Movilizaciones masivas del pueblo colombiano. Un país en resistencia

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@mateamargouy

Camilo Trejo (*)

Las movilizaciones que se suceden en Colombia, son producto de la indignación y del dolor de patria del pueblo todo. Diferentes y diversas expresiones del país se pronuncian, gritan y literalmente, le ponen el pecho a las balas, frente a un Estado genocida y sin vergüenza, que pretendía instalar una reforma, que gravaría con IVA del 19% a algunos productos de la canasta básica de alimentos, a los servicios públicos, y aumentaría el costo del combustible, por tanto, aumentarían todos los costos de las cadenas productivas. Luego de días de lucha y sangre derramada, en la que nos movilizamos campesinos, indígenas, estudiantes, sindicatos, migrantes, exiliados, y otros sectores que anteriormente no aparecían en la lucha popular, se logró frenar la reforma tributaria que de igual forma, irá a revisión junto a sectores políticos de la oposición. Los sectores sociales hacemos un llamamiento a incluirnos en ese diálogo de construcción, porque esta es nuestra lucha.

Más allá de la reforma tributaria que fue la gota que derramó el vaso, el fondo de la lucha gira en torno a las desigualdades estructurales por las que atraviesa el país, los altos índices de pobreza e indigencia y la corrupción galopante que perjudica a todo el pueblo colombiano, en especial a los sectores más vulnerables del país y a los lugares más alejados y olvidados históricamente.

Desde el 28 de abril, fecha en la que inició el paro nacional, hasta hoy 5 de mayo a la tarde, el saldo de víctimas por parte de la represión estatal según la ONG de derechos humanos, “temblores” es de 37 asesinados, 222 víctimas de violencia física, 831 detenciones arbitrarias, 130 casos de disparos de fuego, y 10 víctimas de violencia sexual. Otro aspecto que preocupa son los falsos positivos judiciales, concepto que hace referencia a montajes judiciales de personas inocentes, tachándolos de terroristas, recordándonos tiempos oscuros del gobierno en cabeza de Uribe en los inicios del 2000.

En este contexto en el que el gobierno pidió la militarización de algunas ciudades, y que algunos sectores de la ultraderecha piden decretar conmoción interior, donde el presidente estaría facultado para suspender mandatarios regionales, controlar los medios de comunicación y restringir manifestaciones, hacemos un llamado a toda la comunidad internacional a velar por los derechos humanos y a pronunciarse en contra de la represión y la masacre que está padeciendo el pueblo colombiano a manos de su gobierno.

El desafío de los sectores políticos alternativos y de izquierda, es canalizar todo este descontento, para ser una fuerza masiva de cambio en las elecciones municipales, departamentales y nacionales próximas. Buscar consensos que permitan la mayor unidad posible, donde se reflejen la diversidad de sentires y saberes, forjar pensamiento crítico y fortalecer el ejercicio de las ciudadanías libres.


(*) Integrante de Convergencia por la Paz de Colombia, en Uruguay

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