Las muchachas de abril, compañeras tupamaras

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Por Inés Cortés


En la madrugada del 21 de abril de 1974 un grupo de las Fuerzas Conjuntas de Uruguay
, integrado por efectivos del ejército y la policía nacional, irrumpió en un apartamento de Brazo Oriental en busca del militante tupamaro Washington Barrios (desaparecido hasta la fecha).

En el marco de dicho operativo, y luego de registrar todos los apartamentos del corredor de Mariano Soler 3098 bis, el comando a cargo del General Juan Rebollo abrió fuego contra la estructura del apartamento No. 3.

En su interior había tres mujeres: Silvia Reyes de 19 años, embarazada, pareja de Washington Barrios; Laura Raggio,también de 19 años; y Diana Maidanik, de 22 años de edad, ambas estudiantes de psicología. Las tres compartían militancia en el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T)

Según relata un vecino que vivía en un apartamento contiguo, testigo de los acontecimientos, del interior de la vivienda en la que se encontraban las tres tupamaras se escuchó una voz femenina que gritó: Hijos de puta, de acá me sacan con los pies para adelante. En respuesta, los militares abrieron fuego de metralla sobre la puerta, destrozando el interior de la vivienda. Fue una verdadera masacre, las acribillaron con la cobardia y la desmedida violencia propia del terrorismo de Estado, propio de los que no conocen la dignidad.

Eleuterio Fernández Huidobro, en el artículo Las tres pibas de abrilpublicado en Mate Amargo en 1987, sostiene que el ataque de los militares fue respondidocon cinco disparos, por parte de las mujeres. Se defendieron, pero no pudieron frente al terror desatado, frente a la crueldad.

Los vecinos (dentro de los que se encontraban adultos, niños y niñas) y los padres de Washington veían todo desde afuera, bajo una palmera adonde fueron llevados en ropa interior a las tres de la mañana. El escenario era aleccionador, así actuaban las fuerzas represivas del Estado con la subversión.

Al día siguiente Barrios llama a una vecina para comunicarse con su madre, y se entera de lo sucedido, escribiendo:

Con la Flaca decíamos que, si llegaba a pasar algo así, cualquiera de los dos que quedara tenía que luchar y ocupar el puesto de los dos, y eso es lo que voy a hacer y lo más probable es que muera peleando como ella murió. Lo que tenemos que tomar todos es el ejemplo que Silvia nos dio día a día, hora a hora, minuto a minuto. Me mataron a la Flaca y al gurí que estaba en camino…”

Hoy, a 48 años del asesinato de las Muchachas de Abril, de Silvita, Diana y Laura, el dolor sigue intacto. Nos mataron a las compañeras, nos arrancaron un pedazo de nosotras y nosotros. Las heridas seguirán abiertas mientras no haya justicia, hasta que el Estado no se haga cargo, por ellas, por todas y todos.

Sin embargo, en diciembre de 2021 la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó al Estado uruguayo por las violaciones a los derechos humanos ocurridas en el asesinato de las muchachas de abril. La denuncia realizada por los familiares, hace más de 14 años, llegó a buen puerto y marca un rumbo. Un compromiso cierto de por dónde hay que ir, a pesar detanto fascista nostálgico en el escenario político discursivo.

La sentencia toma en cuenta que, pasadas más de tres décadas de los hechos, aún se desconoce la verdad sobre lo ocurrido y no están determinadas las responsabilidades penales. Además de que no existió protección judicial de las víctimas, ni de sus familiares (muchos de ellos ya fallecidos).

Entre las reparaciones previstas en la sentencia, además de las económicas a los familiares de las víctimas, la Corte incluyó la continuidad de las investigaciones y la consiguiente sanción a los responsables, en un plazo razonable, que evite el uso abusivo de recursos o acciones dilatorias, así como la imprescriptibilidad de los delitos de lesa humanidad.

En memoria de nuestras compañeras, tupamaras, militantes, que lucharon hasta el último minuto por sus ideas, compartidas, colectivas. Ideas de que un mundo mejor y más justo era posible, y que al poder real se le hace frente.

¡Hasta siempre compañeras! ¡Vivirán en nuestra memoria y en nuestra lucha! Para que Nunca Más haya terrorismo de Estado.

Ya nadie habrá que pueda

parar su corazón unido y repartido.

No digan que se ha ido,

su sangre numerosa junto a la patria queda

¡Habrá patria para todos!

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