14 de abril: la historia o el verso

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Por Carlos Pereira das Neves
Imagen extraída de Sitios de Memoria Uruguay

El año 1972 es uno de los tantos años que ciertas familias, civiles y militares, pretenden incluir en ese “dar vuelta la página” que pasa por alto los años de Dictadura como quien pasa por alto una oferta. A pesar de que el mismo sea una cita recurrente para quienes, a través de la declaración de “estado de guerra interno”, pretendan fundamentar la teoría de los dos demonios y desentenderse de sus responsabilidades en los crímenes de lesa humanidad (entre otros atentados al país y a sus habitantes) desde las tempranas adopciones de las Medidas Prontas de Seguridad en 1945 y hasta el fin de la Dictadura en 1985, producto de una continua violencia estatal que podemos rastrear hasta -como mínimo- la Dictadura de Terra.

Pero recurramos a una ley, para desterrar de entrada la explicación de unos demonios que emergieron en 1973, o en 1972, y entender que de lo que se trató fue de un pueblo resistiendo la saña de una casta civil y militar que -a su vez- le hacía los mandados a los gringos:

“se reconoce la responsabilidad del Estado uruguayo en la realización de prácticas sistemáticas de tortura, desaparición forzada y prisión sin intervención del Poder Judicial, homicidios, aniquilación de personas en su integridad psicofísica, exilio político o destierro de la vida social, en el período desde el 13 de junio de 1968 hasta el 26 de junio de 1973, marcado por la aplicación sistemática de las Medidas Prontas de Seguridad e inspirado en el marco ideológico de la Doctrina de la Seguridad Nacional.”(1)

La ley se refiere a 1968, 4 años antes del estado de guerra interno y 5 años antes de la dictadura, ¿también damos vuelta esa página?. Corremos el riesgo de quedarnos sin el libro de nuestra historia, vamos hacia atrás en los acontecimientos políticos de nuestro país y allí están los Lacalle, los Herrera, los Manini…siempre en el poder y siempre dispuestos a los volantazos para defender sus lugares, sus intereses económicos.

Y la ley también habla de la “Doctrina de la Seguridad Nacional”, un concepto que hace referencia a las acciones de la política exterior de Estados Unidos en el marco de la Guerra Fría. Investigaciones del historiador Roberto García sobre la CIA en Uruguay han probado que, desde sus orígenes, la CIA mantuvo íntimas relaciones con la policía política uruguaya, organizada a partir de 1947 en el Servicio de Inteligencia y Enlace. Fue a través de esta repartición que la CIA vigiló al presidente guatemalteco derrocado, Jacobo Arbenz, asilado junto a su familia en Uruguay entre 1957 y 1959, la primera gran operación de acción encubierta de la Agencia en nuestro país.(2)

Así que los dos demonios, de haber existido, fueron más de dos. Y si fueron traídos por una cigüeña en un repollo que decía 1973, las instrucciones seguro estaban en inglés.

40 años antes

Para el Doctor en Historia, Leandro Kierszenbaum, uno de las principales herencias conceptuales y legales del terrismo es la idea de un ‘Estado peligroso’: “una situación en la que todavía no se cometió un delito pero en la que existe la posibilidad de que se transforme en un evento delictivo temido.”(3) o el derecho de toda sociedad a defenderse de los delincuentes, incluso antes de que delincan.

Siguiendo esta lógica se concibió la Ley Nº10.071 de Vagancia, Mendicidad y Estados Afines, cuyo proyecto de ley fue iniciado en 1937 en pleno terrismo, sancionado en octubre de 1941 y sigue vigente hasta hoy. El Jefe de Policía de Paysandú se amparó en ella para tratar de “vagos” y detener arbitrariamente a los obreros que llevaban adelante la huelga remolachera de fines de 1957.

Las Medidas Prontas de Seguridad reforzaron, en la práctica, esta idea de ejercer la autoridad dentro del Estado de Derecho pero por fuera de los “medios ordinarios”, asegurándose el poder de apreciación del peligro. Y las usaron en 1946 para asegurar el abastecimiento de pan ante el conflicto con el Centro Industrial de Panaderos; en 1946 y 1949 con los conflictos portuarios; en el conflicto metalúrgico de 1950; en el conflicto de salud pública de 1952 y el conflicto del transporte en el mismo año…y todavía no había triunfado la Revolución Cubana, ni siquiera había comenzado, esa que según el Senador Manini Ríos inspiró la grieta en nuestro país.

Faltaban más de 20 años para la consumación del Golpe de Estado del 73’, no existía ni la revolución cubana ni el MLN, y ya vivíamos un proceso de “policialización del Estado de Derecho”(4).

1961 y el inicio de la “paraestatalidad”

El 13 de noviembre de dicho año, en el Palacio Legislativo se lleva a cabo la interpelación al Ministro de Interior de aquél entonces: Nicolás Storace Arrosa. El motivo del llamado a sala fue el asesinato del obrero de la carne: Walter Motta, a manos de la Guardia Metropolitana. En dicho debate, el diputado quincista(5) Flores Mora reconstruyó los principales casos de violencia que se sucedieron desde el asalto a la Universidad en octubre de 1960 y los que fueron sucediendo durante lo que iba del año 1961: las muertes de Serafín Billoto, Arbelio Ramírez, Antonio Santos por torturas, el supuesto suicidio de Juan José Camarri en una Comisaría de Montevideo, los malos tratos y torturas a los funcionarios del Casino de Atlántida, la balacera a un acto político del Partido Comunista y, finalmente, la muerte de Walter Motta.

Hablamos de un diputado del Partido Colorado, en el año 1961. Por supuesto que no existía el Frente Amplio y aún faltaban dos años para el robo de armas en el Club Tiro Suizo. Acontecimiento desde donde, por ejemplo, el Senador Manini Ríos articula su relato revisionista sobre los orígenes de la violencia en nuestro país. Lo que si existía era la influencia de la agencia norteamericana (CIA), que llegó hasta nuestra principal figura política institucional del momento: Benito Nardone, Presidente del Consejo Nacional de Gobierno de Uruguay en el período 1960-1961. “Chicotazo” fue reclutado por la CIA en 1958, manteniéndose como agente operativo hasta 1963.(6)

En 1961 se presentó públicamente la Legión Oriental Artiguista, compuesta por civiles y militares retirados (en su mayoría vinculados a movimientos antigubernamentales desde la década de 1940), que compartían varios de los postulados y modos de acción de la derecha conservadora. Organización que tempranamente adoptó conceptos clave de la Doctrina de la Seguridad Nacional y del cual surgieron las primeras propuestas golpistas estructuradas. En enero del 61’ se produce un asalto a la sede central del Partido Comunista y el 1º de mayo lanzan una bomba contra la Casa del Pueblo, sede del Partido Socialista.(7) A fines de 1963, y dentro de la propia organización Legión Artiguista, se formó una nueva organización llamada Vanguardia Tricolor, con la finalidad de encarar la acción más directa o contundente contra el comunismo, tanto en el plano sindical como en el político. Hablaban de un Gobierno de la Revolución Nacional. El 25 de agosto de 1965 se crea la Logia secreta “Tenientes de Artigas” compuesta por militares ultraderechistas de perfil nacionalista: artiguista, nacionalista y antibatllista. Esta logia jugó un papel decisivo en la depuración interna de las Fuerzas Armadas y en la concreción del golpe militar del 73’.

En su libro ‘Dentro de la compañía: Diario de la CIA’, el ex agente Philip Agee describe “operaciones terroristas” contra instituciones y personas vinculadas a la izquierda, dirigidas por el jefe de la estación montevideana entre 1960 y 1962: Tom Flores. El Senador Manini Ríos que menciona el discurso del Che Guevara en el Paraninfo, en el que llama a los militantes de izquierda a cuidar nuestra democracia, y así tratar de “más radicales que el Che” a quienes años más tarde decidieron el camino de las armas, se olvida de mencionar que al finalizar esa jornada el MEDL (Movimiento Estudiantil para la Defensa de la Libertad) -con apoyo y financiamiento de los norteamericanos- asesinó de un balazo al profesor Arbelio Ramírez.(8)

El accionar de un sinnúmero de organizaciones(9), que a distintas escalas -y según su relevancia o su vinculación con Estados Unidos o con grupos nacionalistas argentinos como el Movimiento Nacionalista Tacuara- participaron de estas “operaciones terroristas”, dio lugar a la paraestatalidad. Una política de Estado, que consiste en descentralizar la represión a través de fuerzas irregulares que son armadas de forma encubierta o clandestina con efectivos y recursos de origen estatal. Fuerzas que no representan a ninguna autoridad política, pero que no se las puede catalogar como delincuentes porque están compuestos por policías y militares: “En general, los ‘escuadrones de la muerte’ aparecieron en aquellos países donde los mecanismos regulares de represión presentaron dificultades para contener la movilización social (…) dando forma a estos grupos para que su accionar sorteara las barreras legales que impedían la supresión de los focos de oposición política. De ahí que su proceder se caracterizara no solo por la ilegalidad, sino por el interés de aniquilar a los disidentes.”(10)

Las instituciones democráticas

El 24 de febrero de 1972, el MLN secuestró e interrogó a Nelson Bardesio. Un fotógrafo oficial, que en sus ratos libres oficiaba de agente de la CIA en la Dirección Nacional de Información e Inteligencia de la Jefatura de Policía de Montevideo. Y el interrogatorio fue en la “cárcel del pueblo”, la que el actual Ministro de Defensa Javier García abrió al público pero contando solo una de sus historias(11), pero el fotógrafo policial “no fue ablandado con palizas, no fue colgado con los brazos a la espalda de modo que los dedos del pie tocaran apenas el suelo, no fue sentado a horcajadas, durante horas, desnudo, esposado y encapuchado, en un caballete con un perfil de hierro en T, ni fue sumergido en un tacho de agua que contenía excrementos y vómitos, ni se le aplicó picana en los testículos, en el pene, en los dientes, en el ano, ni fue quemado con cigarrillos, ni fue violado con un palo. Fue simplemente interrogado…”(12) Y en ese interrogatorio habló de su participación en un asesinato y en cinco atentados con bomba, habló de otros integrantes del Escuadrón, habló de sus jefes, sobre cómo operaban y sobre la coordinación institucional entre el Ministerio del Interior y las Fuerzas Armadas para el desarrollo de las actividades paramilitares y parapoliciales.

¿Estas son las instituciones democráticas que defendían los caídos el 14 de abril? ¿Organizaciones paramilitares y parapoliciales, pensadas y financiadas desde el exterior y para todo el continente, realizando todo tipo de crímenes de lesa humanidad?

David “Chichí” Cámpora, quien cae junto a Eleuterio “Ñato” Fernández Huidobro el 14 de abril en la casa del matrimonio Martirena-Giménez, reflexiona: “Años después nosotros hicimos la crítica del 14 de abril, que fue tirar un cañonazo para matar un mosquito y provocar, entre otras cosas, el derrumbe de la casa.”(13) Los mosquitos eran: el profesor Armando Acosta y Lara, el capitán Ernesto Motto, el capitán Jorge Nader, el inspector Víctor Castiglioni, el subcomisario Oscar Delega y el empresario Miguel Sofía…todos pertenecientes al Escuadrón de la Muerte, responsables de las muertes -entre otras- de los tupamaros Abel Ayala, Héctor Castagnetto, Manuel Ramos Filippini e Íbero Gutiérrez.

Entre la mañana y el mediodía del 14 de abril de 1972, Acosta y Lara, Motto, y Delega, son abatidos. Y el atentado contra Miguel Sofía fracasó, dando lugar a las primeras dos muertes del MLN que traería consigo la reacción del Ejército. Allí murieron en combate, los tupamaros Nicolás Gropp y Norma Carmen Pagliano. Inmediatamente el Ejército asaltó 2 casas que ya venía vigilando desde hacía tiempo: la de Perez Gomar 4392, en la que mueren los tupamaros Alberto Jorge Candán Grajales, Armando Hugo Blanco Katrás, Gabriel María Schroeder Orozco y Horacio Carlos Rovira Griecco; y la de Amazonas 1440, en la que mueren los tupamaros Luis Nelson Martirena Fabregat e Ivette Rina Giménez Morales.

Un recurso gastado

Así podríamos definir a esa frase hecha que se la escuchamos seguido al Senador Manini Ríos: “hay que dar vuelta la página”. Pero que nunca la acompañan de una explicación de cómo hacerlo y porque además recurren constantemente al tema, sobre todo cuando la coyuntura política del país les es favorable y sobre todo cuando la realidad económica del país no les es favorable.

En términos históricos, el revisionismo es el estudio crítico de los relatos oficiales sobre los acontecimientos, a la luz de nuevos datos o nuevos análisis con el fin de revisarlos y/o reinterpretarlos. ¿Cuáles son los nuevos datos que, por ejemplo, el Senador Manini Ríos tiene para brindar y así colaborar con el esclarecimiento de los hechos? Hasta ahora está como en la conga, en menos 10, porque cuando los integrantes del Tribunal de Honor le llevaron las declaraciones escritas de Gavazzo en las que confesaba haber tirado al Río Negro el cuerpo del tupamaro Roberto Gomensoro, jamás se lo comunicó a sus superiores.(14)

Escribía el “Ñato” Huidobro: “Yo me arrepiento de no haber planteado, cuando vuelvo a la dirección del MLN el 16 de marzo del 72’ y esta operación del 14 de abril ya estaba en marcha, que no había que hacerla porque era un garrafal error. Soy responsable por omisión, pero soy responsable. Porque yo era jefe y no quiero hacer como otros jefes militares que no reconocen su responsabilidad ante la opinión pública, ante el pueblo uruguayo y el gobierno uruguayo, de las órdenes que dieron y dejan que a sus subalternos de aquel entonces los siga enjuiciando todo el mundo, pero ellos que fueron los responsables no son capaces de tener carácter militar y decir el responsable soy yo.”(15)

Entre la historia y el verso, los responsables de antes y los manipuladores de ahora…siguen eligiendo el verso. Un verso que no tiene sustancia, que cronológicamente fácil se desarticula, que moralmente es imposible de llevar cuando -teniendo la posibilidad- decidieron seguir tapando los crímenes de sus jefes: familiares, de ideología y de sangre; amigos; camaradas de clase.

 

Notas

(1) Ley Nº18596, publicada en el Diario Oficial el 19/10/2009

(2) García, Roberto. Bajo vigilancia. La CIA, la policía uruguaya y el exilio de Arbenz (1957-1960). Centro de Estudios Urbanos y Regionales; Ciudad de Guatemala; 2013.

(3) Kierszenbaum, Leandro. Estado peligroso y Medidas Prontas de Seguridad: violencia estatal bajo democracia (1945-1968) en Historia y problemas del siglo XX; Año 3, Volumen 3; 2012

(4) Concepto utilizado por el docente e investigador uruguayo Alvaro Rico en Del Estado de Derecho al Estado Policía: Uruguay 1967-1973, en Carlos Demasi et al, Estado de Derecho y Estado de Excepción: Alemania y Uruguay: las décadas violentas. Trilce; Montevideo; 1999

(5) Lista 15 del Partido Colorado

(6) Información que aparece en las memorias de Howard Hunt (jefe de la estación de la CIA en Montevideo 1957-1960)

(7) Machado, Carlos. Historia de los orientales. Ediciones de la Banda Oriental; Montevideo; 1992.

(8) Broquetas, Magdalena. La trama autoritaria. Derechas y violencia en Uruguay (1958-1966). Ediciones de la Banda Oriental; Montevideo; 2014

(9) Se pueden encontrar en nuestra publicación: “Revisionismo 3.0”, https://www.mateamargo.org.uy/2022/04/10/12329/

(10) López de la Torre, Carlos Fernando. Los escuadrones de la muerte en América Latina. Aportes para la identificación de un fenómeno represivo en Historia y problemas del siglo XX , Año 12, Volumen 14, 2021

(11) La otra historia que falta mostrar es cuando la “Cárcel del Pueblo” pasa a manos de las Fuerzas Conjuntas el 27 de mayo de 1972 en la conocida “Operación Morgan”, utilizando el espacio para la tortura clandestina

(12) Blixen, Samuel. Sendic. Trilce; Montevideo; 2000

(13) Perroni, Esteban. Amazonas 1440. Radio 60 Malvin; Montevideo; 2019

(14) https://www.montevideo.com.uy/Noticias/Declaraciones-de-integrantes-de-Tribunal-de-Honor-contradicen-lo-afirmado-por-Manini-uc763971

(15) Fernández Huidobro, Eleuterio. En la Nuca. Ediciones de Banda Oriental; Montevideo; 2022

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