Por EconomiaPolitica.uy
Ec. Héctor Tajam
Dibujo Adán Iglesias Toledo
El presidente Lacalle Pou anunció ante la Asamblea General del Parlamento medidas en torno a lo que denominó un “alivio fiscal” para los contribuyentes del Impuesto a la Renta de las Personas Físicas por ingresos del trabajo (IRPF II), para quienes tributan el Impuesto a la Asistencia a la Seguridad Social (IASS de jubilados, pensionistas y prestaciones diversas) y del Impuesto a la Renta de las Actividades Económicas (IRAE) que pagan las micro y pequeñas empresas.
El alivio fiscal se realiza a través de una reducción del aporte por concepto de IRPF, IASS o IRAE, y por lo tanto tiene su contrapartida en un costo fiscal o reducción de la recaudación de la Dirección General Impositiva (DGI). Menores recursos significan una reasignación del gasto público para distribuir dicha faltante, algo que casi todos los analistas han calificado de “inoportuno” en el marco del ajuste fiscal que ha realizado el gobierno y en una coyuntura de estancamiento económico para el último semestre de 2022.
Este alivio fiscal, o la reducción de ingresos impositivos que conlleva, se ha estimado en 150 millones de dólares anuales, 80 millones de dólares “aliviados” a los contribuyentes del IRPF, 30 millones más por menor aporte del IASS y 40 millones que beneficiarán a las pequeñas empresas. Aparte de inoportuno, en el caso del IRPF y IASS se han calificado las medidas como “injustas”, dado que solamente el 30% de los trabajadores paga IRPF y apenas el 25% de los jubilados y pensionistas paga IASS. Dicho de otra manera, más del 70% de los trabajadores activos y pasivos han quedado fuera de los beneficios, lo cual significa un aumento de la desigualdad en la distribución del ingreso.
La DGI recaudó en 2022 una cifra de 11.741 millones de dólares, de los cuales el 55% corresponde al IVA (6.500 millones), el 14% lo aportó el IRPF II (1.657 millones) y el IASS recaudó 2,2% del total (250 millones de dólares). En una primera mirada los jubilados y pensionistas serían los más beneficiados, con una rebaja global del 12% sobre lo que pagaron de IASS en 2022. Los trabajadores que pagaron IRPF abonarían un 5% menos una vez que el “alivio” se concrete.
Los impuestos a la renta como el IRPF y el IASS son impuestos progresivos, que aumentan su aporte en función del volumen de ingresos. No es justo que en una sociedad como la nuestra, con desigualdades profundas en la distribución no resueltas (y aumentando), se decida instrumentar una rebaja impositiva a través de estos tributos. El IVA, un impuesto calificado como regresivo pues se aplica indistintamente a la situación económica de quien consume bienes y servicios, sería el más indicado para aplicar un “alivio generalizado”, o más justo aún si se rebaja la tasa mínima del IVA, hoy en 10%, y que afecta a los bienes y servicios de primera necesidad.
Los 110 millones de dólares del alivio a los contribuyentes del IRPF y IASS equivalen a casi 2 puntos (1,7%) de la recaudación del IVA. REDUCIR EL IVA HUBIERA SIDO MÁS JUSTO. También hubiera sido más justo dirigir esos recursos hacia la población más necesitada, en particular los hogares con niños y niñas en situación de pobreza, o para solucionar la falta de medicamentos en ASSE, o hacia el reducido presupuesto para vivienda.
Lo justo o lo injusto en este caso adquiere otra dimensión cuando veamos a continuación quienes son los que más se benefician de los mecanismos elegidos para activar el alivio fiscal.
IRPF. Personas con ingresos entre 70 mil y 80 mil pesos las más favorecidas
El IRPF es un impuesto progresivo sobre los ingresos del trabajo (asalariados, profesionales), con franjas del 10% hasta 36% según el monto nominal del ingreso. Contempla deducciones sobre los aportes al BPS, FONASA y FRL (10%, 8%), y en al caso de personas con hijos menores a cargo se agregan a las deducciones con un valor de 13 BPC anuales por hijo $ 6.132 por mes).
El «alivio fiscal» en el caso del IRPF se basa en un aumento de las deducciones, es decir en una disminución del impuesto a pagar, y que refiere a un aumento a 14% en su cálculo, y a 20 BPC anuales por hijo ($ 9.433 por mes). También se aumentan las deducciones por
alquiler de vivienda (de 6% a 8%) y se aumenta el mínimo a contemplar de los préstamos hipotecarios.
En nuestro cálculo no incluimos los cambios por alquiler de vivienda o préstamo para adquirirla.
Como el IRPF tiene un Monto no Imponible de 7 BPC ($ 39,620) y a su vez deduce al impuesto por los motivos señalados, solo lo pagan aquellas personas sin hijos con ingresos superiores a $49.000, y quienes tienen por ejemplo dos hijos a cargo desde $ 57.000 en adelante. Por esta razón el «alivio fiscal» en el caso de los trabajadores abarca a un 30% del total, y al aumentar los ingresos de esta «minoría» sin duda está incrementando la desigualdad en la distribución del ingreso. El aumento de las deducciones también puede significar dejar de pagar el IRPF, si en la nueva situación superan al impuesto en bruto.
Como podemos observar en el siguiente cuadro, los contribuyentes con ingresos nominales de $ 80.000 son los más beneficiados, pues hasta dicho límite se extiende el aumento del porcentaje de las deducciones (antes 10%, ahora 14%). En el caso de una persona con dos hijos a cargo e ingreso nominal de $ 80.000, el alivio fiscal es de $ 2.042 por mes, o sea $ 24.500 anuales. Sin hijos, dicha persona se beneficiará en $ 627 al mes, o $ 7.500 al año.
EL IASS. BENEFICIOS A PARTIR DE JUBILACIONES DE $ 50.946
El IASS es también un impuesto progresivo cuyo gravamen aumenta a medida que los ingresos por pasividades son mayores. También comienza a aplicarse a partir de un Monto no Imponible, que en este caso supera al del IRPF, pues alcanza las 8 BPC, o sea $ 45.280. Este límite inferior es lo que determina que los beneficiarios del alivio fiscal sean solo del 25% de los contribuyentes de jubilaciones y pensiones del BPS y de las cajas para estatales.
Este alivio fiscal se realiza sobre un impuesto que tiene un destino específico, el BPS, por lo cual es esta institución madre de la seguridad social la que va a ser afectada por una reducción de la recaudación de 30 millones de dólares anuales. La reasignación de recursos por tanto también tiene nombre y apellido. Ha sido prácticamente unánime adjetivar, como el del IRPF, este alivio como “inoportuno”, en la medida que coincide con un proyecto de Reforma de la Seguridad Social que tiene como único fundamento el desequilibrio fiscal del sistema. Aumentar la edad de jubilación a 65 años para financiar, entre otros, un aumento de jubilaciones altas y muy altas, parece un despropósito muy difícil de justificar.
El Boletín Estadístico 2022 del BPS informa que el importe del IASS ingresado ascendió a 340 millones de dólares, por lo cual la reducción de 30 millones significará un 9% menos, y medio punto (0,5%) de los ingresos globales del banco.
¿De qué se trata el “alivio” en el IASS? El mecanismo es un aumento del Monto no Imponible a 9 BPC, o sea que ahora se comenzará a pagar IASS a partir de ingresos por pasividades superiores a $ 50.940, un aumento del 12,5%. Este cambio determinará que algunos pasivos dejen de pagar el IASS, cercanos a 20.000, pero recordemos que solamente el BPS abonó casi 800 mil pasividades en 2021, de las cuales 475 mil son jubilaciones. El beneficio se extiende además a los que continúen pagando, pues lo harán por un monto menor (ver cuadro siguiente).
El beneficio es el mismo pues se circunscribe siempre a la primera franja, que cambia por el aumento del Mínimo no Imponible. Pero el cambio relativo es importante. Para una persona con jubilación/pensión de $ 60.000, su aporte mensual se reduce en 38%, quien tiene ingresos de $ 100.000 verá reducido el IASS mensual en 7,5%, y el que gana $ 200.000 en 1,8%.
Ahora bien, como bien expresa el Instituto Cuesta Duarte del PitCnt “resulta difícil de justificar una rebaja de casi 7.000 pesos anuales para las más de 2.000 pasividades que rondan los 300.000 pesos mensuales o más”(1).
Nota:
(1) https://www.pitcnt.uy/novedades/noticias/item/5330-instituto-cuesta-duarte-primeros-comentarios-acerca-de-la-presentacion-del-presidente-ante-la-asamblea-general