Por Gabriela Cultelli
“Canto y llanto de la tierra,
Canto y llanto de la gloria,
Y entre canto y llanto de la guerra,
Nuestra primera victoria.” Sara González
Abril no solo trajo llanto para nuestras tierras, recordando a Jorge Gropp y Norma Pagliano, a Gabriel Schroeder, Alberto Candán Grajales, Horacio Rovira, Armando Blanco Katrás, a Luis Martirena e Ivette Giménez brutalmente asesinados aquel 14 de abril de 1972; o los 8 fusilados unos días después José Ramón Abreu, Héctor Cervelli, Elmar Fernández, Raúl Gancio, Ricardo González, Rubén López, Luis Alberto Mendiola y Justo Sena; o a las “muchachas de abril” en 1974 Diana Maidanik, Laura Raggio, Silvia Reyes y él bebe que llevaba en el vientre; o Vladimir Roslik asesinado el 16 de abril de 1984. Recordando también a los 150 cubanos caídos entre las bombas y las balas imperialistas en aquel abril de 1961 cuando la invasión de bahía de Cochinos, o los casi 3 millones de vietnamitas víctimas mortales de la invasión yanki por 20 años de guerra y ocupación. Nombres y nombre como los de las “Coplas de Juan Panadero” de Rafael Alberti, el poeta español y tantos y tantas otras.
Sin embargo, abril trajo también cantos de victoria, y tal vez en homenaje a todos ellos o por ellas y ellos, aquella, nuestra, victoria.
El 30 de abril de 1975 los yanquis huyeron derrotados por el, hasta entonces, Viet Nam del Norte y el pueblo organizado en el sur en el Viet Cong, conformándose al poco tiempo la unificación del país. Era el fin de la llamada 2da guerra de Indochina (1955-1975), pueblo que se agigantaba como ícono de la resistencia y atravesaba por todo lo ancho de este mundo, la cotidianidad de tiempos revueltos. Cerca de 3 millones de muertes costó esa invasión al pueblo vietnamita, pero abril y en el año del gato según su calendario, le dio fin a las atrocidades, al bombardeo con napal, al intento de dominio por la fuerza más brutal.
Tampoco podemos olvidar, y hablando de victorias en la historia, que el 16 de abril de 1945, 30 años antes de la victoria de Vietnam, comenzaba la última batalla que derrotó al fascismo en Europa: la batalla de Berlín. El 2 de mayo, los fascistas se rendían ante el ejército rojo de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, la Gran Guerra Patria como la llamaron, había culminado victoriosamente.
Y abril, este mes porfiado en historias, asociado a la primavera en el norte del planeta o a la belleza del otoño hacia el sur. Ese mes con nombre de mujer trajo también y como dice Sara González “nuestra primera victoria”. Porque allá al sur de la Isla de la resiliencia, en la península de Zapata en Cuba, y en 1961, se lograba la primera derrota del imperialismo yanqui en esta nuestra Patria Grande.
El propio Kennedy, presidente por aquel tiempo de los EEUU, ante las contundentes pruebas y días después, tuvo que admitir su participación y derrota. Muchos de los soldados invasores salieron desde la Nicaragua de Somoza que poco antes los despedía pidiendo, como un chiste, que le trajeran “dos pelos de la barba de Fidel Castro”. En artículo que publicaremos el próximo jueves en este medio, adelantamos que Hernando Calvo Ospina sostiene: “La derrota de la fuerza mercenaria en Bahía de Cochinos fue “una humillación para los Estados Unidos”, reconocería en sus Memorias William “Bill” Colby, jefe de la CIA entre 1973 y 1976. Es que era el primer descalabro militar en la historia de esa nación, que ya estaba convertida en la primera potencia militar del mundo.”
Es que Girón fue también la victoria nuestra, por lo que dejamos aquí para todas y todos una invitación a conmemorar esa Victoria el viernes 21 a las 18.30hs, frente a la embajada de Cuba en Montevideo: