede éste fenómeno, y es cierto que las corrientes Wilsonistas sufren las consecuencias del desgaste de la imagen de uno de sus referentes, Jorge Larrañaga.
¿Sucumbieron las diversas corrientes del nacionalismo a la presencia de un aparato poderoso herrerista, o además, los convenció la figura de un nuevo líder emergente?
Esa nueva figura, es la que denomino, Herrerismo 5 G.
No es un problema solo del nacionalismo; es un problema sobre todo de la izquierda que no logra visualizar el rol que ocupa políticamente, y cada ataque, termina pareciendo gratuito, fuera de lugar, casi exabruptos.
Lacalle Pou surfeando, para buena parte de la sociedad, impacta tanto como Bukele en el Salvador, gobernando desde las redes.
El manejo en los primeros tiempos de la pandemia le sigue facturando.
El dos de marzo de este año, con sus anuncios a la Asamblea General, Lacalle fue a calmar las disidencias en la coalición, otro logro novedoso de su gobierno. Esta coalición multicolor no es la misma que las ya vividas (sufridas) , bajo gobiernos anteriores.
Es un presidente que rompió, al igual que su padre en su momento con la tradicional “gerontocracia” de los presidentes uruguayos.
Alienta la presencia de la extrema derecha, pero sin públicamente salir a admirar a Franco, defiende los intereses de las patronales pero es canchero y conversador con los dirigentes sindicales.
Hasta cuando tendrá margen de maniobra para apelar al uso de responsable de la libertad y no se vea obligado a definir es difícil definirlo.
Así como la pandemia es su mejor aliado, la crisis social y económica profundizada por la misma, sera su derrotero.
Esto no implica, que necesariamente sea la izquierda quien acumule electoralismo esa futura crisis. No al ritmo que viene.
La semana de turismo sera un buen momento para releer a Sun Tzu.
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