Por economiapolitica.uy
La economía uruguaya está creciendo a un ritmo cercano al 4% anual. Los salarios en cambio
pierden poder de compra en forma acelerada; entre enero y junio de este año van a sumar una
pérdida de 2%, que suma al proceso iniciado hace dos años y acumula desde el 2020 un
deterioro superior al 6%. Los precios y la inflación, no dan descanso a ingresos estancados: 5%
de aumento en lo que va del año 2022. Cualquier lector atento no tardaría en concluir: las
ganancias de quienes fijan los precios aumentan y el ingreso se concentra cada vez más en
menos manos.
Desafiando la ley de la gravedad, el famoso y prometido derrame fluye hacia arriba,
enriqueciendo a los que ya son ricos.
Por otra parte, también podemos concluir que, si los precios aumentan con salarios a la baja,
éstos no tienen nada que ver con el foco inflacionario actual. Por tanto, aumentar los salarios
es la política para detener su deterioro, en lugar de una política de precios con reducción del
IVA, que no va a tener un impacto significativo. Además, que una rebaja del IVA sin
instrumentos que lo hagan llegar al consumidor termina engrosando los bolsillos de la cadena
de distribución, se agrega que los 19 productos que el senador Manini propuso al senado, y a
través de éste al Poder Ejecutivo, para una eventual rebaja del IVA por seis meses, significan
(en el mejor de los casos) tan solo un 6% del gasto de consumo mensual de una familia
promedio.
Se requiere con urgencia una política de ingresos que contemple además mejoras en las
transferencias sociales y en las pasividades, habida cuenta que el gasto público no ha
aumentado y tampoco puede ser acusado de inflacionario.
Sin embargo, el presidente Lacalle resolvió recientemente por sí y ante sí dos medidas que
resultan contradictorias. Resolvió aumentar nuevamente los combustibles en el marco de su
empecinado objetivo de encarecer a nuestro país al nivel del resto del mundo. ¡¡Y todavía le
falta para lograrlo!! ¡Nadie sabe cuánto va a costar la nafta y el gasoil el mes que viene!
A partir del 1º de mayo la nafta súper aumentó 2% (llegó a $ 79,38 el litro) y el gasoil 5% con lo
cual alcanzó el récord de $ 60 el litro. Pero este anuncio fue acompañado de otro aún más
preocupante, para alinear los precios de los combustibles a “las referencias internacionales” el
precio de la nafta debería aun aumentar en $3 adicionales y el gasoil $ 11, con lo cual se instala
desde ya en el país un marco de expectativas inflacionarias que pueden empeorar la situación
para los postergados de siempre. Y sigue instalado además una carencia absoluta de estrategia
en materia energética, que se suma a la renuncia de estrategias en los demás ámbitos
económicos que no sea el fiscal.
Por otro lado, el presidente Lacalle resolvió también un aumento de 2% para los salarios
públicos, y de 3% para las jubilaciones a partir del 1º de julio, y a cuenta (se descuenta) del
ajuste previsto para enero 2023. Para los trabajadores que no son solamente los
dependientes, no hubo anuncios aún teniendo presente la situación de cuentapropistas,
monotributistas, trabajadores informales que dependen del salario mínimo. A los trabajadores
privados que los arregle el mercado, o sea nada.
La ministra Arbeleche no se pronunció al respecto, eso sí, va a estudiar seriamente las
propuestas del FA, del PitCnt, del senado (minuta de Manini). El director de OPP, Isaac Alfie,
fundamentó los aumentos desde la sostenibilidad fiscal, lo cual considera por encima de las
necesidades vitales de los hogares uruguayos.
¿Cuánto puede significar ese aumento el 1º de julio? Aun pueden ocurrir otros aumentos de
combustibles, LUC mediante, en junio y julio, con lo que ello significa para los demás precios
del consumo nacional.
Decíamos al principio que los salarios en dos años han acumulado una pérdida superior al 6%.
Pensamos que el efecto combinado de un magro aumento salarial y de pasividades postergado
en dos meses y conviviendo con precios de los combustibles en alza, no redundará en una
mejora significativa de los ingresos de los hogares uruguayos. En la gráfica se puede observar
además el ajuste salarial de los funcionarios públicos, rebaja muy superior al promedio, y
componente básico del ajuste fiscal para reducir el déficit.
Finalmente lo del principio, el dinero fluye hacia arriba. Las ganancias empresariales de la
industria exportadora han crecido 6% de acuerdo a los registros del BCU, y el INE da cuenta
también de ganancias crecientes que aumentan su recaudación de IRAE (impuesto a la renta
empresas). La estrategia económica, sin contar obviamente el ámbito fiscal, ha sido cedida por
parte del ejecutivo al sector privado, que opera un modelo excluyente y concentrador. Y que
no apuesta a un futuro de investigación, desarrollo, tecnología ni integración económica.
Como en el caso de los combustibles, nos moldea el resto del mundo, nos globaliza, en lugar
de buscar cual buscar alternativas integracionistas que favorezcan nuestro desarrollo.