Por Carlos Pereira das Neves
Es inevitable, porque de hecho es buscado, que -de entrada- el título lleve al lector a Francia, a la Escuela de los Annales, a Fernand Braudel, a la ruptura epistemológica de las ciencias sociales.
De lo contrario, el propio desarrollo, sin pretender revistar características de tipo ensayo historiográfico, será una linda compañía en el camino hacia comprender como un simple acontecimiento se inscribe en un tiempo largo de la vida material: “el acontecimiento es explosivo, tonante. Echa tanto humo que llena la conciencia de los componentes; pero apenas dura, apenas se advierte su llama”.(1)
La rapidez del acontecer, la atomización comunicativa, la multiplicidad de tareas de quienes militamos el cambio social en la mayor cantidad de frentes posibles, los recursos, un gobierno que -quizás sin buscarlo todo el tiempo- todo el tiempo produce material para la labor periodística y sobre todo para el escarnio…pueden ser algunas de las razones, las más importantes, de que el acontecimiento “50 años de Mate Amargo” apenas pueda leerse como relatos sueltos de quienes por aquí hemos pasado y/o estamos pasando, agrupados en el mes de su aniversario.
El reconocimiento o la trascendencia no están en juego, el tiempo transcurrido y la tozudez de atravesar distintos escenarios sin dejar nunca de disputar sentido contra una hegemonía cambiante (pero siempre hegemonía) basta y sobra. Es el sentido del acontecimiento y su coyuntura, lo que siempre vuelve a jerarquizar el hecho concreto.
Si, también me queda cómodo. Tengo menos años que la publicación y apenas si registré conscientemente la última quinta parte de su actividad. Pero como Braudel y como Marx, por qué no, y a riesgo de ceder ante la paradoja del sociólogo y antropólogo mexicano Roger Bartra: “¿Cómo es posible que muchos de los herederos de Braudel, que clamaban por una historia global y subrayaban la importancia de la larga duración, se dediquen ahora a investigaciones microhistóricas sobre algunos fenómenos en el gran teatro del mundo?”(2)…el aporte que puedo hacer es sobre el acontecimiento y su coyuntura más próxima.
En el momento en que escribo estas líneas, la Comisión de Constitución, Códigos, Legislación General y Administración, de la Cámara de Diputados de nuestro país, acaba de aprobar (sin los votos del Frente Amplio) un proyecto de reparación a víctimas de grupos organizados y armados con fines políticos o ideológicos. Un proyecto impulsado en el Senado por el partido Cabildo Abierto, que busca reparar a 70-80 víctimas de los grupos que con acciones armadas (entre muchas otras), entre el 1° de enero de 1962 y el 31 de diciembre de 1976, decidieron enfrentar la corrupción y la implantación de un modelo económico hambreador a base de Medidas Prontas de Seguridad, Represión y Dictadura. LA COYUNTURA. Que además tiene una coyuntura más pequeña, una coyunturita, y es que el Partido Nacional decidió darle los votos para que el proyecto pueda ser tratado en Cámara a cambio de que Cabildo Abierto revea su postura frente a la Reforma Previsional del Partido Nacional.
Hablar de los 50 años de Mate Amargo es hablar del ascenso del autoritarismo en Uruguay, que ya venía desde la década del 50’ y hago este corte temporal porque es el período en que la CIA desembarca en nuestro país en el marco de la Guerra Fría. Y con ella la represión a las huelgas de los trabajadores, las cartas de intención con el FMI, las conversaciones con representantes de los intereses de las clases dominantes para ver cómo se llevaba a cabo la implementación de un nuevo modelo económico parido en Bretton Woods, una Dictadura que no llegó antes porque no le convencía ninguno de los candidatos que había en la vuelta hasta que dieron con Bordaberry.
No se puede comparar lo incomparable. El daño económico y en cantidad de vidas que significó el proceso cívico-militar de la Dictadura, fue un daño total, porque las políticas y la violencia llevadas adelante fueron desde el aparato institucional y -además- nunca pidieron identificación político-partidaria para ver a quién si y a quién no. Estamos hablando de delitos de lesa humanidad, los peores delitos que se pueden cometer contra cualquier persona en cualquier parte del mundo. No son figuritas de canje, mucho menos de extorsión entre los propios miembros de la coalición que nos gobierna.
Nuestro medio tuvo que parar sus actividades y recién retomarlas en 1985 con la vuelta de la Democracia. ¿Alguien calculó el daño a la libertad de expresión, al derecho de pensar, de acompañar o criticar, de denunciar?.
Los 50 años de Mate Amargo nos encuentra nuevamente con políticas antipopulares, con alta corrupción a escasos metros de la oficina del Presidente de la República, con hambre y carestía, con la llegada de David Cohen (el segundo al mando de la CIA) para mantener reuniones de alto nivel con integrantes del gobierno. Por eso -también- nos encuentra, al decir de Luis Pastor:
“Aun vivito y coleando
y en estos versos cantando
nuestras verdades de ayer
que salpican el presente
y la mierda pestilente
que trepa por nuestros pies”(3)
NOTAS
(1) Braudel, Fernand. La historia y las ciencias sociales. Madrid; Alianza Editorial; 1968; Pág. 64-65
(2) Bartra, Roger (8 de agosto de 1996) “En attendant Braudel”; La Jornada. www.jornada.unam.mx/1996/sep960922/sem-bartra.html
(3) Pastor, Luis. ¿Qué fue de los cantautores?