El financiamiento espurio de EE.UU. en América Latina otra vez en la mira

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Por Mario Della Rocca (1)

Como en numerosas oportunidades, el presidente de México Andrés Manuel López Obrador, en sus magistrales conferencias matutinas en el Palacio Nacional, denunció nuevamente la injerencia de los EE.UU en la política interna de su país. Haciendo gala de la constante defensa y promoción de los derechos soberanos de su nación, hace pocos días fue preciso y contundente en identificar el rol de la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID), histórico tentáculo de la CIA, en el financiamiento de organizaciones opositoras a su administración. AMLO expresó, leyendo un párrafo de una misiva dirigida al presidente Joe Biden:

“(…) Al mismo tiempo deseo expresarle, de manera breve, que desde hace tiempo el Gobierno de EE.UU., en particular la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID), se ha dedicado a financiar a organizaciones abiertamente opositoras al gobierno legal y legítimo que represento, lo cual es a todas luces un acto intervencionista, contrario al derecho internacional y al respeto que debe prevalecer entre Estados libres y soberanos. Es más, hace unos días se anunció que dicha agencia aumentará el presupuesto otorgado a las organizaciones opositoras a nuestro gobierno, como aparece publicado en la página oficial del Departamento de Estado”.

La USAID, junto a la Fundación Nacional para la Democracia (NED) y la Fundación Open Society (liderada por el magnate George Soros), constituyen parte del gran entramado del financiamiento espurio del imperialismo norteamericano a diversos tipos de organizaciones con la finalidad de desestabilizar gobiernos progresistas y revolucionarios de América Latina.

Fue otrora decisivo su papel en el golpe de Estado en Bolivia, como lo denunciara el ex mandatario Evo Morales, y en la actualidad operan prácticamente en toda la región, de manera directa o subrepticia.

Recientemente, al igual que AMLO, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, en sus ruedas de prensa en la casa de Gobierno, identificó a varios medios de comunicación opositores acérrimos a su administración, con datos documentados, de recibir cuantiosas sumas de dinero de parte de la Fundación de Soros para el desarrollo de sus actividades desestabilizadoras, basadas en la falsedad y parcialidad de la información que emiten al pueblo salvadoreño. Bukele afirmó contundentemente: “En todos los países de Latinoamérica hay medios y periodistas pagados por Soros. Pero no son periodistas, son activistas políticos con una agenda mundial definida y perversa”.

Argentina tampoco escapa a este modus operandi de financiamiento espurio de opositores a los gobiernos progresistas de la región, con dinero que proviene directamente desde el Departamento de Estado de los EE.UU. Actualmente la USAID, la NED y la Fundación de Soros financian, entre otras autodenominadas “Organizaciones no Gubernamentales” derechistas, al Centro para la Apertura y el desarrollo de América Latina (CADAL), que tiene sedes en varios países latinoamericanos, y al original experimento llamado Laboratorio de Medios Cronos, que insólitamente se desarrolla en connivencia y con funcionamiento en la sede de la estatal Universidad Nacional de Gral. San Martín, sita en la Provincia de Buenos Aires. Este “laboratorio de medios”, bajo la fachada de lo que denomina “periodismo situado”, entre sus variadas actividades destaca la formación de noveles “periodistas” de varias nacionalidades con el objetivo de generar una brigada de activistas más que comunicadores sociales, dedicados a elaborar contenidos tendientes a enfrentar las políticas que implementan los gobiernos de avanzada social y política en la región.

Esta forma de intervencionismo descarado por parte de los EE.UU. en los asuntos internos de variadas naciones, la República de Cuba la ha padecido desde los inicios de su revolución socialista y continúa hasta el presente, con el financiamiento, estipulado en el Presupuesto Nacional del Departamento de Estado, de numerosas organizaciones y voces de todo tipo y dimensión. Entre ellos, medios de difusión digitales, supuestas ONGs independientes, agentes encubiertos, mercenarios revestidos de imparciales opositores gubernamentales, voces disidentes en diversos ámbitos y temáticas en especial en las redes sociales, etc. Sumado todo ello a la batalla constante que opera desde la ciudad de Miami contra el pueblo y el gobierno de la isla en materia informativa, comenzando por la histórica Radio TV Martí.

Este desarrollo de planes de desestabilización a través del financiamiento espurio hoy estamos en condiciones de denominarlo como un tentáculo más del llamado Lawfare en nuestra América, que ha provocado ya muchos daños en especial a la democracia y a la soberanía de sus pueblos y naciones.

Hoy urge enfrentar este reto que plantean al continente los históricos intentos hegemónicos del imperialismo norteamericano en esta materia. El presidente del Brasil, “Lula” Da Silvia, recientemente ha convocado a una reunión especial de mandatarios latinoamericanos con la premisa de tratar diversas temáticas de interés mutuo. Ha llegado la hora que allí o en el marco de las diversas instituciones que cobijan los deseos de integración latinoamericana, abordar el tema del financiamiento espurio por parte de los EE.UU. y que el mismo pase a formar parte de la agenda de los problemas a enfrentar en el camino de la autodeterminación de los pueblos.

 

Nota:

(1) Mario Della Rocca es historiador, escritor y periodista argentino. Autor de los libros “Gramsci en la Argentina. Los desafíos del kirchnerismo”, “La Cámpora sin obsecuencias. Una mirada kirchnerista” y “Macri & Durán Barba. Globos, negocios, círculo rojo y guerras sucias” y co-autor de “América Latina en los ’90: Gramsci y la Teología de la Liberación”. Miembro de la Fundación Acción para la Comunidad (FAPC) y del Centro de Investigación Académico Latinoamericano (CEDIAL).  Colaborador de diversas publicaciones argentinas y latinoamericanas.

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