Por economiapolitica.uy
La semana pasada y en términos económicos, además del terrible incremento de la pobreza como se viene dando en el país, se sucedió la interpelación que la diputada frenteamplista Bettiana Díaz de manera irrefutable le hiciera a la ministra de economía Azucena Arbeleche. Fue una brillante exposición por parte de nuestra compañera y 23 preguntas con escasa o muy pobre respuesta por parte de la interpelada, sin contestar siquiera la “pregunta del millón” como se le dijo, o sea si mantenían la promesa de recuperar los niveles salariales al final del período y de mantener la promesa cuando y cómo. La respuesta a tanta insistencia de la Diputada, fue lo que ya sabemos, la promesa y nada más.
Sosteniendo que la inflación nada tenía que ver con el incremento de la demanda dada la baja salarial y el incremento de la pobreza, se buscó una explicación al deterioro de la situación social, indagando si así lo entendía la ministra y no hubo respuesta más allá de la explicación causal del fenómeno inflacionario por factores externos a su gestión (alza de precios de los combustibles y alimentos a nivel mundial, la sequía) al mejor estilo de Poncio Pilatos. Ni siquiera respondió el efecto concreto y estimable del aumento de los combustibles en los costos de producción. Tampoco se pudo saber si había nuevas proyecciones sobre el comportamiento de los precios para este año y el próximo, ni que nuevas medidas para combatir el alza de precios se prevén (si es que alguna previsión se ha hecho).
Se preguntó sobre políticas de empleo, sobre pobreza y los datos erráticos que diera la ministra en oportunidades pasadas “¿Por qué en la presentación del 15 de febrero se presentaron solo los datos para la población en la franja de menores de 6 años y no para todas las franjas etarias? ¿Piensan seguir comparando semestres con años o seguir sacando conclusiones categóricas en base a datos bimensuales de la pobreza?”. Muy enfática fue nuestra diputada al respecto, aunque sin respuesta por parte de Arbeleche, pues con eso se trató de embarullar una verdad que rompe los ojos: el incremento de la pobreza y de la pobreza infantil.
“Los niveles de pobreza aumentaron para toda la población. Veo que sigue publicado que disminuyó la pobreza en la página de presidencia, veo que está publicada la foto de los niños con globitos en la mano que dice que bajó la pobreza, y no escuché ninguna rectificación por parte del Ministerio de Economía y Finanzas después de que salieran los datos del INE y pudiéramos conocer justamente que los datos anualizados mostraban que no se podía decir que bajó la pobreza. ¿El gobierno reconoce que la cantidad de personas por debajo de la línea de pobreza aumentó con respecto al año 2019?” Dijo Diaz.
Se continuó con perspectivas fiscales y la suerte fue similar. Es que la presentación que trajo la ministra, poco satisfacía las inquietudes de la interpelante. Allí podíamos ver una comparativa interanual del PBI desestacionalizado, que no hace otra cosa que disimular que su “efecto rebote o en V” no se dio. Tímidamente reconoce que la pobreza no recuperó los niveles prepandemia, y no mencionó que muy a pesar del crecimiento del producto y las exportaciones, y de los precios de las mismas. O sea, mientras unos, los malla oro, se hacen la del león, otros acuden a las ollas populares sin tener mayor oportunidad. Claro, la ministra solo mostró el incremento del ingreso medio de los hogares en un pequeño 3.6% entre el 2020 y el 2021, y es lógico que desde el piso crece cualquier cosa, pues el 2020 fue el año más duro de la crisis. Tampoco dijo que, aun así, ese crecimiento estuvo por debajo del incremento del PBI en igual período, ni que, en los hogares del interior del país, precisamente dónde se generó gran parte de esas riquezas crecientes, los ingresos bajaron en un -2,2% según datos del INE si comparamos con el último trimestre 2019 previo a la pandemia.
Luego resumió las insuficientes medidas, de riesgos ascendentes para la industria molinera y aceitera nacional según lo explicó la diputada Lilian Galán, exposición que reproducimos en esta misma edición de Mate Amargo y que invitamos a leer. En fin, muy pobre la exposición del equipo de gobierno en un marco de incertidumbre brutal, que como pocas veces está viviendo el mundo.
Que más se puede decir que lo ya expuesto por la bancada frenteamplista y la enorme preocupación en los tiempos que corren por un gobierno solo ocupado de los equilibrios fiscales a toda costa, incluso de su gente, donde asombra la “diferencia entre la situación económica y social que describe la ministra y la realidad que padecen las grandes mayorías de nuestro país. Es muy riesgoso que exista tal grado de divorcio con la realidad en los responsables de llevar adelante la política económica” plantea y con razón la declaración final de la bancada del Frente Amplio.
