Por EconomíaPolitica.uy
Gabriela Cultelli
Dibujo: Adán Iglesias Toledo
El articulo de hoy tratará sobre la evolución de la rentabilidad de las AFAPs (Administradora de Fondos de Ahorro Previsional) en el Uruguay, fenómeno, por cierto, no despegado del mundo, y advertido desde su propia gestación por las organizaciones sociales y de izquierda que nos oponíamos a ellas, o sea a la transformación de parte de nuestro sistema previsional solidario en individual con el cuento de la “mejor rentabilidad asegurada”.
Además, el tema interesa en el presente pues el actual proyecto de Reforma pretende universalizar para todos los trabajadores y trabajadoras estos sistemas previsionales de ahorro individual, tengan el salario que tengan. O sea, hasta hoy solo es obligatorio integrar una AFAP con un salario de poco más de $71 mil nominales. A partir de la nueva ley y sin demora alguna (no hay periodo de transición para esto) todas y todos los trabajadores que ganen menos de $71 mil nominales estarán, también, obligados a integrarse a una AFAP.
Dice en su página el AFAP República: “Más ganancia:
Las cuentas personales crecen mes a mes gracias a los aportes de los afiliados y a las inversiones que realizan las AFAP. Estas inversiones seguras y controladas generan rentabilidad (ganancia) que es acreditada en la cuenta de cada trabajador.”
¿Más ganancia por “inversiones seguras y controladas” que “generan rentabilidad”? ¿Esto siempre es así? ¿Qué pasa si la rentabilidad es negativa? Que las inversiones son controladas por el BCU es real, pero que siempre generen rentabilidad positiva y por tanto ganancias es falso. En el mundo de hoy (y en el de ayer también) la existencia de ciclos de crisis es innegable, por tanto, existe la rentabilidad negativa, o dicho de otra manera, pérdida, y en este caso, disminución de las cuentas individuales por este motivo. Observemos la realidad de la evolución de la rentabilidad de estas aseguradoras, y que no nos sigan vendiendo espejitos de colores.
El gráfico muestra en primer lugar, que la evolución de la rentabilidad de las 4 financieras es similar, en este sentido no parece haber una mejor que la otra.
Más de la mitad de las inversiones (54% promedio al 31 de octubre 2022) de las AFAP son títulos y bonos de deuda pública; el 28% son inversiones en empresas públicas o privadas en el país (fideicomisos, etc.); el 4% lo depositan a plazo en instituciones financieras de plaza. En valores emitidos por organismos internacionales o gobiernos extranjeros el 12.4% y un 0.5% préstamos a afiliados.
Señalamos en el gráfico las dos mayores caídas de la rentabilidad neta de las AFAP de los últimos años vinculadas a la crisis mundial de 2014, y luego el comportamiento del último año 2022 y la caída que tendencialmente comienza antes en el 2021, luego de la recuperación de la rentabilidad afectada por la pandemia en el 2020.
El zigzagueo de la gráfica nos hace pensar en la inestabilidad mundial, la inseguridad económica, las crisis frecuentes y cada vez más frecuentes. ¿Dónde quedan entonces las “inversiones seguras” en estos tiempos? ¿No será que el República AFAP tendrá que poner en su página que existe (y ha existido) la rentabilidad negativa (pérdidas)? Capaz que es hora de empezar a decir la verdad.