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La Ministra de Economía, Azucena Arbeleche el 15 de febrero pasado expuso en la Torre Ejecutiva sobre la coyuntura económica. La sorpresa fue que dibujó una situación en función de indicadores expresamente seleccionados, o sea aquellos sobre los que se puede decir “una situación favorable”1, crecimiento económico, disminución del déficit fiscal, disminución de la pobreza en los niños y niñas de 0-5 años. Quedaron en el tintero, entre otras, todos los indicadores de distribución del ingreso (salarios, pasividades, índice de concentración GINI), y de la inflación, o sea todos aquellos sobre los cuales no podía describir “una situación favorable”, y nada más y nada menos que todos los niños y niñas, o sea faltan los y las de 6 a 12 años por lo menos.
En esta voltereta en la gobernanza nacional podríamos afirmar que se pasó del CRECIMIENTO CON DISTRIBUCIÓN al CRECIMIENTO CONCENTRADOR.
Pobreza
Entre los indicadores que manejó, uno de ellos fue la dimensión de la pobreza. Efectivamente bajó con respecto al año de la pandemia (de 11,6 en 2020 a 10,2 en el primer semestre de 2021), y ello es real, pero le faltó decir que aún permanece por encima del nivel pre pandemia de 2019 (8,8%) en una cifra de más de 50 mil personas. Por ello es que la ministra, nuevamente seleccionando el indicador, enfatiza en la disminución de la pobreza en niños y niñas menores de 6 años (lo cual nos alegra), dado que es el único estrato de edad donde disminuye. Al respecto dos cuestiones no mencionadas: por un lado lo que se denomina pobreza infantil, que abarca a los niños y niñas menores de 12 años, fue superior al registro de 2019; por otro lado, el proceso de disminución de la pobreza en niños y niñas menores de 6 años es parte de un proceso que se mantiene desde 2017, como lo vemos en la gráfica y el cuadro siguientes.
La Sra. ministra tampoco mencionó la evolución de la pobreza por regiones por ejemplo y entre otras diferencias en el entramado social (raza, género), porque aumentó en el Interior del país, incluso en las zonas rurales.
Y cuando se mencionan los instrumentos de apoyo a las familias pobres, tampoco mencionó que todos fueron instrumentados en los gobiernos del FA. Claro, no lo van a reconocer.
Crecimiento y distribución
El crecimiento, y obviamente el aumento del empleo que se asocia a ello, fue tal vez el tema más informado. Aseguró la ministra que en 2021 se va a recuperar la pérdida de producción registrada en 2020, regresando a los niveles pre pandemia. El tan ansiado crecimiento en V. Pero las expectativas fuera del MEF promedian un crecimiento de 4,25% para 2021, y ella misma estimó un 4,5%, mucho menor que la caída de 5,9% en 2020.
Como ejemplo de visión optimista puso el incremento en la industria manufacturera durante 2021, y como fundamentos la gestión de la pandemia (vacunación), la disminución del déficit fiscal y el nivel récord de las exportaciones. Sin embargo, el aumento récord de las exportaciones y la recuperación de la industria manufacturera están íntimamente relacionados, y son los verdaderos motivos del crecimiento económico 2021, jalados por la demanda internacional y los altos precios de nuestros productos exportables, especialmente los asociados a la ganadería.
El derrame nuevamente faltó a la cita. Los récords se plasmaron en aumento de las ganancias de los exportadores industriales, mientras los salarios perdieron poder de compra en dos años consecutivos, situación que se repitió en todos los ámbitos de la economía del país.
En el cuadro siguiente aparece el incremento de las ganancias en 2020 en un contexto de caída de la producción, sin embargo, recordemos la devaluación del peso de 14% casi inmediata a la asunción del presidente Luis Lacalle. No todes perdimos en pandemia.
La LUC (Regla Fiscal) y el ajuste fiscal: Pagan trabajadores y jubilados.
La variable estrella de la ministra Arbeleche es el déficit fiscal, y nuevamente se ufana de sobre cumplir las metas de ahorro en gastos, aunque esto sucediera en plena pandemia 2020-2021, mientras morían más de 6 mil compatriotas, y 100 mil pasaban a engrosar la pobreza. Es más, a juicio de la ministra la verdadera causa de la recuperación económica se encuentra en la reducción del déficit fiscal, algo disparatado en el cortísimo plazo de dos años. El ahorro en las actividades del sector público resta, no aumenta al valor agregado nacional, aportando menos salarios, menos demanda de bienes y servicios, menos inversión. Al tercer trimestre de 2021, cuando el PIB según el BCU registró un aumento superior al 5%, las actividades de la administración pública aportaron el menor aumento entre todas las que lo integran, de tan solo 0,6%. Es decir que el país creció a pesar de la política restrictiva de gobierno, apoyado en los precios y la demanda internacional.
La base de esta política se encuentra en el capítulo Regla Fiscal de la LUC (artículos 207 a 210), cuyo objetivo es instrumentar el sostén del ajuste fiscal que este gobierno coloca como uno de sus ejes principales de política económica. Luego del ajuste en las cuentas públicas “progresistas”, la regla fiscal se presenta como un mecanismo para operar como una restricción permanente sobre el gasto público.
Los artículos 208 y 209 de la LUC definen la función y la metodología de la Regla Fiscal, para garantizar el equilibrio de las finanzas públicas mediante la fijación de un tope para el aumento anual del gasto público. Este tope dependerá de lo que el Poder Ejecutivo entienda cuanto va a crecer la economía. Ya sabemos cómo entienden los economistas de la derecha este asunto: cuando la economía crece no se gasta para ahorrar para cuando el ciclo se revierta; pero cuando la economía decrece no se gasta porque hay que apoyar a los empresarios para que inviertan con un margen de ganancia seguro. Nada nuevo, es el AJUSTE PERMANENTE que estuvo presente desde 1985 a 2004.
Veamos entonces “lo que está pasando”. Podemos ver en el cuadro que sigue, dónde se compara la situación fiscal de 2021 con 2019, o sea con la pre pandemia, que en primer lugar hubo un déficit mayor en 546 millones de dólares, producto de una importante disminución en los ingresos (principalmente del BPS) amenguada en un 50% por la reducción del gasto público. Y aquí está el impacto más importante que la ministra dejó de lado: solamente entre salarios y pasividades el ahorro fue de 464 millones de dólares, producto de la evolución por debajo de la inflación de los ingresos de los trabajadores públicos y jubilados y pensionistas en general. Son quienes están pagando día a día el costo de un ajuste fiscal planteado como Regla Fiscal en la LUC e instrumentado para seguir beneficiando a los mismos de siempre. Este ahorro, entre otros beneficios, permitirá reducir impuestos a inversiones que Arbeleche estimó en 4.500 millones, lo cual generará un gasto fiscal solo en Impuestos a la Renta y al Patrimonio muy superior a 200 millones de dólares anuales.
La inflación
La inflación faltó a la cita en el informe de la ministra, pues claro, su reducción es una de las metas relevantes definidas por el equipo económico gubernamental, y la realidad le está marcando una evolución muy diferente. En una respuesta insólita, pues la evolución de los precios de la economía integra indefectiblemente todo informe de situación macroeconómica (así se llama su presentación), le pasó la posta al Banco Central (BCU). Y el BCU obviamente no estaba presente. Debería haber respondido porqué insiste en una política de aumento de la tasa de interés que no ha funcionado para reducir el impacto de los precios en los ingresos de la población uruguaya, en particular los que dependen de un ingreso fijo. A los aumentos de la tasa de interés por parte del BCU, le ha correspondido un aumento de la inflación como se observa en la gráfica siguiente.
1 https://www.gub.uy/ministerio-economia-finanzas/comunicacion/noticias/arbeleche-ratifico-crecimiento-economico-aumento-empleo-disminucion-pobreza