Ibero Gutiérrez en la Eternidad

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Por Gabriela Cultelli

Hace pocos días, el 22 de septiembre, se llevó a cabo otra actividad en homenaje a nuestro Ibero Gutiérrez. Fue en la Universidad de la República, organizada por CRYSOL con el apoyo de la Facultad de Humanidades y Ciencias, de la Junta Departamental de Montevideo, de la Biblioteca Nacional y de la Fundación Mario Benedetti. Del homenaje participaron el historiador Carlos Demasi, Javier Alonso (Prorrector de Extención y Relaciones con el Medio de UdelaR), el Poeta, crítico Literario y Profesor Luis Bravo, el docente de Filosofía Teórica Ricardo Viscardi, y Baldemar Tarocco por CRYSOL, contando además con la presencia del Rector Rodrigo Arin. Su obra plástica fue también expuesta en parte.

Aquel joven artista plástico, dramaturgo, pero sobre todo poeta revolucionario, tupamaro, de 21 años, fue asesinado brutalmente por el escuadrón de la muerte en 1972. Mario Benedetti, nos decía: “uno de los poetas mejor dotados de una generación que se formó entre dos fuegos: la rebeldía y la represión”. Y fue precisamente Benedetti quien se encargara de su publicación póstuma, pues aunque ya lo había previsto en vida de Ibero, “En estos días ando entusiasmado Mario Benedetti quiere publicar mis poesías…” (Diario de Ibero Gutierrez,1972), no pudo hacerlo hasta 1977 en “Poesía Trunca”, una publicación de Casa de Las Américas, dónde nuestro joven poeta aparecía junto a otros de la Patria Grande como Roque Dalton, Otho René Castillos, Francisco Urondo o poemas del propio Che Guevara. Antes (1972) varios artistas habían grabado un disco con 19 poemas suyos. Después sus Antologías I (1987) y II (1992) pues como decía también Benedetti, su poesía tuvo que ser exiliada.

Traemos aquí algunos de sus poemas, porque el poeta se presenta solo. Leyendo por aquí y por allá encontramos cosas como: “Ibero Gutiérrez; Montevideo 1947-1972”. No hay que hacerles caso, están erradas, pues deberían decir: “Ibero Gutiérrez; Montevideo 1947- La eternidad”

AUTORRETRATO

Apólogo de la soledad
de inviernos ventosos
humo blanco de la pipa
acariciando las cosas
al caer el sol
sobre las casas.

Fabricados a ratos
de tristezas y nostalgias
cursilonas
al rodar por una angustia
eficiente
soñador empedernido
que se ve todos los días
al mirar el cielo
como espejo.

Paridor de monstruos infernales
y de causas justas
por las dudas.

 

ENNEGREZCO COMO UNA PIEDRA…

Ennegrezco como una piedra
cada hora que pasa.
Soy una nube de tela
una mesa
un barril
una cosa.

No.
Algo peor. Existo ajeno-comprometido.
Soy un ser político, piedra de fuego caja de Pandora .
Claros en los bosques
Nubes de fuego en que se queman sus telas de cebolla.
Soy una cebolla.
No: algo peor.

 

AMA A TU PRÓJIMO

ama a tu prójimo
y consúmelo
como una pilsen bien helada

ama a tu prójimo
él está en la lista
de un boeing de panam
vía Hawaii
en tu prójimo 747
hay un poco de mostaza:
te hará bien su tibia digestión

ama a tu prójimo
él es como el sutién
de tu mujer
cómpralo a plazos
véndelo a crédito
total
tu prójimo a esta hora está muy léjimo

OIGO A BOB DYLAN Y ELLA

oigo a Bob Dylan y ella
a una distancia de respiro
duerme un minúsculo sueño
suspira la siesta
al entrar en otro tiempo

escribo:
la paz vendrá
con la liberación

entonces ella
no duerme y se despierta
para soñar mejor

 

BUCEANDO LO SILVESTRE

buceando lo silvestre
te encuentro olga
como una alga transparente
al descubrir un mundo
debajo de esas olas
de ese mar salado

buceando lo silvestre
perteneces a la arena
de un sueño de sábana de espuma
de un salto vacío
que nos llena de mundo
a la medida del tiempo inabarcado
y es así
para acabar el poema y empezar
buceando lo silvestre en cada uno

 

PROJIMO/LEJIMO

Si he de morir luchando prefiero
morir luchando pero no
entre grandes edificios
o contra una cuneta desangrado.
Si he de morir luchando prefiero
morir luchando pero
entre montes y helechos
para sentir a modo de exorciso
el aroma de la tierra
y el canto de los grillos.

MI RESISTENCIA AL AIRE

Residencia poblada de amapolas doradas

Tranquilidad perpetua que se marcha por la noche

en el hastió

asiduidad de recuerdos que parecen gaviotas

o locuras milenarias volando borrachas entre olas

de una playa de vidrio y un mar de piedra.

 

Luna blanca que de no mirar el cielo has caído

al mar y te has disuelto en su fragancia de verano

¿no crees oportuno dejar en paz a los sputniks

y atraer otra vez como antes a los lobos de Kentucky?

 

Tras los granitos de arena dejas un lamento como espuma

y tu perfume acompasado como una suite de Bach

que suena y cae entre mi ropa, entre mis píldoras para

el dolor de cabeza y el insomnio…

A veces pienso que no estás en el cielo.

Creo ver pájaros de aluminio.

Paso corriendo por el túnel de piedra y siento las bocinas

y los gritos estridentes. Caramba,

es algo peligroso si se cuela como pluma.

Trataba de enarbolar a mi cuello la bandera del amor

pero vino un grito, que despertó mi ciudad y la policía

corriendo me baleó todo el cuerpo y aquí estoy

frío

quieto

duro

horizontal

mirando

con los ojos

abiertos

tu sonrisa

de piedra

y tu corazón

de hielo

(una ola me moja los pies mientras me llevan)

 

ESTAS CAIDO.
(A Salerno)

Estás caído
Bajo unos eucaliptus
Con las palmas de las manos
abiertas
mirando para arriba.
Estás tendido en la hierba
Y un poco de sombra
Se acompaña
Con un poco de sol
A medias, entibiándote la cara;
La tarde calurosa de octubre
Se pone de pie y te descubre.
Un poco más allá
-tal vez no alcances a ver-
un tronco retorcido, grueso
sugiere un cielo
con el subir frondoso
y el canto de las aves.

Estás pues, allí dormido
Con las veinticuatro primaveras
Y la boca semiabierta
Y el traje oscuro
El cabello confundido con el pasto;
Estás, sí
allí
y el eucaliptus, como el mundo
por la muda expectativa
y la mirada incierta
compartiendo el sol y la sombra
de un vasto escenario
poblado de escuelas y silencios
(los silencios de las tardes calurosas
de octubre entre las chacras
y el incesante decir de las cigarras
más el aire infectado de luz
y caminos de tierra, sin final
siempre recorridos, sin apuro).

 

MUERAN

Mueran los viejos cadáveres
que asolan nuestra patria
los delincuentes preñados por dólares yankis
que fundan la muerte
en cada esquina.
Mueran ladrones vestidos de frac
los que pululan en fiestas
diplomáticas
y beben whisky y fuman Pall-Mall;
esas rameras vagabundas, transhumantes
como el tal Berembau.

Mueran los añejos sueños
del país liberal
del parlamento democrático-burgués
con los vetustos partidos políticos
engendros de la muerte
y la prostitución.

Mueran las instituciones benéficas
y las orondas damas
de sociedad
las que financian cada tanto
el hambre ajena
con migajas de pan.

Mueran los gallardos señores importantes
que viven en la bolsa de comercio
los de la panza hinchada
confidentes del crimen financiero.

Mueran los muertos putrefactos
dueños de este suelo
deudores de estos vivos, ellos
los convidados de piedra
de esta vida usurpada
a fuerza de torturas.

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