Ricardo Pose
La exitosa carrera empresarial del Teniente Coronel Armando Méndez
El ministro de Defensa Javier García, declaró en la Resolución 77.105 del 17 de septiembre del 2021 como reservada la “totalidad de las actuaciones del Tribunal de Honor del Teniente Coronel en situación de retiro Armando Méndez Caban, por un período de 15 años desde su clasificación, un antecedente que genera muchísimas suspicacias.
“Tribunales de honor hay de muchas características. Los hay por deuda entre oficiales, de los 1980-1990. Los hay por problemas comerciales y este es por un tema comercial. Los hay por opción de género, por infidelidades”, dijo entre otros argumentos el Ministro Javier García.
Los problemas comerciales encienden una luz amarilla si se toma en cuenta la larga y exitosa carrera comercial de Armando Méndez.
En el libro “País Vaciado, dictadura y negociados” del economista Miguel Carrió el nombre del militar ahora procesado por violación a los Derechos Humanos ya figuraba.
Su nombre se quedaría integrado a uno de los negociados mas turbios del régimen militar conocido como “Operación conserva”.
Fue un contrato firmado en 1982 entre el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca de la dictadura y una empresa llamada Inversur Trading Company. Dicha operación se dividía en cuatro etapas:
• 1) La exportación a Argentina de carne vacuna uruguaya.
• 2) La elaboración de Corned Beef en Argentina.
• 3) La venta del Corned Beef
• 4) La prestación de una serie de “servicios especiales” por parte de la empresa Inversur.
El representante de Inversur en las negociaciones era el señor José María Alori, uno de los zares de la industria frigorífica uruguaya. En la época, Alori integró los directorios de varios frigoríficos, entre los que se encontraba EFCSA (Establecimientos Frigoríficos del Cerro, S.A.), donde compartía la mesa del directorio con el luego diputado por el Partido Colorado Edison Rijo (además abogado de la empresa y su representante ante el Instituto Nacional de Carnes). Alori también fue director del Frigorífico y Matadero Carrasco (FRIMACAR), del cual el luego vicepresidente de la República Enrique Tarigo (1985-1990) era entonces abogado y director. Pero además, junto a todos ellos se encontraba la señora Rosario Flores, la mismísima esposa del dictador Gregorio Álvarez.
Para que la operación se realizara era necesaria la aprobación del Instituto Nacional de Carnes (INAC), cuyo director era Armando Méndez, con justa fama de incorruptible. Tras estudiar el acuerdo, Méndez concluyó que el operativo era inconveniente, entre otras cosas porque “el precio final de adquisición del corned beef por el Estado, es superior al que actualmente se obtiene en la colocación”. La solución que encontró el dictador Álvarez para superar este inconveniente fue la inmediata destitución del director del INAC. Lo mismo le volvería a suceder a Méndez en 1992, cuando como director de Aduanas del gobierno del presidente Luis Lacalle (Partido Nacional 1990-1995), descubrió los lazos entre el ex presidente Julio María Sanguinetti y la mafia del contrabando.
Rectitud y mucha suerte
Además de los negociados bajo tutela del gobierno militar, hay todo un capitulo que tiene que ver con la participación de los militares que integraban la OCOA (que integraba Méndez) sobre las incautaciones de dinero y bienes de las personas detenidas.
Se desempeñó en el Batallón de Infantería Nº 1 –más conocido como el “Batallón Florida”– que estaba ubicado en el Buceo. Integró el Servicio de Inteligencia (S2), junto con el represor Carlos Calcagno, y luego ocupó un cargo en el Organismo Coordinador de Operaciones Antisubversivas (OCOA), liderado por el entonces general Esteban Cristi.
Cumplió tareas junto a José “Nino” Gavazzo, Manuel Cordero, Jorge “Pajarito” Silveira, Eduardo Ferro y Calcagno, entre otros represores, autores de robos, secuestros, torturas, desapariciones y asesinatos.
Méndez fue uno de los protagonistas de las negociaciones que terminaron con la entrega de buena parte del Movimiento de Liberación Nacional y fue el encargado de negociar el dinero y las condiciones de la salida de Uruguay del ex tupamaro colaborador de la represión militar, Héctor Amodio Pérez, y su pareja, Alicia Rey.
El “botín de guerra” no solo fueron los hijos de los presos políticos, sino y fundamentalmente y con poco esclarecimiento, de dinero constante y sonante.
Pero en el caso de Méndez esto puede ser una suspicacia; lo que no es una suspicacia es que en su momento ganó el premio mayor de una rifa del Hospital Pereira Rossell, que le permitió gestionar un campo de una mil cuadras cerca de Montevideo, y públicamente esa seria la base de su exitosa carrera empresarial.
El Grupo Armando Méndez y Asociados
Armando Méndez y Asociados, es integrada por empresas de seguridad y limpieza que han obtenido contratos con varias oficinas del Estado. El grupo está hoy integrado por Afilcar SA (instalaciones de alarmas), Compu Seguridad (respaldo de datos en medios magnéticos) y ADA SA (apoyo al Banco de Seguros del Estado). Tiene conexiones con Selectrón, Empresa de Limpieza M y M Servicios, ADT, Bracol Nilecor SA, A1 Security (A1 Ingenieros Ltd.), Alarmas R3 Seguridad Electrónica Maragata, Ba.Gar Seguridad, Máxima Seguridad, Grupo Roli y Servysegur.
La inversión en empresas de Seguridad empresarial tiene su lógica de militares retirados que ofrecen al empresariado nacional e internacional, su experiencia.
Y quizás por aquello de la confianza entre los camaradas, varias de las pequeñas empresas de servicios de seguridad y vigilancia, han sido contratados por el Estado y entre algunas de sus reparticiones el Ministerio de Defensa.
Los abogados de Madres y Familiares presentaran un recurso para modificar el carácter reservado de esos legajos; de no lograrlo, la verdad o parte de ella no será posible conocerla hasta el año 2036.