Por Andrés Correa
La playa como un ajedrez
El tipo del Mercedes Benz
Que está tirado, ahí nomás
Tiene solo una cosa en mente
(Charly García – Serú Girán)
En su última aparición pública la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner (CFK) , brindó una clase magistral en el Teatro Argentino de La Plata, en el marco de la inauguración de la Escuela Justicialista Néstor Kirchner (EJNK), allí resaltó la necesidad de construir un programa.
En su exposición dejó reflexiones, opiniones y fundamentaciones que se pueden considerar como los lineamientos que CFK considera fundamentales para la construcción del programa, que según su convicción es la clave de una política para el futuro.
Más allá de los vaivenes de porcentajes que aparecen en cada encuesta electoral por estos días, la que tiene la centralidad de la política en Argentina es Cristina Fernández, se percibe dentro del Frente de Todos ante la expectativa que llevan sus apariciones públicas o sus comentarios en las redes y sobre todo el ataque permanente que recibe desde dirigentes de la oposición y periodistas de varios medios de comunicación.
CFK en un contexto complejo y delicado de la realidad argentina de cara a la campaña electoral coloca como eje de los debates y las discusiones, un programa de gobierno por encima de los posibles candidatos/as. Lo que implica un cambio sustancial en un kirchnerismo que no discutió de cara a la sociedad, ni en sus bases, un proyecto de país y un programa de gobierno. Las acciones desplegadas desde la institucionalidad del ejercicio del gobierno (2003 – 2015) fueron las que encontraron aceptación y respaldo a la gestión kirchnerista.
En cada elección presidencial desde la recuperación de la democracia, en 1983, las fuerzas políticas que competían por ocupar el sillón de Rivadavia (sillón presidencial) presentaban a la sociedad un librito que contenía un programa de gobierno, sin embargo, el paradigma neoliberal de los 90 lo barrió de la escena política.
Al reponer el programa en el lugar central de una campaña electoral, retoma la idea de la construcción de una sociedad de ciudadanos que exigen el cumplimiento de lo que votaron y lo pueden defender, pero también obliga a la oposición neoliberal a que plasme en un documento su programa de gobierno y en esa comparación confrontan ideas e ideales, proyectos distintos de país.
La vicepresidenta sostuvo, en esa clase magistral, ante un teatro colmado que dejó mucha militancia fuera del mismo, la necesidad de que se adopte un proyecto en el que la economía sea gobernada por el Estado y la política, y no por los mercados.
Subrayó la importancia de las tareas colectivos y los trabajos en comunidad contra el individualismo. También reflexionó sobre los malos resultados de gobernar para pretender conformar a todos. Señaló que cuando se toman medidas se afectan intereses y es inevitable confrontar con la resistencia que estos ejercen.
Cristina Fernández advirtió la presencia amenazadora de un pasado reaccionario cuyo objetivo es hacerse presente en la actualidad para destruir la Nación.
El 2023 plantea para Argentina disputas simbólicas inmensas: el rol del estado, las organizaciones del pueblo (políticas, sindicales, culturales o deportivas), reformas a derechos consagrados que se supieron conquistar.
EL ALFIL INFLUENCER
Producto de malas administraciones el Club Independiente (de Avellaneda) tiene una deuda que supera los 22 millones de dólares y que provoca inhibiciones para poder contratar jugadores para lograr conformar un plantel competitivo.
Hace pocos días, Santiago Maratea (de profesión influencer) inició de forma oficial la colecta por Independiente.
Aparece el triunfo de la anti política dentro del fútbol. Los dirigentes están, pero parece que no. Actualmente y tras la renuncia del conductor Fabián Doman a la presidencia de Independiente quien asumió por estatuto es Néstor Grindetti, precandidato a gobernador de la Provincia de Bs As por Juntos por el Cambio (JXC).
La exposición pública de Grindetti se convirtió en cuestión de estado dentro de la alianza opositora. Hoy es vox populi que el club Independiente es de Juntos (JXC).
En la crisis que vive uno de los clubes más importantes de Argentina, hay analistas que sostienen que de los focus groups del PRO, alguien pensó una jugada audaz. Capaz de mover el tablero para pasar el temporal, pero que contenga cierta épica.
Pensar que Maratea llegó a Independiente por expreso pedido de su amigo el periodista y vicepresidente de Independiente, Juan Marconi según él lo relata sumado al espíritu solidario es algo ingenuo, detrás de su colecta, hay una ingeniería política notable.
Santiago Maratea es un alfil del ajedrez en la estrategia del disputar el sentido común en la sociedad por parte de Juntos por el Cambio. Un muchacho canchero, atrevido que fumó marihuana, resiliente, formado en la idea del libre mercado, el Fido Dido de éste tiempo del “Hacé la Tuya” (publicidad de la bebida 7UP de los 90). Un muchacho humanitario que da pelea al estado ausente con colectas solidarias y llegó a Independiente para paliar una crisis económica brutal.
Así como se instaló que Mauricio Macri por su gestión en Boca, podía ser jefe de gobierno porteño y luego presidente de Argentina, acá se puede instalar romper con la tradición de los clubes como asociaciones civiles sin fines de lucro y dar un espaldarazo a las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD).
Estamos en presencia de una movida marketinera de inmensa difusión en un año donde hay algo más que una elección presidencial.