Por economiapolitica.uy
El 6 de julio de este mes asistieron al parlamento las autoridades del Ministerio de Economía y Finanzas, de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, y del Banco Central del Uruguay para presentar su evaluación de la economía durante 2021 y sus proyecciones en el marco del proyecto de Rendición de Cuentas.
Sobre la situación de la economía uruguaya, el equipo económico presentó su análisis y por su parte los diputados del Frente Amplio dieron su visión sobre la actual coyuntura y sus problemáticas.
En ese sentido, la visión que expresaron desde la bancada de diputados de izquierda, es que el crecimiento económico iniciado en 2021, refleja un modelo de crecimiento donde claramente se beneficia a unos pocos sectores de la economía, dejando de lado a las grandes mayorías de la población. Es decir que la forma en la cual está creciendo la economía uruguaya vuelve a reflejar lo que entonces fue el modelo excluyente. La muestra de ello es el crecimiento de las exportaciones, de los depósitos del sector no bancario y como contraparte de esto una recuperación del empleo con caída del poder de compra de los salarios y otros ingresos; y una gran parte de la población asistiendo a ollas populares para alimentarse.
Desde el gobierno se afirmó que el crecimiento económico se ha realizado sin aumento de impuestos, insistiendo en que ello es una clara diferencia con los gobiernos anteriores. La respuesta a esta afirmación falsa es que sí ha habido aumento de impuestos y se ha realizado a través de la disminución del descuento de los dos puntos de devolución del IVA por compras a través de medios electrónicos, también por los cambios en el criterio de ajuste de la BPC (comenzaron a ajustar por el índice medio de salarios en lugar del IPC) que impacta directamente en la recaudación tanto del IRPF como del IASS entre otras cosas. Sólo con esos cambios, se sostuvo que la recaudación aumentó unos 100 millones de dólares en 2021 compuestos por un aumento estimado en la carga impositiva de 35 millones de dólares por los dos puntos de IVA, 50 millones por el IRPF al trabajo y 15 millones de dólares a través del IASS.
La recaudación de la DGI entre los años 2020 y 2021 se incrementó en términos reales y la manera en que se dio ese aumento refleja a los sectores afectados. La recaudación del IMESI aumentó por la venta de combustibles un 6.5%, el IRAE que grava la renta de la actividad empresarial se incrementó un 8%, IMEBA que grava la actividad agropecuaria un 31%, el IRPF al capital un 12%, el Impuesto a las trasmisiones patrimoniales un 25%. Esa recaudación incremental refleja los sectores que ven impulsada su actividad.
Lo anterior se sintetiza en un aumento en la presión impositiva de 0,6% del PBI por el aumento de la recaudación de impuestos en 100 millones de dólares y por otro una rebaja del gasto en salarios y pasividades que representan un punto del PBI, que serían aproximadamente unos 700 millones de dólares.
Dicho de otra manera, entre cambios impositivos y ahorro por rebaja de salarios y pasividades suman más de 800 millones, sin embargo, dicen que aumentan 226 millones en esta Rendición de Cuentas, las cuentas así no cierran. Mucho menos cierran si sumamos los 300 millones ahorrados en los dos años anteriores que incluyen los ahorros hechos en plena pandemia en el bienestar de nuestra gente, con aquel infame decreto de contener el 15% del gasto que nos acompañó desde el 2020.
En fin, más que una Rendición de Cuentas, esta vez parece tratarse de cuentas rendidas….