“Abrace y contenga.
Déjese abrazar
y pídalo cuando haga falta” (1)
El pasado domingo 5 de diciembre, se llevaron a cabo las elecciones internas del partido político más votado del país desde 1999 a la fecha, en un marco que hace tiempo no se daba: siendo oposición.
Los primeros números (120.000) indican que se estaría superando ampliamente los resultados de las últimas internas (90.000) y los análisis no demoran en surgir, ni los que eligen los puntos de comparación para restar la importancia general que esta buena votación implica en el conjunto y en el momento que atraviesa nuestra sociedad…ni los que piensan que al resultado lo trajo una cigüeña.
El Frente Amplio salió a buscar a la gente y la gente le respondió.
Algo habrán hecho
Ya no podemos llevar a los niños a Siberia, ya no podemos cambiarles el género desde la Educación Sexual, ya no podemos expropiar propiedades privadas ni darles celulares a los píchis. Entonces ¿qué nos queda?, que nos comparen con nosotros mismos. Hacer lo que se conoce en la jerga política publicista actual como: “la gran gracielabianchi”, que es vestirse con ropa ajena y enojarse porque ya no somos como en el 2012, como en el 1971 o como en el siglo III antes de Cristo. ¡Por suerte!
La imposibilidad de interpretar un acontecimiento de forma tal que modifique su adversa influencia no es un obstáculo para la política de la distracción. Tampoco para la política de la alienación y ni siquiera para los que sin saber nadar se tiran a la parte honda de la piscina porque la norma social dice que “hay que asomar la cabeza”.
Los recientes resultados no pueden analizarse en un tubo de ensayo, traje espacial, lentes culo botella y doble guantes. La sociedad no está con la ñata contra el vidrio esperando que las burbujas se multipliquen y exploten, parándole los pelos al estudiante de química. Las elecciones perdidas por el gobierno en el Sindicato Médico, en la Educación, en la Universidad, en el BPS…las 800.000 firmas alcanzadas…son bicarbonato de sodio entrando en el agua tibia y purificada que nos vendieron.
Algo hicimos
Salimos a buscar a doctores y doctoras, a estudiantes universitarios, jubiladas y jubilados, trabajadores y trabajadoras. Dejamos de hablar de nosotros mismos para que el gobierno y el oficialismo no encontrara, en nuestro discurso, de donde agarrarse para seguir repartiendo culpas y evitar mostrar que -en realidad- no saben gobernar para las grandes mayorías.
Salimos, como nos pedía ‘Paco’ Urondo, a encontrar entre nuestros afectos la ciudad habitable. Y la encontramos, y nos encontraron, porque también la gente salió a buscarnos. La militancia no está definida solamente por la pertenencia o el tiempo dado, que si no es transformador en nada se diferencia al tiempo consumido, la militancia está definida por una voluntad expresa y expresada en la materialidad concreta.
Qué me importa si no están adheridos, si se ríen cuando les decimos que son o no son “adherentes”. Mejor que se rían, nos cambiaron las caras largas de la dispersión previa, nos acompañaron porque -conscientes o no- nos vieron apechugar enseguida cuando la cosa complicó y nos siguen viendo ahora cuando el virus ya no lastima tanto pero el hambre lastima tanto o más.
Algo vamos a hacer
Organizados o no, aunque todo parece indicar que estamos madurando nuevamente, pasamos con crédito la penúltima loma hacia el Referéndum contra los 135 artículos de la Ley de Urgente Consideración. El campo popular sonríe por lo bajo, porque nos repetimos en muchos lados. Y porque cuando no se repite el individuo, sí se repite la necesidad, la consciencia.
Estamos navegando juntos, vamos a seguir navegando juntos.
Vendrán huracanes, vendrán las propias tormentas que inventamos. Seguiremos insistiendo en este proceso madurativo, para que la revolución no sea una bandera a colgar en un alambrado o en otro y se vuelva dermis, piel en contante expansión y envolviéndolo todo.
Nota
(1) Fragmento de “Es una orden” de Francisco ´Paco´Urondo