M.A.: Nicolás Viera, rosarino, joven maestro. Hablar con Nicolás, este diputado de Colonia nos hace recordar a Homero, su padre, la «sangre de Tupac» como decía aquella canción de Viglietti. Cuéntanos un poco de ti, de tu familia, tu vida.
N.V.: Vivo en Rosario desde que nací. El próximo agosto cumplo 34 años. En Rosario cursé la escuela, el liceo, fui a Magisterio donde me recibí de Maestro en 2014. Estoy inserto en varias organizaciones sociales, participé de la fundación de algunas de ellas, particularmente de desarrollo cultural e histórico. Y me encanta estudiar la historia de las comunidades, los procesos sociales, económicos y productivos asociados a ellas; creo que allí encontramos la génesis de la sociedad de hoy.
Tengo dos hermanos. Homero Mario, es enfermero, tiene 49 años vive en Montevideo y de quien tengo una sobrina, Carmela. Mi otra hermana es Analía, vive en Rosario, tiene 30 años y es Trabajadora Social.
Vivo con mi mamá Wilma, hoy jubilada, y mi compañero José Manuel. Mi padre, Homero, también vive en Rosario, jubilado pero muy activo.
Me preguntabas por mi padre… de él he aprendido y aprendo todos los días mucha cosa, desde valores básicos para manejarme en la vida hasta las profundas ideas que mueven el mundo y los comportamientos humanos.
Además, vengo de un hogar muy politizado. Mi abuelo, también Homero, fue militante y candidato a Diputado por el Partido Socialista en la década de 1940, y tengo un bisabuelo blanco independiente preso por la Dictadura de Terra que apoyó Herrera. O sea que mi militancia podría ser considerada ancestral. Por parte de mi mamá, lo mismo, mi bisabuelo peleó con Aparicio en 1904… una familia blanca, pero progresista.
Milito desde mis 12 años en el Comité “Blanca Gorriarán” del FA de Rosario.
M.A.: Rosario hoy y tristemente recuerda poco a la de hace 3 años atrás. Pequeña ciudad empobrecida como muchas del país, en ello el reciente cierre del Frigorífico, el deterioro de la atención sanitaria y más. Podrías contarnos al respecto.
N.V.: El impacto que generó el cierre del Frigorífico no está medido, pero quienes vivimos esa realidad no dudamos en decir que generó una crisis gigantesca. Son 350 puestos laborales, el trabajador y su familia. Supone que el 10% de una población de 12.000 habitantes se vio afectada de manera directa, sin contar todo lo que implica en la dinámica del comercio y la economía local.
Hay varios aspectos a considerar partiendo de que esta situación fue desencadenada por un error. Sin el contenedor que llegó a China con un producto que no debió ir dentro de ese contenedor, nada de esto hubiese ocurrido. Por tanto, lo primero que hay que reconocer es eso.
Pero además nos interpela desde otro punto de vista que tiene que ver específicamente con la diversificación de los mercados. El 95% de la producción de esta planta industrial es para el mercado chino porque sus dueños son capitales chinos. Al China cerrar el mercado por la inhabilitación nos dio vuelta como una media. Y aquí cabe la pregunta, o más bien el desafío de pensar si no es necesario trabajar para diversificar los mercados de destino de esta producción.
Vengo de Colombia, estuve reunido tratando este tema específicamente y Uruguay tiene una cuota cárnica en el mercado colombiano que no logra cubrir nunca porque no mandamos la carne suficiente. Incluso podemos hasta entrar carne con hueso.
Por eso digo que, más allá de este problema puntual, hay que trabajar por pensar más allá del horizonte.
Actualmente estamos a la espera de que China levante la sanción porque se ha hecho todo lo solicitado; se dio la información que pidieron y se hizo la auditoría virtual que se superó sin mayores observaciones.
Hemos hecho un gran trabajo en equipo. Y digo “hemos” porque me siento parte. Trabajadores, responsables de la empresa, los tres diputados, el gobierno local y departamental… todos aportamos algo y le hicimos entender al Poder Ejecutivo que era necesaria su actuación, pues hasta hace algunas semanas veíamos una actitud muy pasiva. Después de la movilización de la FOICA en Montevideo se encaminó la situación.
Ha sido un parto. Va para 9 meses que la planta está cerrada. Esperamos esperanzados de que llegue el aviso de la rehabilitación.
M.A.: Hay un proyecto con mucho bombo: +Colonia. Hasta el presidente habló de ello. ¿De qué se trata? ¿Qué resultados se esperan?
N.V.: El proyecto urbanístico de +Colonia llegó para interpelarnos, como gobierno y como sociedad.
Yo lo veo con buenos ojos. Para mi implica un desafío interesante, no exento de problemas, pero también de posibilidades.
Por primera vez en muchos años aparece un desarrollo urbanístico, que no es solamente inmobiliario, al cual le conocemos el rostro de los inversores y podemos intercambiar con ellos. Este proyecto se desarrollará en tierras que hace 40 años son propiedad del mismo dueño que va a ejecutar el proyecto, algo no menor, principalmente porque disipa algunas dudas en cuanto a la especulación.
Además, he tenido contacto con la iniciativa desde el primer momento y siempre planteé algunas cuestiones que son básicas a preservar. Resulta imperioso dar garantías de que, en caso de fracasar el proyecto, los predios fraccionados pasen a integrar la oferta inmobiliaria de la ciudad de manera aislada. También es básico preservar el acceso democrático y universal a las costas del Río de la Plata. De la mano de todo esto hay que pensar en el ordenamiento territorial y en la integración social y demográfica con una visión comprometida con el cuidado del ambiente.
Todo eso, que planteé desde el día uno, está contemplado y escrito en los documentos que se han aprobado en la Junta Departamental y en la Intendencia. Si el proyecto cae, la recategorización del suelo que permite los fraccionamientos vuelve a cero, por tanto, no pasa a integrar la especulación inmobiliaria. El acceso a la costa se multiplicó, hoy hay 2 accesos y el plan asegura 6. La posibilidad de generar fuentes laborales también es real y necesaria. El cuidado del ambiente es una de las banderas del emprendimiento pero además falta el escalón final: la aprobación del proyecto por parte de los técnicos del Ministerio de Ambiente.
Porque siempre antepuse una pregunta a todo lo que razoné sobre el tema: si no es este emprendimiento ¿Qué va a suceder con el uso de esas tierras? ¿Pasarán 30 años más con yuyos de 2 metros? O ¿Vendrá un especulador a plantear negocios millonarios sin orden y a cualquier costo?
La inversión no puede frenarse. Yo prefiero que la inversión se ejecute de manera pactada, con determinadas garantías, siguiendo lineamientos básicos que preserven el interés general del departamento.
No sé si se irá a dar, son riesgos que se corren, pero lo cierto es que prefiero correr ese riesgo a que no pase nada.
Y lo otro, no menor, hay una responsabilidad real de la Intendencia de Colonia y de sus sucesivas administraciones. Con dos raras excepciones, el departamento no tiene un Plan de Ordenamiento Territorial. Eso permite que se construya en cualquier lado tomando excepciones como regla y sin prever hacia dónde y cómo crecer.
En ese escenario se benefician los que necesitan la desregulación para emprender con intereses empresariales o personales por encima de cualquier razonamiento colectivo social.
M.A.: Hablando con Nicolás no podemos dejar pasar la oportunidad de al menos tocar el tema frontera e integración, ¿Cuáles han sido los principales problemas en medio de la crisis y pandemia? ¿Cuáles son hoy las perspectivas?
N.V.: Problemas son muchos. Las respuestas que se han dado no han alcanzado a ser ni siquiera un paliativo para un contexto complejo generado por los efectos de la pandemia más las políticas regresivas del gobierno.
Nos preocupa esta situación y venimos planteando alternativas desde que se inició la pandemia. Hemos presentado como Frente Amplio un Proyecto de Ley de Protección Integral de Zonas Fronterizas en octubre de 2021 pero lamentablemente duerme en los cajones del Parlamento y nos gustaría que se atendiera particularmente porque es un proyecto que ayuda, apoya y va en la dirección que muchos legisladores han expresado.
Desde la Comisión de Frontera, tanto con Argentina como con Brasil, no paramos de recibir delegaciones, convocar autoridades, hacer planteos que, de alguna manera, fortalezcan caminos de dar respuesta a la gente de las comunidades de frontera. De nada sirve que se generen erogaciones y beneficios fiscales si finalmente no llegan a la gente.
Hace meses que escuchamos con preocupación las múltiples situaciones generadas por el cierre de la frontera con Argentina. Al abrirse las fronteras se generaron una cantidad de problemas nuevos que también hay que atender, principalmente la competitividad golpeada por la diferencia de precios y ni que hablar del precio del combustible, que genera hasta contrabando interno.
Las respuestas del gobierno han sido magras, incluso nos han pedido a los legisladores que ayudemos a difundirlas en el territorio porque se han generado acciones que son desconocidas hasta para los beneficiarios.
Pero reitero, el principal desafío es que los beneficios lleguen a la gente.
Además hemos asumido el compromiso con la concreción de un Plan Nacional de Fronteras que plantee una visión integral del territorio con enfoque de política de Estado, pero aún el gobierno no lo termina de construir.