Por Ricardo Pose
Por estas horas la suerte política de Carolina Ache se está resolviendo en la interna del grupo Ciudadanos del Partido Colorado. Arriba de la mesa, el peso de la decisión no esta en los yerros de la sub secretaria de Relaciones Exteriores sino en la imagen de ética que ganan los colorados definiendo su apartamiento, impulsado desde la oposición política, el Frente Amplio, que también pide la remoción de Bustillo y los jerarcas del Ministerio del Interior.
Desde hace meses en el mayor escándalo político de los últimos años en Uruguay a partir de la actuación de Alejandro Astesiano, los colorados y los cabildantes no han sido mencionados.
Todo se ha concentrado en los vínculos del ex jefe de seguridad presidencial con dirigentes del Partido Nacional y funcionarios de algunos organismos como el Ministerio del Interior y Transporte y Obras Públicas, dos ministerios que casualmente sufrieron hackeos a sus sistemas informáticos.
El Partido Colorado apenas entre abrió los labios para un claro NI en todo este asunto, sin condenar ni realizar una defensa abierta del Presidente Lacalle, rezando porque no aparezca ningún dirigente o militante colorado involucrado en algún chat.
Mantenerse en Profundo y Prolongado Silencio era y es para los colorados la mejor estrategia, hasta que apareció el chat de Carolina Ache donde era advertida por el sub secretario del Ministerio del Interior Guillermo Maciel, de la peligrosidad de Marset.
El desenlace es previsible; para los colorados apartar a Ache los vuelve a su zona de confort y aura de ética política, y para el presidente Lacalle esa decisión le quita un poco de presión de la ya sobrada que tiene con el tema Astesiano.
Pisos encerados
Carolina Ache desde que asumió la sub secretaria de Relaciones Exteriores siempre tuvo un perfil bajo; un poco tal vez por su propia personalidad pero en los primeros tiempos por la fuerte imagen mediática e impronta del ex Ministro Ernesto Talvi.
Su sucesor Francisco Bustillo que asumió el cargo en el medio de todas las especulaciones politicas sobre el alejamiento de Talvi, tampoco daba margen para una presencia mas relevante de Ache, como en general le sucede a todos los sub secretarios.
Ache pasó desapercibida incluso (aunque siendo responsable de la gestión interna del Ministerio debió estar en primera plana), cuando aquellos gastos excesivos e injustificados de grapadoras y almuerzos, en pleno ajuste presupuestal realizado por el Ministerio.
Pero haciendo honor a su apellido y a la famosa marca de cera,la sub secretaria empezó a caminar en terreno resbaladizo.
Cuando se conoció la expedición del pasaporte uruguayo a Marset su comparecencia al Parlamento lejos de despejar dudas, sembró mas.
Hoy se sabe que cuando Ache dijo en el parlamento que no sabía, sabia, y ese titubeo cuando debe responder si sabia de información sobre Marset, visto en los videos hoy, resulta bastante contundente.
Salió de su gestión casi anónima en breve tiempo por dos hechos que parecieron coincidir en breve tiempo.
Cuando los fuegos de la expedición del pasaporte a Marset aun ardían, Carolina Ache salió a defender públicamente el no registro de los datos de su marido en su declaración jurada.
Cuando desde la Junta de Transparencia y Ética Pública (JUTEP) se le advirtió que estaba violentando la Ley de Transparencia, solicitó que los datos sobre su marido, el empresario de las comunicaciones Tomás Romay, fueran reservados.
Parece por lo menos una descomunal torpeza política haber recibido la información de Maciel, no trasmitírsela a Bustillo y además no presentar los bienes de su marido empresario y en caso de hacerlo pedir reserva.
Horas de definiciones
La situación política que se genera a partir de Carolina hecha hace que el tono colorado del partido pase al rojo.
Ciudadanos había pisado firme con el tema de la denuncia sobre el ex Ministro de Turismo Germán Cardoso, tensionando la relación con el sector Batllistas de Julio María Sanguinetti al que pertenece el ahora diputado.
Seguramente Batllistas no entre en un toma y daca pues a la interna del partido no le resulta el mejor momento para saldar éstas cuentas, y siendo políticamente lo mas saludable para Ciudadanos remover a la sub secretaria, Ache tiene una importante estirpe colorada.
El abolengo “colorado” de Ache es claro; hija de Juan Ache Bianchi y Priscila Batlle, sobrina del economista Eduardo Ache (que fue senador y Presidente de Ancap y el Club Nacional de fútbol), y sobrina nieta de Jorge Batlle.
La abogada Carolina Ache inició su militancia política en las elecciones juveniles coloradas en el año 2007.
En el 2019 de la mano de Talvi accede al Comité Ejecutivo Nacional del Partido Colorado y fue la mujer mas votada en las elecciones internas de esa organización política.
Ache “suda política colorada” y en alguna oportunidad lo ha manifestado claramente: “Hoy pienso que en un hogar como el mío era una posibilidad muy grande; la política era parte de la mesa familiar, de mañana y de noche, era parte de la rutina. Así que aquí estoy; con aquel sueño a cuestas…”
Ciudadanos tiene una cantidad de elementos para poner en la balanza por lo que parece lógico medite profundamente.
Una pesa a favor son las declaraciones del propio Presidente Lacalle que expresó a la prensa que “No quedaba otra que darle el pasaporte”.
En tanto Ache ha expresado vía twitter: “He actuado siempre con transparencia. No tuve ninguna participación en la solicitud, tramitación, emisión y entrega del pasaporte en cuestión y la actuación de los funcionarios de la Cancillería fue ajustada a derecho, como quedó demostrado en la investigación administrativa», sostuvo en el primero de dos tuits.
Cuando no se aclara, oscurece
Los chats donde el sub secretario Guillermo Maciel advierte a Ache de la peligrosidad de Marset, se conocieron luego que la justicia debió interceder después que cancillería se negara a responder un pedido de informes del Frente Amplio sobre la actuación del Ministerio de Relaciones Exteriores en la expedición del pasaporte uruguayo a Marset, tal como expresó el senador Mario Bergara : “Toda esta información nos la pudieron haber entregado durante la interpelación. Cancillería fue reticente a dar esta información. Tuvimos que ir a la Justicia para que se obligara al ministerio a entregar la información”.
Heber, que también fue cuestionado por sus dicho en el parlamento sobre el caso Marset, tomó distancia de éstos hechos expresando: “Dije la verdad: no hubo un tratamiento especial, se están confundiendo las declaraciones que hice; se puede ir a la versión taquigráfica .Yo respondo por el Ministerio del Interior, no puedo responder por otros ministerios”.
Mas allá de la suerte de Ache, el tema Marset no empieza ni termina con la actuación de la sub secretaria. Al igual que en el caso Astesiano, quizás en Uruguay esté asomando una incidencia del narcotráfico, ante la debilidad institucional, producto de la indiferencia con la que la vieja percepción de “la Suiza de América”, atendió éstos temas.
Encastre
“Mantenerse en Profundo y Prolongado Silencio era y es para los colorados la mejor estrategia, hasta que apareció el chat de Carolina Ache donde era advertida por el sub secretario del Ministerio del Interior Guillermo Maciel, de la peligrosidad de Marset”.