En este marzo de la mujer, a las venezolanas ¡Salú!

0

Por Gabriela Cultelli

“Las mujeres somos vanguardia (…) en todas las formas de organización del Poder Popular, está la mujer, por eso hablamos de un mes de la mujer para reivindicar todos los logros, todos los avances, en la construcción del Socialismo Feminista”

Diva Guzmán

Ministra del Poder Popular para la Mujer y la Igualdad de Género, Venezuela

en prensaminmujer 11 de marzo de 2022

Una de las tantas cosas que nos llamó positivamente la atención en Caracas fue la visibilización que va tomando la mujer. Lo más importante, visibilizadas por ellas mismas como se demuestra en las palabras antes citadas de la joven ministra Diva Guzmán, pero también por los varones que allí se expresaban en un constante reconocimiento. Por ejemplo, en diversas ocasiones el Gobernador del Estado de Miranda, Héctor Rodríguez, reconocía y valoraba profundamente el papel esencial de las mujeres en los movimientos sociales, en la fuerza y generación de ideas de las llamadas 3R.Nets, como se nombró a los nuevos tiempos de Resistencia, Renacimiento y Revolucionar de la nueva etapa de transformación socialista que vive ese país. Al mismo tiempo, el compañero instaba a romper “ese esquema machista que soy yo el que impone y aquí no se discute nada”, exhortando a las mujeres a continuar la obra. Así también lo manifestaban otros líderes y liderezas de ese pueblo.

Revolución en Revolución

A la memoria vino aquella frase de Fidel “las mujeres son una Revolución dentro de la Revolución” pues también se sucede en Venezuela, aunque el mundo no lo quiera ver. Las más afectadas con el bloqueo y las injustas medidas restrictivas que EEUU tomó contra su pueblo en medio de una gran crisis mundial y luego también sanitaria, fueron las mujeres que se echaron la patria al hombro y la hicieron andar.

Para que se tenga una idea de la afectación económica sufrida, si los ingresos por petróleo en su pico más alto (1/9/2008) fueron de casi 21 mil millones de dólares, el 1/3/2019 fueron 20 veces menores, de poco más de mil millones de dólares, así cayó la producción petrolera desde 1/12/2015 y hasta septiembre 2020, recuperándose poco a poco a partir de allí. Las reservas internacionales cayeron desde fines de 2012 cuando rondaban los 30 mil millones de dólares, hasta mediados del 2021 cuando fueron unos 6 mil millones. El PBI medido en dólares cayó un 50% entre fines de 2016 y principios de 2019. Se trató de 502 medidas que afectaron todos los sectores de la producción y los servicios. El 18/12/2014 el Congreso de EEUU aprobó la “Ley Pública de Defensa de los Derechos Humanos y la Sociedad Civil en Venezuela” dando base y lugar al comienzo del bloqueo contra el pueblo venezolano.

Desde 2017 en adelante, las restricciones sobre las importaciones de alimento arreciaron, manteniéndose luego durante la pandemia. EEUU sancionó empresas y empresarios que negociaran alimentos con Venezuela. Otro tanto sucedió con las importaciones de medicamentos con un saldo mucho más trágico. El impacto negativo sobre la población de mujeres y niñas venezolanas de estas políticas restrictivas ilegales y unilaterales acrecentadas en tiempos de pandemia fue criminal, pues sobre ellas recaen los trabajos de cuidados y reproducción de la familia, otro elemento más para exigir su pleno y total levantamiento, pues como declarara en la “66° Comisión del Estatus Jurídico y Social de la Mujer-ONU” la ministra mencionada, esto constituye un crimen de lesa humanidad.

Pero en 5 años, de producir el 20% de los alimentos que Venezuela consume, se pasó a producir el 80%, y ahí está también la mano firme de la mujer, produciendo y participando activamente. Producciones por demás amigables con el medio ambiente.

“Una línea fundamental que recogen nuestras mujeres en el método de producción como la siembra conuco, forma ancestral de producción agrícola no intensiva y colectiva, la pesca artesanal, la elaboración de bancos de semillas, en articulación al desarrollo científico tecnológico. Es así como la producción agrícola de las mujeres en Venezuela es en su mayoría orgánica lo que contribuye a la soberanía alimentaria y a la sustitución de importaciones en este rubro… Si bien en la mayoría de los países las actividades de las mujeres disminuyeron de manera sostenida durante la pandemia, en Venezuela los emprendimientos productivos, en particular los que se desarrollan desde los hogares tuvieron un aumento sustancial, aumentando el empoderamiento productivo de las mujeres y contribuyendo a su independencia económica…Estos emprendimientos productivos han sido acompañados desde las políticas públicas sensibles al género como el fondo nacional del emprendimiento, el banco de la mujer y el programa soy mujer…” refería D. Guzmán en la misma Comisión de la ONU

Hoy Venezuela renace, luego de resistir la abatida imperialista, y cambia, revoluciona, y en ello la capacidad de resistencia de sus mujeres, que son las que están mayoritariamente al frente de las formas sociales de organización. Son ellas la mayoría de las jefas de calle, forma de organización cuadra a cuadra que permitió llevar la canasta alimenticia a cada hogar, atender a cada enfermo. Son las que atienden los CLAP (Comités Locales de Abastecimiento y Producción) programa para la distribución de alimentos básicos, las que están en el programa “parto humanizado” de protección a la mujer embarazada. Son ellas quienes juegan un papel relevante en la producción de alimentos en sus casas, en sus comunidades, y tantas otras formas y programas de subsistencia que tuvieron que darse para resistir. Son ellas las que se organizan también contra la violencia machista, sosteniéndose a través de las Defensoras Comunales de Género y Familia. En definitiva, se trata de ese feminismo comunitario, que como decimos por estos lares del mundo, nace desde el pie, pero se entrelaza con un proceso general y único de cambio sistémico.

A esas mujeres que están haciendo historia, y desde más al Sur: ¡Salú!

Comments are closed.