Gimena Morales
El aumento de casos de Covid-19 tuvo como consecuencia, entre otras medidas, la vuelta a la virtualidad en todos los niveles de educación.
Si bien en un principio se había suspendido la presencialidad hasta el lunes 5, la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) comunicó que la vuelta a clases presencial se postergó hasta el 12 de abril, aunque la educación a distancia pasa a ser obligatoria, de acuerdo al nuevo protocolo aprobado en febrero.
En 2020, durante los meses en los que la presencialidad estuvo suspendida, fueron muchos los niños y niñas que no pudieron continuar con los cursos de forma constante, ya sea por problemas de conectividad, falta de dispositivos o la carencia de un espacio propicio para cumplir con las tareas que enviaban los docentes.
Al respecto, el presidente de ANEP, Robert Silva, dijo a Telemundo que los aprendizajes del 2020 prepararon a los docentes y alumnos para afrontar esta situación. “Vamos a poner todos nuestros dispositivos, los maestros comunitarios, los profesores orientadores, educadores, adscriptos, todos nuestros equipos a trabajar”, afirmó.
En cuanto a la preocupación que se generó en torno a la entrega del alimento correspondiente a los y las estudiantes, Silva prometió que se mantendrá la entrega de tickets de alimentación hasta el 20 de abril. Las prestaciones y los tickets alcanzan a cerca de cien mil estudiantes.
Desde que se anunció la medida de postergar la presencialidad por una semana más, varios gremios alzaron su voz en redes sociales y comunicados para pedir más certezas con respecto a los mecanismos que se utilizarán para brindar a todos y todas las estudiantes las mismas oportunidades de acceder a la educación a distancia.
La otra cara de la moneda
“Las autoridades de la ANEP saben con certeza que no existen condiciones, porque gran parte de los estudiantes poseen un equipo del plan ceibal roto u obsoleto”, aseguró Daniel Devitta de la Asociación de Funcionarios de UTU, en un comunicado publicado en su web.
“A eso se le suma el aumento acumulado de las tarifas públicas e Internet”, siguió Devitta y explicó que la suba de tarifas han provocado que exista un alto porcentaje de estudiantes sin conexión, ni hogares con las necesidades básicas cubiertas.
Natalia Cámara, vocera del Colectivo Familias Organizadas de Escuela Pública dijo a Mate Amargo que “la obligatoriedad nunca debió tocarse ni suspenderse porque es un derecho humano fundamental para todos los niños y niñas”. Sin embargo, la vocera opinó que a la educación “hay que garantizarla y para garantizarla hay que generar condiciones”.
Cámara también agregó que la situación no ha cambiado desde el año pasado hasta ahora, por lo que la “brecha digital” sigue existiendo, “y siempre quedan afuera los más pobres”, lamentó.
“Los niños no están bien en su casa”, explicó y aseguró que las direcciones de las distintas escuelas deberán hacer el trabajo de identificar a aquellos niños y niñas con mayores dificultades y recibirlos en las instituciones para apoyar su proceso de aprendizaje más allá de la suspensión de clases. “Hay niños de primer año que aún no recibieron su dispositivo y otros con dispositivos rotos. Al final, estamos igual que el año pasado”, subrayó Cámara.
La Coordinadora de Sindicatos de la Enseñanza del Uruguay (CSEU), también presentó este viernes un comunicado brindando su postura respecto al retorno a la virtualidad y la nueva medida de obligatoriedad de participación incluso durante el período de educación a distancia.
“Se han establecido por parte de los jerarcas de la educación una serie de definiciones que evidencian improvisación y que afectan el derecho a la educación, es especial a los sectores más pobres de nuestra sociedad”, se sentenció en el documento.
A su vez, se criticó la obligatoriedad de participar de la virtualidad “sin garantizar las condiciones que lo posibilite y no contradiga el principio de gratuidad”. Uno de los pedidos que se hizo, por ejemplo, desde los gremios de la educación, fue el de asegurar conexión a internet gratuita mientras dure la no presencialidad, aunque hasta ahora no se les ha brindado una instancia de diálogo para discutir posibles soluciones.
“Llama la atención que en momentos donde la situación sanitaria se agrava, los jerarcas de la educación generen, desde las redes sociales y medios de comunicación, la confrontación y el ataque a los trabajadores del sector y sus organizaciones representativas”, concluyó la CSEU.
|