Por Colectivo Mate Amargo
El pasado Domingo 9 de abril culminó la 78ª Vuelta Ciclista del Uruguay, la carrera más importante en nuestro país y la carrera por etapas más antigua de América. Un evento que convoca a mucha gente, entre las que se arriman a los puntos de llegada en los diferentes departamentos o localidades por donde pasa hasta los que siguen la competencia por televisión (cuando es posible) y sobretodo por la radio. Con relatos que nos transportan a otros tiempos, otros lugares, sonidos y rituales que -por suerte- se siguen transmitiendo de generación en generación.
Pero la Vuelta también, cada vez más, convoca a sponsors de todo tipo, a equipos y competidores internacionales. Y también, ¿por qué no?, convoca a políticos que se arriman en busca de un poco de calor popular, en época de campaña incluso llegando a empañar la gesta deportiva…pero que, en suma, todo aporta a afianzar un proceso de incipiente profesionalización y a ubicar al ciclismo en un lugar de mayor relevancia.
Con los resultados a la vista y con una sensación de que esta Vuelta no fue como las demás, nos pusimos de charla con alguien que sabe de este deporte: Nazario, el «Nacho» Pedreira. Un trinitario de 56 años que comparte su pasión por los pedales con su esposa Andrea Martino, ciclista del equipo femenino de Peñarol. El “Nacho” es padre de Tupac, Lautaro y Aymara, asistente social y trabaja como forense en el Poder Judicial (familia y violencia de género) además de ser profesor en UTU, integrante de la dirección nacional de AFUTU, referente del plenario Intersindical de Flores y representante de FUCVAM en la Mesa Intersocial de Flores.
Mate Amargo– Para los que no te conocen, contános ¿desde hace cuánto estás vinculado al ciclismo?
Nazario Pedreira– Como ciclista inicié mi actividad deportiva en el año 1975, en el codecam, club conocido como el «semillero del pedal de Flores». Y competí hasta el año 1996, defendiendo equipos como: Bello horizonte, Peñarol, Tabaré Farías, Policial, Unión Ciclista Maragata, Marconi, Audax y Olímpico Juvenil. Fui campeón panamericano de ruta en 1985; 2 veces medallista de bronce en juegos sudamericanos, en la disciplina 4×100 de los años 1985 y 1986; también fue campeón nacional de 4×100; campeón del sur en ruta; formé parte de la Selección Nacional desde 1984 a 1990. Supe correr la Vuelta de Chile, en 3 oportunidades; la Vuelta de México; la Vuelta de Sudáfrica; la Vuelta de Mendoza; la Vuelta de Mar y Sierras en Argentina; la Vuelta de Mercosur, desde San Pablo a Buenos Aires. Y supe ganar el «charrúa de oro» en 1986 y 1987; y varias competencias clásicas como: criterium apertura de Montevideo; la Vuelta de los puentes en Florida; la Vuelta de Flores; las 200 millas juveniles; las 500 millas del norte en Artigas; la Vuelta del pueblo en Soriano; la cinco ciudades de Maldonado
MA– ¿Qué te parece? Pero además también dirigiste
NP– Si, supe dirigir al Olímpico Juvenil; al Porongos; al Fénix; al Nautico de Cufré y a la Federación Trinitaria. Como DT gané tres Rutas de América, en 2007, 2011 y 2012; la Vuelta Ciclista de Paraguay; 3 campeonatos nacionales de ruta en 2011, 2012 y 2015; 2 campeonatos nacionales de pista, en 2011 y 2012; 5 ediciones de la «Vuelta Chaná” en Soriano. Me he desempeñado en todas las funciones dentro del ciclismo: ciclista, DT, fui 4 veces Presidente de la Federación Ciclista Trinitaria, juez y periodista en televisión y radio. En esta última Vuelta formé parte del equipo deportivo de canal 5 TNU, siendo comentarista en moto…
MA– El «hombre de la Zanella”
NP– Así me llamaron
MA– Bueno, contános, ¿qué te dejó esta última edición de la Vuelta Ciclista del Uruguay?
NP– Lo primero que me gustaría decir es que ha sido una de las más emocionantes de los últimos años, al punto de que a falta de 3km para la finalización de la última etapa no se sabía quién sería el ganador de la Vuelta. La última etapa comenzó con 5 competidores en los primeros puestos: el malla argentino Jorge Giacinti, a 6 segundos Roderick Asconeguy, a 8 segundos el brasileño André Ghor, a 32 segundos el “Piojo” Presa y el “Nacho” Maldonado a 42 segundos, por lo que las bonificaciones iban a ser la “vedette” de la etapa. En caso de empate, lo que define una carrera por etapas son las centésimas de la contrarreloj, a nuestro coterráneo Asconeguy no le convenía el empate ya que era el que tenía las centésimas más altas de los 3 primeros y por lo tanto tenía que buscar las bonificaciones de los embalajes. Pero el equipo de Cerro Largo que tenía al malla oro y a otros competidores más dentro de los 10 primeros, trabajaron para ganar los embalajes y que Asconeguy sumara la menor cantidad de segundos de bonificación posible, poniendo a grandes exponentes como Agustín Moreira o al campeón nacional Leonel Rodriguez, mientras que la escalera del Villa Teresa -como se dice en ciclismo- se vació.
MA– ¿Y el “Nacho” Maldonado?
NP– Bueno, ahí después de los primeros embalajes se produjo algo que no estaba previsto. O, por lo menos, no estaba previsto que sucediera con tanta anticipación: el ataque de la Unión Ciclista Treinta y Tres – Vergara. En el que el “Nacho” Maldonado, el sub-23 Pablo Bonilla y Federico Clara, junto a 17 pedalistas más, se escapan del resto del pelotón y logran sacar una ventaja de casi 3 minutos al llegar a Canelones. Pero, como sabemos, el Club Ciclista Cerro Largo trabajó para acortar la distancia, manejando los tiempos para no llegar a tomar a Maldonado y no permitir que Asconeguy embalara en el final poniendo en peligro la victoria de Giacinti. Quien finalmente terminó consiguiendo, a los 48 años de edad, su tercera vuelta ciclista.
MA– ¿Lo tenías en los planes?
NP– Si, desde un principio sostuve en algunas entrevistas que me realizaron, que el ganador iba a estar entre un ex ganador y dos hijos de ganadores. En referencia a Jorge Giacinti, Roderick Asconeguy y Agustín Moreira…tan lejos no estuve, Giacinti terminó primero y Asconeguy segundo. El mano a mano entre el Villa Teresa y el Cerro Largo se manejó desde un principio, pero mientras que la carta del Villa Teresa era Asconeguy, en Cerro Largo las cartas eran Giacinti, Presa y Agustín Moreira.
MA– ¿Cuáles otros desempeños te parecen importante destacar?
NP– Te diría que muchos: el de Fernando Méndez; el del Seba Rodríguez del San Antonio, que todas las etapas las buscó y que con dos fechas de anticipación ya había asegurado el premio Sprinter; el de Pablo Anchieri del Naútico de Boca de Cufré, que ganó 2 etapas y se llevó la camiseta de la regularidad; a los muchachos de Paysandú que, a priori nadie los tenía en el radar, por intermedio de Enrique Peculio pelearon el premio de la cima hasta el último embalaje; a Nicolás Méndez del Barrio Artigas, justamente el ganador del premio cima; Giovanny Umpiérrez, también del Barrio Artigas, que terminó entre los primeros 10; destacadísima actuación de otro corredor de Flores, el Seba Carballo, que solito se las ingenió para estar en muchas escapadas y terminar segundo en la sub-23 y entre los primeros 10 de la general. Dentro de los jóvenes también hay que destacar: por supuesto que a Pablo Bonilla de Unión Ciclista Treinta y Tres – Vergara, que terminó como mejor sub-23; a Lucas Piano, de Paysandú, segundo en el premio Sprinter; a Santi Pérez del Alas Rojas de Santa Lucía; Ivo Weickert, el chico del Villa Teresa, que si no hubiera sido que tuvo que laburar muchísimo de peón y sobretodo sintió muchísimo la etapa de Aiguá…hubiera estado arriba en la clasificación general, llevaba hasta ese momento la camiseta de líder sub-23.
MA– ¿Alguna otra cosa de la carrera que te haya quedado en el tintero?
NP– Me parece que la Federación Ciclista Uruguaya tuvo un gran acierto en el armado de la Vuelta, poniendo el tramo contrarreloj bastante lejos del final de la carrera. Fue el día martes, en Paysandú, dejando prácticamente más de media semana para que los competidores a los que no les había ido bien en dicho tramo pudieran revertir la situación. Eso le dio emoción a la carrera, porque antes la crono se corría uno o dos días antes del final y ya las etapas se ordenaban en escaleras grandes con los punteros al frente, sin dejar mucho espacio a las sorpresas. Este cambio fue un gran acierto y, me parece, que viene para quedarse.
MA– ¿Qué se viene ahora?
NP– Ahora nomás, tenemos el campeonato Panamericano en Panamá, prueba de ruta. Es una lástima que ni el “piojo” Presa ni el “Nacho” Maldonado vayan a estar en la selección. Presa declinó porque ya tenía que parar y Maldonado no fue convocado. El que sí va a estar va a ser Roderick, van los Élite, van los sub-23, van las damas, van las y los júniors. Arranca una nueva era con el experimentado Héctor Rondan, de larguísima trayectoria en España, y los deseos son de que nuestro ciclismo pueda recuperar el peso que tenía en el continente, en el que siempre participábamos del medallero.
MA– ¿Tenemos chances?
NP– Si, sobretodo en esta etapa que se viene. Porque el trazado de Panamá es un trazado muy similar al nuestro, con repechos largos si, pero que no son las subidas matadoras -que a nosotros no nos van- como correr en Colombia, en Chile o en los países donde hay montaña. Acá es subida, pero -lo que se conoce en ciclismo- como “media montaña”, que nuestros ciclistas fuertes las pueden pasar bien, las pueden resistir. Teniendo en cuenta, además, que es una competencia de un día, una dominguera -muy dura, pero dominguera-. Tenemos armas para meter alguno en la fuga, que siempre se arma con un representante de cada país, y que -una vez allí- pueda pelear alguna medalla. Uno de los candidatos es Roderick Asconeguy, otro es Eric Fagúndez que está corriendo en España y viene. Es una lástima que no puedan venir otros que están en Europa, como Mauricio Moreira y Thomas Silva, de todas maneras vamos a estar bien representados.
MA– Bueno Nazario, ha sido un placer y con gusto la podemos repetir, para poder contagiar a más compatriotas en la práctica de este deporte. Sobretodo en la promoción de este deporte, que tantas satisfacciones internacionales ha sabido brindarnos, a pesar de los escasos apoyos institucionales en comparación con otros deportes.
NP– Gracias a ustedes y con gusto la repetimos.