La ministra de Economía aprobando una exoneración al director de la OPP; el ministro de relaciones exteriores gastando a rolete (como estila) y gente en la interna denunciando; un director de ASSE acomodando a su partido político y en guerra dentro de la coalición; el intendente de Rivera filtra una decisión del gobierno y luego, ante la marcha atrás, acusa que le hackearon la cuenta, olvidándose que lo dijo en una entrevista que quedó filmada.
La semana pasada del gobierno fue tan mala que en seguida hubo que poner la maquinaria a funcionar pero un mes más tarde de lo que el GACH pidió , el gobierno anunció que iba a anunciar medidas para frenar el desastre sanitario. Tras el anuncio oficial, sobre lo que se iba a anunciar el martes, fueron apareciendo rumores, trascendidos, posibilidades sobre qué medidas se anunciarían. Se habló de medidas fuertes (otra vez), de ayuda a los más afectados, se instaló la idea que de todo se podría llegar a anunciar en la conferencia.
La conferencia en sí, fue quizás la peor hasta ahora, incluso el inicio de “tranquilo que vienen más vacunas”, no logró tapar la ausencia de respuestas claras. Tal vez fue la peor preparada, la que salió más de apuro, porque al golpe en el pecho de “me hago cargo”, poco suena la falta de recursos con que están dejando al sistema, y la falta de gente en todo el Estado para cumplir los protocolos.
Las medidas siguen siendo o mínimas o irreales.
Otra vez la pandemia es utilizada como herramienta mediática, sacando del foco de que estamos con un gobierno sin mando ni coordinación real. Todos los problemas los resuelven privados, al final parecería que el afán privatizador es mas bien una consecuencia de ser inútiles, lo único que han hecho de manera pública ha sido comprar cosas y con malos resultados. Además la coalición multicolor ya está en campaña interna, sumida en una guerra de posiciones dentro del gobierno. Mientras tanto la vida se vuelve más cara, y la educación y salud reciben golpes a diario.
Avanza el modelo de un gobierno que ya no brilla ni huele a nuevo y las conferencias ya no rinden.
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