Un salpicón neoliberal

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Por EconomiaPolitica.uy

Ec. Gabriela Cultelli

Dibujo Adán Iglesias Toledo

Esta semana pretendíamos reforzar ideas sobre un tema que venimos tratando desde estas páginas porque el gobierno multicolor lo puso en agenda y amenaza con aprobarlo como ley en cámara, prácticamente sin cambios, o al menos sin cambios sustanciales importantes desde su primera versión: La reforma de la seguridad social. Pretendíamos tratarlo y lo haremos, pero la urgencia del momento nos obliga a referirnos a otras políticas neoliberales: Los cambios en el IRPF y sus franjas de aporte, privilegiando a los “menos infelices” en términos de ingresos. Tal parece que leyeron al revés aquella máxima artiguista. Le sumamos un pequeño comentario sobre el juicio de Aratirí, de allí que se llame “Salpicón”

La Reforma de la Seguridad Social

Cuando discutíamos con relación al referéndum de la Ley de Urgente Consideración, el gobierno nos decía que lo allí contenido lo venían diciendo desde antes de ganar las elecciones, y en gran medida es cierto, porque si por una vez dicen una verdad, por más entrecomillados que pueda tener, hay que reconocérselos. Salió por aquel año 2019 (agosto) un documento que se llamó “Lo que nos une” como programa del Partido Nacional, de unas 177 páginas que como era de esperar, la población en general no lo leyó (tampoco sus votantes), pero algo de todo eso especificaba allí. En el caso de la seguridad social, es cierto que anunciaban ya desde ese documento una reforma, pero no dijeron como, solo que crearían una comisión de “expertos” (léase Saldain, el mismo que la hizo en los años 90´) y como todas estas reformas a nivel internacional parecen cortadas por la misma tijera cuando de gobiernos de derecha se trata, no necesitamos tener la “bola de cristal” para saber que líneas fundamentales abarcaría.

Para ejemplificar lo expuesto, podemos tomar algunos elementos generales de la reforma de la seguridad social propuesta por la derecha en Francia (que según Google está a 10.537 km de distancia). Nos referimos a la reforma que el pueblo francés detuvo con sus movilizaciones en las calles y llamado a huelga por la mayoría de los sindicatos. En ella se planteaba llevar la edad jubilatoria de 62 a 64 años, la nuestra plantea llevarla de 60 a 65; además de que ambas incluyen y entre otras cosas, sumar más y más años de aportes para promediar los retiros. O sea: la típica.

El neoliberalismo no puede pensar en apuntar a reactivar la economía, impulsar las fuentes de trabajo y con ellas el empleo, los salarios que repercuten en mayores aportes a la seguridad social y por tanto disminución de su déficit. Y no pueden pensarlo porque no se proponen actuar como estado en la regulación del mercado, del capital privado, de la inversión. El capitalista, hoy transnacional invierte como quiere y donde quiere, no pueden ni pensar en medidas que estimulen la inversión con exigencias de empleo y salarios decorosos, por tanto, no pueden pensar en capitalizar el sistema de seguridad social que no sea rebajando jubilaciones y quitándole derechos a la masa trabajadora. Alguna otra medida transitoria o paliativa como sugerir impuestos a la sustitución de trabajadores por máquinas, tampoco, y menos crear un fondo con este u otros aportes, que en definitiva son formas de distribución de los que más tienen y para los que menos tienen.

De todas maneras, y a diferencia del pueblo francés, el pueblo uruguayo no se ha movilizado lo suficiente, y ahí tenemos pronta para salir “del horno”, una reforma que se cosió a fuego rápido entre goles, pan dulces y vacaciones.

Los cambios en el IRPF y el IAS

Para amenguar un poquito lo que la reforma jubilatoria podría afectar a los de mayores ingresos, se adelanta una rebaja en el IRPF y el IAS, que incluye solamente al 30% de las y los trabajadores de mayores ingresos y el 20% de quienes reciben mayores jubilaciones. Se trata de una suba en el monto no imponible con doble efecto en esos ingresos mayores a $50 mil pesos. Por un lado y al elevar el monto no imponible menos personas aportan, aquellas cuyos ingresos están entre 45 mil y 50 mil pesos; y, por otro lado, al subir el monto no imposible todas las franjas de ingresos, incluidas las más altas de todas (IRPF de 650 mil pesos en adelante, IAS de 238 mil pesos y más), aportan menos.

Repetimos: el 70% de las y los trabajadores y el 80% de las y los jubilados NO PAGAN IRPF NI IAS.

Recordemos, que el humo mediático culpabilizó en su tiempo a la Reforma Tributaria frenteamplista de ahogar los ingresos personales, y por tanto hoy presentan esta rebaja como un gran “logro”. Logro sería para quienes menos tienen, y en términos tributarios, por ejemplo, la disminución del IVA que afecta más a las personas que no tienen capacidad de ahorro.

El juicio de Aratiri

Recordemos que a mediados del 2020 la Corte Permanente de Arbitraje (organismo bajo la órbita de la ONU) falló a favor de Uruguay ante una demanda del grupo inversor Zamin Ferrous (Aratirí). Ahora bien, la Corte de Apelaciones de París (ámbito de apelaciones) consideró que no había razón para desestimar la denuncia contra el Estado uruguayo.

Se trata de 3.600 millones de dólares que tendremos que pagar todas y todos en este país.

Sabemos del pedido de informe solicitado por el Senador Charles Carrera, pues el hecho de que al inicio de este gobierno el fallo fuera uno y ahora otro amerita, al menos, resolver dudas en torno a si se convocó o no al mismo equipo técnico, recordando además que el propio director de la OPP, Isaac Alfie fue a defender la empresa como perito técnico en contra de los intereses de la Nación.

En fin, faltaron muchas cosas por mencionar en este “Salpicón Neoliberal”, lástima que no den para reír, si no para enojarse… y mucho.

 

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