Por El mate de la mitad del mundo
Ecuador continúa en su día #17 del paro nacional, que empezó el pasado 13 de junio 2022 y tiene a la fecha: 6 personas fallecidas (5 civiles y 1 militar), 8 desaparecidos, más de 150 heridos y 134 detenciones y 84 vías cerradas a nivel nacional.
El presidente Lasso que manifestó reiteradas veces, su disposición al diálogo para resolver los 10 pedidos de la CONAIE, estuvo ausente de la mesa que se instaló el lunes 27 junio, convocada por el presidente de la Asamblea Nacional, donde participaron otras dos funciones de estado, incluyendo el Ministro del Interior como representante del ejecutivo, representantes de la iglesia, organismos de DDHH, y representantes de otras organizaciones indígenas y sociales. Mesa que se rompió el martes 28 de junio a las 14:00 horas luego de la cadena nacional donde el presidente Lasso desconoció la legitimidad de los dirigentes sociales y anunció que no continuará con su delegado en la mesa de diálogo, pidiendo a los movilizados retornar a sus provincias para evitar actos de represión.
Mientras esto ocurría, en la Asamblea Nacional continuaba el debate sobre la aplicación del artículo 130.2 de la Constitución sobre la destitución presidencial (muerte cruzada) que necesitaba 92 votos para aplicarse; sesión que terminó el martes 28 de junio pasadas las 22:00 horas con la votación de 80 asambleístas a favor de la destitución (UNES, mayoría de PK y algunos independientes), 48 votos en contra (PSC, ID y CREO) y 9 abstenciones.
El panorama es incierto, la CONAIE y organizaciones afines mantienen el paro nacional, hay llamado a movilizaciones masivas a la capital desde las provincias de mayor población indígena, organismos internacionales como la CIDH, las NNUU, la UNICEF, Amnistía Internacional, así como organizaciones políticas de América y Europa, han enviado sus misivas de cese a la represión al gobierno nacional, donde se han denunciado ataques permanentes a centros de paz y acogida social, asfixia de niños, niñas, mujeres embarazadas, personas de la tercera edad no solo movilizadas, sino, en habitantes de barrios populares que han sido gaseados de manera desproporcional por las fuerzas públicas.
Los voceros del gobierno han mencionado en los medios de comunicación que utilizarán todas las herramientas a su alcance para “volver a la normalidad” y sentenciar a los responsables de la desestabilización nacional, esto, de la mano con el anuncio de la fiscalía general de la nación, que abrió 261 investigaciones previas y 29 instrucciones fiscales en el contexto de las manifestaciones. El presidente y sus voceros acusan a los dirigentes de la CONAIE y del correísmo por la desestabilización. El canciller ecuatoriano Juan Carlos Holguín ha acusado públicamente de la desestabilización a Rafael Correa en Bélgica por la utilización de twitter, así como de Paola Pabón Prefecta de Pichincha por movilizaciones en su territorio.
La tensión continúa con un gobierno debilitado, con una fragmentación social muy fuerte, la presencia fascista de grupos políticos y sociales, la continuidad de la judicialización de la política y la mayoría del pueblo empobrecido y movilizado. Los contrastes del Ecuador lacerado por el neoliberalismo fascista.
