Salvador Allende: El hombre de la paz es una fortaleza

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Colectivo Histórico “Las Chirusas”

Ya no vivo, pero voy

En lo que andaba soñando

Y otros que siguen peleando

Harán nacer otras rosas

En el nombre de esas cosas

Todos me estarán nombrando” (1)

 

Cómo no seguir nombrando a “Chicho”, las luchas populares del pueblo chileno y su ejemplo en la región y el mundo. En Uruguay, sin ir más lejos, en donde los principales partidos políticos de izquierda también buscaron emular la iniciativa de los Partidos Socialista y Comunista de Chile, y  unificarse en un frente político popular que diera respuestas a las problemáticas sociales. Problemáticas sociales de gobiernos que seguían al pie de la letra las recomendaciones de los organismos económicos internacionales, liderados por Estados Unidos, en el contexto de una guerra fría que empezaba a calentarse -también- en nuestro continente.

Su ejemplo de ética y entrega, cuando todavía existía la posibilidad de sobrevivir para seguir peleando, por eso la necesidad de escribir estas palabras cada 11 de setiembre. Palabras que por honrar una vida en el momento de su muerte, no deben descuidar sus otras entregas que lo dimensionaron en tanto ser humano, en tanto político hijo y gestante de su tiempo, en colectivo con su pueblo y sus circunstancias.

Militante y dirigente estudiantil, profesor y médico de la Asistencia Pública, con vocación de servicio. Con vocación de unidad, cuando le tocó ser el Secretario General del Partido Socialista chileno(1943-1944) y afrontar las divisiones que allí se manifestaban, a la vez que buscar una alianza permanente con el Partido Comunista de su país que dio paso -años más tarde- a la fundación del Frente del Pueblo. También sería uno de los artífices de la fundación del Frente de Acción Popular (FRAP), una alianza de Partidos de Izquierda que duró 8 años, y más adelante fundador de la Unidad Popular (UP), una alianza de todas las fuerzas de izquierda (más fuerzas de centro) con la que llegaría a la Presidencia de Chile.(2) Con vocación de Patria Grande y soberana, que podemos identificar de entre sus tantas frases emblemáticas: “Algún día América tendrá una voz de continente, una voz de pueblo unido. Una voz que será respetada y oída; porque será la voz de pueblos dueños de su propio destino”.

Una vez en la Presidencia, y lejos del dogma, Allende buscó un «socialismo a la chilena». Con acciones que combinaban políticas económicas de corte socialista, como las estatizaciones, con otras que se enfocaban a obtener una rápida reactivación económica buscando una drástica redistribución de la riqueza. Para ejemplificar, solo en la industria del cobre, las empresas mineras norteamericanas Kennecott y Anaconda habían obtenido ganancias cercanas a los cuatro mil millones de dólares en las últimas décadas.

Algunas de sus principales medidas fueron: la Estatización de las áreas «claves» de la economía, la nacionalización de la Minería del Cobre, el camino hacia una reforma agraria, congelamiento de los precios de las mercancías, aumento de los salarios de todos los trabajadores, emisión de billetes, modificación de la constitución y creación de una cámara única.

Pero así ninguna de estas medidas se hubieran tomado, los alineamientos regionales con Cuba y mundiales con la Unión Soviética -desde un principio- marcaban un posible desenlace. Materia conocida.

Hoy pretendíamos saludar la vida de ese hombre y su pueblo, porque definitivamente “para matar al hombre que era un pueblo, tuvieron que quedarse sin el pueblo”(3)

 

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