Agustína González
La avenida 18 de julio siempre fue concurrida pero particularmente el pasado viernes, se pobló aún más. El barullo y el movimiento fueron dos aspectos que marcaron la diferencia del trajín habitual de la zona céntrica. Gente yendo hacia la Plaza Cagancha y otros en sentido contrario; todos con banderas, globos, collares luminosos, con las caras pintadas y llenas de purpurina. La alegría, la felicidad y los colores tiñeron momentáneamente a una ciudad que, como se conoce, es un tanto gris.
Al llegar a la Circunvalación Cagancha diversos puestos de artesanías decoraban el paisaje y ofrecían a quienes pasaban, la oportunidad de comprar un presente para el recuerdo. A lo lejos, un parlante comenzó a emitir la música de Lady Gaga (una cantante de pop norteamericana que es ídola y referente para muchos dentro de la comunidad LGBTQ+). Movimientos descontracturados, brazos hacia el cielo y pasos al ritmo de la música fueron contagiando a la mayoría de los que estaban a los alrededores como si se tratase de un boliche. A diferencia de la energía y el espíritu festivo, el cielo poblado de nubes grises anunció una llovizna que aumentó su caudal con el paso de los minutos. Sin embargo, nada cambió. Se alzaron paraguas multicolores hacia el cielo con movimientos circulares al compás de la música y nuevas banderas se elevaron en señal de festejo.
Sobre las 20 horas, un grito colectivo que se fue propagando por toda la plaza de manera inmediata, anunció el comienzo de la caminata que llegaría hasta el Palacio Legislativo como el año pasado. A paso tranquilo, miles de manifestantes comenzaron a congregarse en la Avenida General Rondeau con aplausos, gritos de festejos y caras de emoción. Dos cuadras más abajo, casi llegando a la intersección con la calle Paysandú, el tránsito no estaba cortado por lo que las bocinas de quienes estaban parados sin poder cruzar, aumentaron. No obstante, esto fue en vano porque no pudieron pasar; la multitud no paró.
Al adentrarse en Avenida Libertador, el festejo aumentó su volumen. Hacia los balcones de los edificios linderos se podía apreciar a los vecinos que, alegremente, alentaban a quienes estaban caminando; una escena conmovedora. Algunos de ellos tenían luces de colores enganchadas a las rejas del balcón mientras que otros trataban de hacer flamear sus banderas. Pura alegría. Ante la presencia de los vecinos en los balcones, comenzó a desplegarse la bandera gigante que fue pasando de brazo en brazo alcanzando una longitud inmensurable.
Ante la pregunta de por qué se hacía presente en la manifestación, la presidenta del Colectivo Trans del Uruguay, Alejandra Colette Spinetti, dijo que consideraba que era una lucha política debido a la ausencia del Estado en materia de derechos. “A pesar de que el país es pionero en cuanto a las políticas sociales que reconocen los derechos de la población trans -como por ejemplo la aplicación de la Ley Integral para Personas Trans-, no se cumplen” lamenta y agrega “el marco legal existe pero no se cumple. Hay muchas estigmatizaciones, pensamientos religiosos contrarios a los derechos y por supuesto, una derecha en el gobierno que favorece únicamente a los grandes capitalistas”.
Casi al llegar al Palacio Legislativo, comenzó a sonar La Melaza (una cuerda de tambores integrada únicamente por mujeres) y al ritmo del cha cha cha, las palmas hicieron resonar las calles. Cerca de la cuerda, una pareja montó una emotiva escena de compromiso que fue aplaudida con orgullo, amor y felicidad. Entre abrazos, besos y fotos, continuaron su camino hacia la Plaza 1° de Mayo.
Por su parte, una de las voceras de la marcha, Lea Mazal, también refirió a por qué se hacía presente. “Para mi tiene la misma significancia de todos los años: reivindicar los derechos adquiridos y seguir luchando para que no se pierdan”. A continuación, entendió que hay una cantidad de reivindicaciones que generan que el colectivo deba salir a las calles. Entre ellos detalla la ausencia de la cuota de género en las ofertas laborales, el cumplimiento de la Ley Integral para Personas Trans, el acceso a la salud y más. “El Estado no cumple con los derechos adquiridos y de ahí surge la consigna ‘Estado ausente nuestra lucha presente” finaliza Mazal.
Cuando la multitud llegó a la Plaza, los representantes de los 18 colectivos que conforman a la Coordinadora dieron paso a la lectura de la proclama. En el comienzo, mencionaron que una vez más debían manifestarse para defender sus derechos y para exigirle al Estado -que entienden ausente- que se cumplan ya que de lo contrario, estaban dando un mensaje de retroceso y represión. Hacia el final del discurso, se leyó que el pueblo solidario buscaba ganarle a la falta de protección en materia de derechos sociales y a otras tantas situaciones que se reiteraban en cada parte del Uruguay.
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