“Uruguay está retrocediendo mucho con respecto a los proyectos de cambio climático, y con respecto a los compromisos internacionales que como Estado adquirimos para revertir el cambio climático.”
MA. El pasado viernes 20 de agosto se terminó de votar en la Cámara de Diputados del Parlamento, el proyecto de Rendición de Cuentas 2020. ¿Qué sacas en limpio de este proceso? ¿Cómo resumirías sus lineamientos e impactos?
LG. La rendición de cuentas 2020 termina de concretar lo que se venía gestando en el presupuesto, la LUC y el decreto 90/ 20. Es decir, es una rendición de ajuste estructural, ya que toca toda la estructura del Estado, reducen presupuestalmente a toda la estructura estatal. Se achican las plantillas de trabajadores en los ministerios, en las empresas públicas no entran más funcionarios.
Por otro lado, cuando hablamos de la estructura del Estado, nos referimos a un aparte muy importante como es la educación, la salud y el gasto público social. Desfinanciar el MIDES, desfinanciar la educación pública, y reducir el presupuesto para la salud cuando hay alrededor de 100.000 nuevos usuarios en ASSE, es dejar a un Estado completamente ausente, es una decisión política en la cual el Estado se retira y renuncia a generar ciertas políticas públicas. Así la población va perdiendo su calidad de ciudadanos/as para pasar a ser clientes en un mercado que sustituye al Estado, y en el cual se consume en base al poder adquisitivo de cada uno.
Cuando hablamos del mercado en Uruguay, en un país desindustrializado luego de la dictadura y la década de los 90s, nos referimos a un mercado compuesto por pequeñas y medianas industrias, y con un predominio de las industrias grandes trasnacionales, por lo cual, este retiro del Estado redunda además en la pérdida de la soberanía. Estos en definitiva son los planes del herrerismo. A lo largo de la historia el herrerismo* se caracterizó por ser extremadamente liberal en el ámbito económico, a favor de que el Estado cumpla su rol primario de coerción física (policía, ejército) y la justicia, dejando todos los fines secundarios del Estado en el mercado, desapareciendo así el derecho universal a la ciudadanía y al patrimonio público nacional pasando a ser clientes que consumen en un mercado cada vez más transnacionalizado en el caso uruguayo.
Esto último es muy grave, sumado a una política monetaria restrictiva como forma de control de la inflación promovida por este gobierno, cuando en realidad, según nuestra visión, la inflación no es un problema monetario, sino que se explica justamente porque casi todo lo que consumimos viene del exterior, consumiendo en el mercado nacional como si estuviéramos en el mercado internacional, comprando en dólares y encareciendo la vida de los ciudadanos. Los grandes favorecidos de este modelo son los agroexportadores, terratenientes que ganan en dólares.
Otro tema a resaltar de esta rendición y de la política económica del herrerismo es la visión privatizadora de las empresas públicas, ya no mediante la venta de éstas, como en los 90s, sino a través de su desfinanciación. Al no invertir en Antel, por ejemplo, se lo está dejando obsoleto, con un peor servicio, más lento, etc, lo cual es indirectamente dejarle el negocio a las grandes trasnacionales de las telecomunicaciones, ya que los usuarios terminan prefiriendo el mejor servicio y esto en definitiva va dejando fuera del mercado a Antel. Es decir, no es que se venda la Empresa Pública, sino que se la desfinancia y eso redunda en una pérdida de participación en el mercado.
MA. Como diputada integrante de la Comisión de Futuros del Parlamento y en vistas del cambio climático y los lineamientos internacionales para detenerlo, ¿En qué políticas públicas crees que debe incursionar Uruguay de aquí en más?
LG. En realidad la Comisión de Futuros del Parlamento recién se creó y comenzó a funcionar, pero a pesar de que se hable mucho de ello, Uruguay está retrocediendo mucho con respecto a los proyectos de cambio climático, y con respecto a los compromisos internacionales que como Estado adquirimos para revertir el cambio climático.
Una de los temas en los que se trabajó muchísimo durante los gobiernos del Frente Amplio fue en torno al cambio de la matriz energética, es decir lograr que dependamos de energías renovables y menos dañinas para el ambiente, pero actualmente Uruguay está abandonando ese plan, y en lugar de seguir mejorando y convirtiendo la matriz energética, se está abandonado eso en función de poner un impuesto al CO2. Es decir, con este impuesto el que ensucia con emisiones de carbono debe pagar, lo cual es un retroceso y cambio de paradigma en el cual no se reducen las emisiones de carbono, sino que el que puede pagar ensucia y el que no no lo hace. En definitiva se retrocede en cuanto a la responsabilidad climática mundial que como país tenemos.
Otro tema que me parece importante a resaltar en el cual el discurso no se condice con los hechos, es el presupuesto en Ciencia y Tecnología, cuando estamos en una sociedad del conocimiento, donde el poder está en el know how científico y tecnológico, en los proyectos de diseño tecnológico donde el modelo a seguir es tecno-productivo, Uruguay va a contracorriente abandonando y retirándose cada vez más de mayor presupuesto para la Ciencia y la Tecnologṕia, una vez más perdemos soberanía.
Frente a una pandemia en la cual nuestra ciencia ha demostrado su soberanía y capacidad de respuesta mediante hallazgos como los kits de diagnóstico, el gobierno responde reduciendo el presupuesto y dejando cada vez más esto en manos de privados y del mercado. Uno de los motivos por los cuales Uruguay pudo testear masivamente fue gracias a que nuestros científicos pudieron resolver el tema del testeo, pero eso, por ejemplo, no sucedió en Argentina, ya que no tenían la posibilidad de comprar los test en el exterior. Esto es un ejemplo claro de los impactos de dos modelos distintos, el del Frente Amplio en Uruguay, donde se fortaleció la ciencia, y el Macrista en Argentina en el cuál se recortó en Ciencia y Tecnología. Ahora lamentablemente estamos cayendo una vez más en la pérdida de soberanía desfinanciando nuestro sistema científico y tecnológico.
MA. ¿Cómo imaginas al Uruguay en 30 años en cuanto a movimientos sociales, políticos, etc?
LG. Es difícil responder a esta pregunta, pero creo que hemos visto, y puede marcarnos un rumbo, es que luego de la pandemia y luego de atravesar el miedo al contagiarse, logramos las 800.000 firmas para habilitar el referéndum contra la LUC. Pudimos salir a charlar con los vecinos, retomando lo que es el movimiento social, sindical y político, unidos en función de defender los derechos colectivos y universales. Creo que eso es lo que hay que profundizar si queremos defender nuestra soberanía, nuestros derechos y pensar en una sociedad más inclusiva, más igualitaria, con mayores derechos y con el usufructo colectivo de los bienes del patrimonio nacional.
*Una anécdota histórica para ilustrar al herrerismo:
LG. Yo trabajé varios años en la Facultad de Ciencias Económicas de la Udelar, haciendo investigación sobre las Empresas Públicas en un grupo dirigido por el Prof. Naúm.
Cuando estudiamos la década del 40, vimos que Inglaterra le quedó debiendo a Uruguay luego de la guerra 17 millones de libras esterlinas por el abastecimiento de carne a los soldados. Una de las formas en que Inglaterra le pagó a Uruguay fue vendiéndole tranvías, trenes y parte del saneamiento de Montevideo.
En relación a los trenes y lo que posteriormente fue la AMDET (Administración Municipal de Transporte) las opiniones eran divergentes entre los partidos políticos y dentro de ellos. Mientras que en el diario del herrerismo, Herrera decía que Uruguay se iba a cobrar la deuda con “fierros viejos”, lo que decía el batllismo era que era una oportunidad para comprar una empresa que estaba en manos extranjeras cuyas divisas se iban al exterior y que era la única manera de cobrar esa deuda.
Dicha discusión giró en la arena pública durante mucho tiempo, y al final el batllismo decidió crear un Ente Autónomo para los ferrocarriles; allí el herrerismo acordó a cambio de un cargo en el Ente Autónomo. Es decir, pasaron de decir “fierros viejos” a los ferrocarriles, a formar parte del ente autónomo que los gestionaría. Esto grafica muy bien lo que es el herrerismo y lo que quiere dentro del Estado, y explica muy bien como el Partido Nacional y el Partido Colorado cogobernaron el país durante toda la historia, es decir, no es que uno solo sea gobierno sino que siempre se dio un gobierno de coalición en los distintos organismos de los Entes. Desde ahí data el cogobierno de los partidos tradicionales o de derecha hoy.
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