Por Lilian Galán
Hoy quiero hablar sobre un tema sobre el cualya hemos insistido: el recorte y privatización de nuestras empresas públicas.
Ya no enfrentamos una ley de privatización como la que enfrentábamos en la 90. La estrategia del gobierno avanza a través de otros mecanismos. Un par de artículos en una ley, un decreto, un cambio de reglamentación ysobre todo, y especialmente en el avance de la connivencia de los empresarios privados firmando contratos, dándoles información privilegiada, otorgándoles oportunidades de negocio.
En otras oportunidades nos hemos referido a través de otros medios de prensa, redes, a lo que es el Proyecto Neptuno o Arasatí y el proyecto de universalización de saneamiento en el interior. Hoy, después del referéndum, ya sabemos que el Gobierno ha puesto el pie en el acelerador. Y el mismo ministro Peña, en una entrevista en Canal diez el 29 de marzo, afirmóque entre los dos proyectos los privados van a invertir 550 millones de dólares. ¿Quién puede creer que los privados inviertan en agua potable y saneamiento, si eso no genera un negocio seguro para ellos? Ganancias importantes y sobre todo, ganancias seguras.
De las declaraciones del ministro se desprende que los privados construirán obras, se encargarán de la operación por algunos años y OSE pagará por el servicio.
Queremos dejar claro desde ya la Constitución no habilita esto. Lo van a maquillar y van a cambiar de nombre. Van a tratar de marearnos. Pero si tiene cuatro patas, mueve la cola y ladra. Es un perro.
Ya supimos con el experimento de la privatización del agua potable en Maldonado, que la gestión privada del agua potable entregaun suministro de mala calidad, muy caro y con graves afectaciones al ambiente.
No vale todo. La salud, el interés de los uruguayos no admiten un negociado de este tamaño. Los invito a enterarse de este tema y entre todos, decirle no a la gestión privada del agua potable y el saneamiento.