M.A. – ¿Cómo ves el Uruguay de hoy? Ese Uruguay que va saliendo de la pandemia y se va encontrando a sí mismo.
L.T.- Uruguay, como el resto del mundo, está empezando a salir de este tiempo tan peculiar de la pandemia y ahora se empieza a ver con claridad la situación que quedó. Hay un mayor índice de pobreza, hay más desempleo, menor salario y por tanto menores jubilaciones. Para decirlo con palabras bien simples, esas cosas juntas conforman el empobrecimiento de la población. A su vez han crecido los asentamientos, porque las familias que tienen disminuidos sus ingresos, tienen que disminuir de golpe sus gastos fijos entonces migra; no porque le guste, sino porque no tiene otra alternativa que irse a la periferia de las ciudades.
También hay otros hechos que han aparecido en la realidad, pues el movimiento social, sindical y político ha recuperado su voz que estaba callada por ese silencio impuesto cuando se reglamentó el artículo 38 de la Constitución que prohibía las reuniones. Esa prohibición no estaba dirigida a los bailecitos de Valizas y demás que siguieron haciéndose durante toda la pandemia, sino al silencio de la expresión popular.
Por suerte ha aparecido esa expresión, porque en este tiempo hasta las murgas nos faltaron. Hemos visto a través de los sindicatos, de las organizaciones sociales y de las organizaciones políticas, las expresiones que estaban faltando en el escenario uruguayo. Parece que la realidad comienza a surgir con todos sus componentes.
Es en ese marco, en la mitad de ese silencio, se aprobó un presupuesto restrictivo a pesar de estar en una crisis sanitaria muy grave; y una Ley de Urgente Consideración que tiene puntos verdaderamente preocupantes. Pero fue también en ese silencio que se pudo con militancia (yo no fui participante porque no podía salir de mi casa), recoger las firmas.
M.A.- ¿Cuáles te parece que serían las tareas a plantearse en lo inmediato?
L.T.- Por delante está la lucha por generar esa derogación, que se suma a la lucha por el presupuesto, por salvar el Instituto de Colonización, por conseguir rubros para los asentamientos porque el Ministerio de Vivienda ha sido sistemáticamente desmantelado, porque no se sigan desmantelando áreas de la Salud, de la Educación.
Hay tres o cuatro cosas claves en la vida del ser humano: Trabajo, Salud, Educación y Vivienda. Después viene lo otro.
Creo que el pueblo uruguayo está recobrando su expresión y hay cierto público que no le gusta, porque aplaudió el silencio pensando que se daba porque todo el mundo estaba convencido de que había que acatar todo. Eso es imposible en un País donde el Partido más votado, si miramos las cifras por partido registrado en la Corte Electoral, o sea el Frente Amplio, a pesar de que perdió las elecciones, ha empezado a movilizarse para poder resistir algunas medidas, que necesariamente las está pagando el pueblo uruguayo y que son muy caras. Después para un balotaje se sumaron, pero no se han conformado como partido registrado en la Corte Electoral, así que se puede afirmar que el Partido más votado de nuestro País es el Frente Amplio.
Yo creo que la principal autocrítica que debemos hacernos los frenteamplistas es haber perdido el gobierno, con la consecuencia que le trajo a nuestra gente. A veces algunos errores, como toda persona que hace cosas, se tienen aciertos y errores y algunas discusiones y trabas internas o tiempos demasiado largos en resoluciones que no dejaron ver que lo importante era mantener la herramienta, aunque la herramienta no completara todo el sueño individual de cada uno de nosotros. Por suerte, los sueños siempre son más grandes que las posibilidades, si no, no se avanzaría.
Esto seguramente se salde a fin de año en nuestro congreso y las baterías tienen que estar en recuperar la participación ciudadana. Eso es lo más importante: que se expresen los sindicatos, que se expresen las organizaciones civiles, que se expresen los familiares de la escuela pública que se expresen los sectores políticos. Y que se pueda decir ´no me gusta lo que dijo tal ministro o tal otro´ y que eso no sea un escándalo porque acá parecen los intocables. Somos todos orientales en una república laica