Por Colectivo Mate Amargo
(Foto: Gerardo Porley)
En el marco de la pre convención se están llevando adelante una seria de charlas abiertas con distintos ejes definidos como prioritarios para la discusión. Estas charlas buscan poner a disposición los temas con el fin de poder valorizarlos y discutirlos teniendo en cuenta el panorama nacional y regional.
Artiguismo, Socialismo y Cuestión nacional puestos a discusión con el pueblo para así poder construir en colectivo poder popular. En otras palabras, nutrirse del pueblo, intercambiar con el pueblo y construir con el pueblo.
Fueron invitados compañeros/as de todo el norte del país, sea Artigas, Tacuarembó, Rivera, Salto, Paysandú, también se acercaron compañeros/as de Rocha y de Canelones.
No son casuales los lugares en los que se han ambientado estas charlas, el pasado 13 de Agosto en la Base Pinela, y esta segunda actividad llevada adelante el 20 de agosto en Bella Unión, otro lugar que dio origen a la organización. La experiencia de sindicalización rural llevada a cabo en Bella Unión logró extenderse e incorporarse en el vocabulario del mundo del trabajo, determinando así la historia política de nuestro país.
Mucho más que tierra.
Quienes estaban a cargo de orientar la discusión, Nicolás Lorenzo, Mariana Piriz y Jota Domínguez introdujeron los grandes ejes que se presentan para esta convención y se refierieron a los desafíos que tiene por delante la organización conjunto al pueblo uruguayo en el marco de la coyuntura política actual.
La actividad fue presentada por quienes fueron anteriormente mencionados y luego se invitó a hablar a los compañeros que se encontraban presentes con el objetivo de que éstos contaran su experiencia sindical y política, llevando a la práctica las acciones que se correlacionaron con la obtención de objetivos, a la vez que también expresaran las vivencias transitadas conjunto a Raúl Sendic.
En el eje Artiguismo se centraron en la figura de Artigas como un “conductor conducido”, -palabras de Barran- refiriéndose a la figura de un líder que no limito ni condiciono al pueblo.
Además, la conversación se dirigió hacia la cuestión histórica que recorre al Artiguismo y como éste ideal ha transitado hasta la actualidad. Entendiendo al Artiguismo como el embrión de la idea que se tenia en los 60´, la idea de la revolución y de redistribución de la tierra.
“La lucha por el apoderamiento de la tierra en 1815 no había terminado. Muy poca tierra era poseída en propiedad legítima, es decir, había dejado de ser realenga.
Como sabemos, desde siempre hubo una lucha a veces violenta y otra sorda por la tierra, que hacía que las formas de apropiación estuviesen cuestionadas a nivel de conciencia social. Frente a los que la poseían estaban aquellos que habían aceptado distintas formas de tenencia y los que simplemente habían estado siempre itinerantes o habían sido obligados a estarlo.
A pesar de lo que pueda decir la versión latifundista sobre el vacío poblacional y los hábitos de indígenas y changadores, existía hambre de tierras en la Banda Oriental, como resultado del latifundio despoblador y el modo de producción que ocupaba poca fuerza de trabajo.”
(J Millot, Bertino M ,1991, p.108).
Habrá patria para todos y todas
También, varios compañeros/as se refirieron a la década de los 60, donde los sectores rurales fueron quienes se movilizaron por satisfacer la demanda de tierra -“tirra pal` que la trabaja”-. Concretamente al proceso vivenciado por los compañeros del norte con la UTAA, el cual estaba estrictamente vinculado a superar la situación de zafralilidad y poder acceder a un medio productivo que les permitiera superar la situación de pobreza.
Cholo González, histórico compañero cañero de Bella Unión recordó experiencias que se desarrollaron incluso antes de la dictadura cívico-militar, como son los casos del Sindicato Único de Peones de Tambo, la Unión de Regadores y Destajistas de El Espinillar, el Sindicato único de Arroceres y por supuesto la Unión de Trabajadores Azucareros de Artigas (UTAA). Las reivindicaciones se centraban fundamentalmente en mejoras de las condiciones de trabajo y el cumplimiento de la legislación. Los objetivos eran múltiples, en primer lugar, remediar las carencias de los trabajadores nucleados a través del aumento de salarios, pagos de horas extras, bolsas de trabajado para luego también obtener el reconocimiento como sindicato de trabajadores rurales. Además, sobre la mesa estaba la cuestión de la reforma agraria, no solo como una reivindicación de los sindicatos rurales sino también formando parte de los programas de acción, los cuales se conformaron con un rol estratégico.
Por otro lado, fue resaltado por varios compañeros con importante énfasis la necesidad de continuar sembrando conciencia, organización y profundización de las transformaciones sociales en todo el territorio nacional.
También, llamaron a acompañar los procesos de los compañeros/as, vecinos/as y de pequeñas agremiaciones de productores familiares y asalariados que logran el acceso a la tierra a través del Instituto Nacional de Colonización, el cuál gestiona tierras públicas y las arrienda a costos mas bajos de los que marca el mercado para así lograr facilitar el acceso a esos predios. Estas experiencias que permiten el acceso a la tierra permiten desarrollar un proceso de transformación material de las condiciones de vida de un centenar de familias, las cuales representa un aporte fundamental para la construcción de un proyecto de carácter territorial.
El INC tal como lo conocemos es definido como implementador de una política pública de redistribución equitativa de la tierra consolidada sobre las bases de la función social que cumple la tierra para nuestro país. Pero como ya se ha visto en las pasadas etapas presupuestales e incluso en la Ley de Urgente Consideración promovida por la coalición de gobierno, -la cual contó con una fuerte resistencia popular- el objetivo de este gobierno no parece estar orientado de esta manera.