Crecimiento: El Huracán de cola. ¿Dónde está el derrame?

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Por EconomiaPolitica.uy

El PIB anualizado al primer trimestre de 2022 creció 7,6%, sin duda una variación muy importante, pero hay que tener en cuenta que la comparación se hace con el PIB más bajo del período post pandemia, enero 2021 (lo mismo es válido si el análisis se realiza comparando el PIB trimestral).

Por ello, como veremos más adelante, los sectores que más crecen e inciden en este aumento de la actividad económica global son aquellos que más se vieron perjudicados por la pandemia Covid19. Del suelo crece cualquier cosa. Este crecimiento ubica el nivel del PIB anualizado muy cerca de su registro pre gobierno multicolor, apenas un -0,1% inferior.

¿Cuál fue el destino de los bienes y servicios producidos en los 12 meses acumulados en marzo de 2022? Nuevamente quienes revelaron menor capacidad de compra fueron los hogares uruguayos. La demanda interna aumentó 5,6%, 2 puntos o 26% menos que la producción total de bienes y servicios nacionales. Sin duda un reflejo de la pérdida real de los principales ingresos hogareños (salarios y jubilaciones) que recientemente otras fuentes de información y análisis han revelado. A su vez, según destaca el informe del BCU, hay una estratificación del gasto que justifica en mayor parte ese aumento. El gasto de hogares con mayores ingresos en viajes de turismo al exterior y en esparcimiento que se había reducido muchísimo durante la pandemia y el aumento de la importación de automotores (50% en dólares), responden también a esta última reflexión.

La inversión es un destino importante de la oferta de bienes y servicios (nacional e importada), asociada al crecimiento presente y futuro de la actividad económica. La inversión en activos creció un 17% en el año cerrado en marzo 2022, con fuerte incidencia en el PIB global, y en la actividad agropecuaria por los bienes de capital necesarios para atender la creciente demanda externa. Esa inversión mantiene el dinamismo que comenzó a fines de 2020 basado en las obras de UPM, del ferrocarril asociado al transporte de la celulosa al puerto de Montevideo (algo que el BCU viene repitiendo en sus informes trimestrales desde 2020), y también y más reciente un aumento de la inversión en construcción de viviendas residenciales.

La demanda externa, las exportaciones, los consumidores del resto del mundo han sido la principal fuente de esta eficacia productiva, y por cierto pagando muy buenos precios por nuestra oferta de productos agropecuarios. Pues bien, las exportaciones crecieron en volumen un 25% en los últimos doce meses y en valores corrientes su aumento superó el 50%.

Los precios de exportación en promedio se elevaron en 24% el último año, por encima de los precios de los bienes que importamos. Esto nos manifiesta una mejora en los Términos de Intercambio que se muestra continua desde 2016, con un incremento del 7% en el último año y de más del 9% con respecto a un quinquenio atrás. Otra que “viento”, esto fue un “huracán de cola” para el crecimiento mencionado.

Desde otro punto de vista, desde la oferta, o sea desde los sectores que producen los bienes y servicios que componen el PIB nacional, los que más aportaron en el último año al crecimiento de la producción nacional fueron el comercio, los hoteles, restaurantes, arrendamientos, inmobiliarias y agencias de viaje, así como el transporte de pasajeros, con un crecimiento promedio de 10% y una incidencia en el resultado global del 30%. Como decíamos antes, son los sectores más afectados por las circunstancias sanitarias especiales de 2020 y parte de 2021, y el punto de comparación se encuentra muy sumergido.

Los demás sectores, algunos que habían mantenido su nivel de actividad como la agropecuaria, EGA (electricidad, gas y agua) y los servicios financieros crecieron a menor ritmo. Y finalmente, las actividades que exclusivamente desarrolla el sector público prácticamente no aumentaron (0,4%), un indicador más del ajuste en el sector público.

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